Por. Roberto A. Valenciano Capín
El lugar de encuentro fue el Coloso de Villerías, para ser testigos del resultado de la residencia que tuvo en estas tierras potosinas por tres semanas los creativos Mireille Leblanc y Ake Parmeraud, canadiense y sueco, coreográfo y músico y artista, respectivamente con la presentación de la reposición de la obra “Dreams of time”.
Una residencia creativa que sin más como gustoso de este arte tepsicoriano esperas siempre con esa sensación tanto de provocarte como sorprenderte, plenos indicativos- impresión- de que el hecho escénico no solo cumplió con tus expectativas sino de los demás que nos dimos cita al mismo.
Ante esa almagama de posibilidades que se podrían ofrecer en este espectáculo que a mi en lo personal me suena, obviedad, al buscar más que se de ese entrecruzamiento y la fraterna cofraternidad entre lo dancístico, lo visual y lo escénico, en un espacio que afortunadamente fue cobijado por un público sustancialmente joven.
Ante esa almagama de posibilidades que se podrían ofrecer en este espectáculo que a mi en lo personal me suena, obviedad, al buscar más que se de ese entrecruzamiento y la fraterna cofraternidad entre lo dancístico, lo visual y lo escénico, en un espacio que afortunadamente fue cobijado por un público sustancialmente joven.
Al tornarse interesante desde el planteamiento desde la vorágine misma de la ciudad e ir trazando su misma intensidad ante una serie de imágenes fulgurantes e incisivas que nos traza un alentador adelanto tanto de cruce de lenguajes, aunado a una estética lúdicamente irresoluta propuesta por ambos creadores en este llamado espectaculo o simplemente proyecto escénico.
Una propuesta multidisciplinaria que de antemano se agradece al rescatar y destacar ese equilibrio de lo orgánico con lo mecánico en las diferentes viñetas detonadas a partir de un inconexo diálogo de lo visual con lo dancístico.
Al transitar desde aquella literalidad, demarcada por una lluvia de cuerpos desnudos que caen para irse fusionando con las hojas, aquel espacio vacío para reflejarse la ambiguedad del agua y de la incongruencia de ese diálogo entre la imágen y el danzar, aunque en momentos logra sincronizarse y lograr resultados de unas bellas y mantenidas metáforas.
Uno de los desfortunios fue sin lugar la homogeneidad tanto en la calidad, impulso, detonadores de movimiento, así como la ejecución de sus bailarines que se unieron a este proyecto y la discordancia de no poder lograr captar el planteamiento dancístico propuesto por la coreógrafa ante la premura de tiempo y de esta manera aprovechar sus cualidades de cada bailarin, aún cuando hay que destacar que fue una reposición de una pieza.
Dentro de este renglón, en una charla con algunos de los bailarines participantes, a pesar que inicialmente se realizaría un curso sobre la propuesta danzaria a aquellos bailarines que compartirían esta residencia y de esta manera plantear con más argumentos tanto técnicos como de interpretación, en donde desafortunadamente solamente quedo en la reposición misma.
Al transitar desde aquella literalidad, demarcada por una lluvia de cuerpos desnudos que caen para irse fusionando con las hojas, aquel espacio vacío para reflejarse la ambiguedad del agua y de la incongruencia de ese diálogo entre la imágen y el danzar, aunque en momentos logra sincronizarse y lograr resultados de unas bellas y mantenidas metáforas.
Uno de los desfortunios fue sin lugar la homogeneidad tanto en la calidad, impulso, detonadores de movimiento, así como la ejecución de sus bailarines que se unieron a este proyecto y la discordancia de no poder lograr captar el planteamiento dancístico propuesto por la coreógrafa ante la premura de tiempo y de esta manera aprovechar sus cualidades de cada bailarin, aún cuando hay que destacar que fue una reposición de una pieza.
Dentro de este renglón, en una charla con algunos de los bailarines participantes, a pesar que inicialmente se realizaría un curso sobre la propuesta danzaria a aquellos bailarines que compartirían esta residencia y de esta manera plantear con más argumentos tanto técnicos como de interpretación, en donde desafortunadamente solamente quedo en la reposición misma.
Aun así, este trabajo multidisciplinario implicó y acopió a la vez de forma generosa un espectáculo que los bailarines desgranaron a su tempo, su calidad de interpretación ante lo propuesto por la coreógrafa y quedar pendiente esos territorios de conversación, de diálogo, de asunción de la palabra misma vertida en la otredad.
Y también se agradece a la participación de artistas potosinos, como fue el diseño de vestuario de la artista plástica y visual Gloria Varela Contreras que contribuyo en esa estética dentro del sentido de movimiento mismo que se conjugó con la iluminación, el concepto sonoro y visual
Como resultado de la residencia artística “Dreams of time” impartida en el Centro de Arte y Nuevas Tecnologías del CASLPC, tuvo la participación de los bailarines Amira Ramírez, Diana Laura Trejo, Yania Medina Aniram Lara, Liliana García, Karina Ontiveros, Mayca Rodríguez, Montserrat Chávez y Eduardo Rocha, así como la colaboración del compositor sueco Ake Parmerud y artistas del CANTE en la realización audiovisual.
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