Por: César Delgado
Hilda Islas, con su discurso pretende tapar el sol con un dedo. Se va al extremo, sólo para justificar las acciones negativas de la directora Elizabeth Cámara y la coordinadora de Documentación Patricia Ruiz, quienes son responsables del atentado que han sufrido los acervos del Cenidi-Danza José Limón, entre otras cuestiones.
Nadie habla –y ella lo sabe perfectamente-, de conservar papeles nada por atesorarlos sin ningún objetivo. Se trata de la documentación al servicio de la investigación. La UNAM y el INAH tienen archivos debidamente cuidados, que brindan servicio a los usuarios, aun cuando no pertenezcan a esas instituciones. Son limpios y funcionales, dirigidos por personal que reúne el perfil requerido para un puesto de esa naturaleza.¿Por qué el Cenidi – Danza no hace lo mismo? ¿Por qué la coordinadora del área no reune el perfil?
La investigadora del Centro, no quiere ver más allá de lo que su jefa (y amiga) le dice. Ejemplos hay varios. Sólo le voy a poner uno: cuando murió el maestro Miguel Vélez Arceo, buscaron una fotografía de él. Recurrieron a la Fototeca del Cenidi-Danza que se encuentra en la Biblioteca del Cenart. El resultado fue que no encontraron el documento.
Cuando escribe Islas que 18 investigadores que tienen plaza están de acuerdo con lo que ella opina; no dice que la mitad han entrado a trabajar contratados directamente por la directora, omitiendo el concurso de oposición, lo cual viola la normatividad. Además hay un “investigador invitado” que es secretario académico de la ENDCyC. ¿Cómo este señor puede cubrir dos tiempos completos? Por si fuera poco se ve que no han leído las Bases generales que regulan la educación y la investigación artísticas en el INBAL.
Con las manos en la cintura, Islas omite hablar del maltrato, el desprecio y la consideración de que son académicas de segunda, las investigadoras de Documentación, por parte de la coordinadora del área con el apoyo de la directora. Y que a los investigadores que hemos defendido esto, nos agreden, violan nuestros derechos a la libertad de expresión y nos niegan el apoyo más elemental para realizar nuestro trabajo, que ahí está a la vista de todos. Como si los recursos del Centro fueran de la directora y por eso sólo se los otorga a su amigos. ¿Dónde está el Código de Conducta de los funcionarios del INBAL?
Un ejemplo, de cómo por no consultar los acervos y los libros publicados, la historia del Cenidi ha sido falseada. En la conferencia de prensa en el Aula Magna José Vasconcelos del Cenart, para dar a conocer el homenaje una vida en la danza, la directora dijo que era la primera vez que se hacía un libro con las semblanzas de los homenajeados, una reportera tuvo que aclararle que no era así. En el prólogo del libro la titular del Centro, escribió que el acto fue cancelado cuando el maestro Felipe Segura murió. La verdad –que ignoraba la historiadora- y que se percató por las aclaraciones que he hecho a través de diversos medios, es que el mencionado reconocimiento se canceló en 1998, después del acto y el Cuaderno 34....El maestro Felipe Segura murió en 2004... Es decir le tocó sufrir la decisión arbitraria y prepotente de la directora del Cenidi-Danza José Limón en aquel entonces, Maya Ramos.
Hilda Islas termina su tramposo texto con estas palabras: “La defensa tanto de los procesos de investigación como del resguardo documental no debería obviar este fin último y sustentarse en el ejercicio real tanto de las tareas de producción de saber como de socialización de éste. Ojalá el total de los que en el CENIDI están adscritos, compartieran esta vocación ética”.
Muchas gracias, apreciada, respetada y admirada Hilda, si esa es la vocación ética “de producción de saber y socialización de éste”. La neta, yo paso. Es nefasto la difusión de los hechos falseados por quien dirige una instancia que construye la historia de la república dancística.
No hay comentarios:
Publicar un comentario