martes, 7 de enero de 2014

Recordando a: Rudolf Nureyev, bailarín y coreógrafo



En su última aparición, en 1992 en el Palacio Garnier de París, Nuréyev recibió una emocionante ovación del público.
 
​Bailarín y coreógrafo soviético, nacionalizado británico. Nacido en un tren, inició su carrera en 1955, año en que ingresó en el teatro Kirov de Leningrado para convertirse muy pronto en el primer bailarín de la compañía. A partir de 1961 residió alternativamente en varios países de Europa Occidental y actuó en las mejores compañías del mundo al lado de estrellas como Margot Fonteyn, con quien constituyó una de las parejas de baile más aclamadas de todos los tiempos. Su prodigiosa técnica le permitió abordar un amplio repertorio, aunque destacó, sobre todo, en el gran ballet tardorromántico. Coreógrafo de sorprendente originalidad, sus trabajos se distinguen por lo espectacular de su concepción: La bayadera, con música de Minkus; El lago de los cisnes, de Tchaikovsky, y Romeo y Julieta de Prokofiev.
 
Tras completar una amplia formación artística (estudió danza clásica, arte escénico y dramático, literatura, historia, filosofía, pintura y música), y después de ganar el primer premio en una competición estudiantil de ámbito estatal disputada en Moscú, Rudolf Nureyev ingresó en 1955 como solista en la escuela del ballet Kirov, en Leningrado. Con clásicos como La bella durmiente, El lago de los cisnes y Don Quijote, Nureyev logró situarse en la élite mundial con una rapidez vertiginosa.
 
Pronto se puso de relieve su carácter rebelde, en constante lucha contra las normas de la jerarquía cultural soviética, que limitaban el libre desarrollo de su arte. Todo ello le llevó a un permanente conflicto con la dirección de la compañía, que culminaría en el escándalo que protagonizó en París en junio de 1961. Después de separarse de la compañía, desobedeciendo las órdenes del Ministerio de Cultura soviético, se le dio a entender que debía interrumpir la gira y regresar a la URSS. La reacción del bailarín fue fulminante: se dirigió a dos policías franceses solicitando protección personal y asilo político.
 
Mientras la imagen de la Unión Soviética sufría un duro golpe, el bailarín era muy bien recibido en occidente. En el Royal Ballet de Londres, Nureyev cimentó su leyenda formando pareja con la bailarina Margot Fonteyn, veinte años mayor que él: de la mano del coreógrafo Frederick Ashton, Nureyev y Fonteyn se convirtieron en la pareja emblemática del ballet de la segunda mitad del siglo XX. Trabajó asimismo en la compañía de Martha Graham y en otras formaciones, como el American Ballet Theatre. En 1983 fue nombrado director del Ballet de la Ópera de París, puesto desde el que desplegó su actividad hasta su muerte en 1993.

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