Por:Roberto A. Valenciano Capín.
Como se dice por ahí popularmente, después de la tempestad viene la calma, pues así se suscito después de esta contingencia sanitaria ???? que sufrimos, la cual no solamente abrumo a nuestro país sino al mundo entero. Así que no hay mejor antídoto que navegar musicalmente con las velas a propel de la mano con la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí que dirige el Mtro.José Miramontes Zapata, al tener como escenario, el tradicional Coloso de Villerías.
Una primera parte que permeo por las latitudes francesas, al ser expuestas dos obras de compositores que se desarrollaron dentro del romanticismo; Chausson y Bizet, para ser complementada por la legión alemana de Mendelssohn -Bartholdy..
De ahí que esta obra entrelaza este drama provenzal con la búsqueda de una sonoridad a pesar del ligero divertimento y sobrío espectro sonoro que lo hace muy atractivo, al encajar perfectamente en un discurso de acentos refrescantes que desafortunadamente no fueron cónclaves tanto en la dirección orquestal como interpretativo, para quedar solemente como una lectura parca y un sonido sordo, dejando mucho que desear, a pesar de una bella sonoridad de la obra misma. Pero para el público, agradeció su interpretación con su siempre cálido aplauso.
Dentro de este tenor de tesituras franco-románticas, no sé si sea correcta mi anotación, pero es la primera vez que se interpreta el poema para violín y orquesta de Ernest Chausson en estas tierras huachichilas, el cual es muy gratificante.
Después del obligado receso, concluye este concierto con esta obra inspirada en uno de los extensos viajes que hizo por Europa, el copositor alemán. En este ocasión nos traslada a través de su Sinfonía No 3 por las tierras de Escocia bajo sus cuatro movimientos; Andante con moto - Allegro un poco agitato - Assai animato - Andante come prima;. Vivace non troppo- Adagio; Allegro vivacissimo - Allegro maestoso assai.
Es notorio que una de las fortalezas del Mtro. Miramontes Zapata ha sido el conducir y transitar por buen afluente y emotividad a sus músicos gente por estas marismas sinfonícas, al permearse y difundir la cadencia, fortaleza, musicalidad y sentido de estos señorios musicales. Así fue el caso de esta obra sinfónica del compositor alemán, al lograr transmitirnos el colorido, lo sereno y desplegar la belleza de la instrumentación que sin más hace caminar al escucha por esas tierras montañosas envueltas a medias entre la neblina, el humo o la bruma.
Entre largas barbas rojas, mantos de tartán, gorras y plumas, extenuantes veladas bajo el sonido del arpa, el autor se desentraña de confluir en el folclor. Aunque hay un cierto sabor folclórico escocés en la sinfonía, aunque aparece en sordina y más en la superficie que en la estructura. Como lo explica el biógrafo Erik Werner.
Por consiguiente, entre marismas musicales que bañan estas sucintas costas frías y se contraponen con un virtuosismo inusitado y alegre, junto con la elegancia que nos rememora a la sobriedad de la realeza británica, despúes de un finale de cierta contundencia, surge un nervioso silencio, para cundir el expontáneo aplauso del respetable que se dio en buena cita a este recinto cultural, destacándose por la presencia de muchos jóvenes y familias, lo cual es un gran hálito para comunidad musical de la OSSLP.
Para más información de la OSSLP, pueden checar; http://www.osslp.com.mx/
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