martes, 6 de agosto de 2013

Recuperan un clásico de Xavier Villaurrutia: "Nocturna rosa"

 
 
Por: Jesús Alejo Santiago
 
Xavier Villaurrutia publicó su primer libro de poemas en 1926, Reflejos, que, de acuerdo con el investigador y crítico Anthony Stanton, es resultado “de un poeta en formación.
 
“A fines de los años 20 comenzó a escribir los poemas por los cuales es recordado y celebrado, los nocturnos; el primero que escribe es Nocturno en la estatua. En 1933 publicó una primera edición y fue escribiendo poemas cada vez más complejos. Nocturna rosa es del gran periodo de Villaurrutia.”
 
Sin embargo, se trata de un poemario prácticamente desconocido del escritor, aparecido en 1937, que editó como folleto en una edición limitada, casi inexistente, porque el tiraje original del cuaderno fue de 11 ejemplares, recuerda el catedrático del Colegio de México (Colmex).
 
“Durante mucho tiempo no conocí el libro, hasta que mi amigo Miguel Capistrán me regaló un ejemplar de esa primera edición, que tiene interés porque es una edición ilustrada por el pintor Agustín Lazo, amigo de Villaurrutia, además de ser un libro del que se cuidó mucho la tipografía. Diría que es uno de los grandes poemas no solo de Villaurrutia, sino de la tradición poética mexicana, hispanoamericana y, por qué no, universal.”
 
La Dirección General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (DGP-Conaculta) rescata la primera edición del poema Nocturna rosa a través de una edición facsimilar que permite recuperar uno de los poemas más apreciados de su libro Nostalgia de la muerte, que se publicara un año más tarde, acompañado de un estudio de Anthony Stanton.
 
“Sin lugar a dudas es uno de sus mejores poemas. Un poema que escribió en 1937, cuando está en la cima de su actividad poética. Hay que decir también que contiene una ilustración desconocida de Agustín Lazo, que no aparece en ningún catálogo de su obra”, explica Stanton.
 
Verso semilibre
 
En la edición facsimilar, Stanton reflexiona acerca de las varias fuentes del poema, su marco histórico y literario, su estructura, los autores que lo han estudiado y el lugar que ocupa en la obra poética de Villaurrutia.
 
“Me llamó la atención el cuidado de la tipografía, el gusto por los colores, la disposición y esto sí es Villaurrutia: el artista, el poeta, el crítico de pintura, colaborando con un pintor amigo suyo en una obra hecha en colaboración.”
 
De los 11 ejemplares de la primera edición de Nocturna rosa, se puede pensar que Villaurrutia habrá ofrecido uno a Lazo, otro a José Gorostiza —a quien está dedicado el poema—; el ejemplar que maneja el investigador está dedicado a Celestino Gorostiza. Además, solo se conoce un ejemplar en colecciones públicas —dedicado a Alfonso Reyes—, que se encuentra en la Capilla Alfonsina de Monterrey.
 
“Eso explica el desconocimiento de los mismos editores, que no incluyen el texto en sus bibliografías, porque nunca vieron el cuaderno. Por eso trato de argumentar la importancia del poemario, porque lo que Villaurrutia plantea en el poema prácticamente es lo que para él significa la poesía: la rosa sería un símbolo, usado por muchos poetas durante siglos, pero que en su caso no es un lugar común, sino muestra una rosa totalmente personal e intransferible.”
 
Desde la perspectiva del estudioso, se trata de un poema sorprendente por su manejo del verso semilibre, ya no es la métrica tradicional ni el verso libre, sino una forma que predomina en Nostalgia de la muerte, que dialoga con muchos poetas, como con Langston Hughes o Jean Cocteau, “pero al mismo tiempo es un poema distintivo de Villaurrutia, que ningún otro poeta hubiera podido escribir.
 
“Es un poema que juega con la ambigüedad de las palabras; a Villaurrutia le fascinaba esa capacidad de desdoblarse, de significar varias cosas al mismo tiempo, con una dimensión erótica muy peculiar en el caso del poeta, y al mismo tiempo está el escritor siempre consciente del valor plástico de las palabras”, destacó Stanton.
 
En la edición facsimilar preparada por publicaciones del Conaculta se respetan sus dimensiones originales, con lo que no solo es un poema muy importante, sino un objeto muy hermoso a la vista.
 
Obra distintiva
 
Yo también hablo de la rosa.
Pero mi rosa no es la rosa fría
ni la de piel de niño
ni la rosa que gira
tan lentamente que su movimiento
es una misteriosa forma de la quietud.
 
No es la rosa sedienta
ni la sangrante llaga
ni la rosa coronada de espinas
ni la rosa de la resurrección.
 
No es la rosa de pétalos desnudos
ni la rosa encerada
ni la llama de seda
ni tampoco la rosa llamarada.
 
Fragmento de Nocturna rosa.

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