Por: Judith Álvarez
A Montserrat …la
que sabe, se ama y libera
Respirando, oxigenando la danza teatro en este
festival, así llegó Barro Rojo con la dirección de Laura Rocha. Actos de individuación,
diversas emociones de la vida. Excavando
profundamente en las cavernas del subconsciente, de un corazón sangrante, de un
cuerpo desmembrado. Fue fácil entrar en
sintonía con la gran cascada de
expresividad, energía desbordante, fuerza, precisión y calidad interpretativa
de este grupo comprometido siempre con las luchas más remotas de la humanidad
Las expectativas
del público quedaron cubiertas por esta función. El tan esperado grupo defeño irrumpe
en el Festival de Danza Contemporánea Lila López en su edición treinta y
cuatro, con llenos totales como es su tradición. Calidez que se conjunta con la
misma temperatura de las noches de verano en San Luis Potosí.
Contundentes y
oportunos, reinventándose a diario. Se percibe
una frescura al ejercer su arte. Sin conformismos, Barro Rojo actualiza lenguajes.
La protesta continúa, la crítica y el compromiso social también. Cambian los
actores, como las mentes, como los escenarios. Se adecuan, se adaptan
reconociéndose en comunidades globalizadas. La primera pieza maneja esa
temática, el amor, desamor, la angustia y esperanza en las relaciones de pareja,
se aplica aquí, como en las grandes urbes cosmopolitas o suburbios pequeños,
pero llenos de departamentos que se habitan
individuales o compartidos.
El sueño de
igualdad continúa firme. Hay apertura a nueva sangre, nuevos brillos. La formación
profesional desde la misma esencia. Incluso los mismos estigmas deben
trascenderse. La revolución arroja las
armas bélicas y toma unas menos densas, más generosas, humanitarias y
placenteras. Las mentes inquietas tienen su turno, sin agresión, solo anhelan
manifestar sus ideas, plenas de avances tecnológicos, combinadas con
inteligencia emocional. La mística de libertad sigue impactando…barro moldeado
diferente. Barro Rojo, Arte Escénico (BRAE) demuestra que la calidad permanece,
continúa, como el ser independiente.
¿En qué momento
se convierten en actos privados o públicos el amar, el sexar, celar, doblegar,
humillar?…eterno rojo que desvela, sangre palpitante que lleva gran tráfico…que
siempre circula. En “Largo amanecer” se maneja la temática de las mentes
intranquilas, que registran, observan,
crean…aprenden a traducir, plasmar, materializar sus pensamientos, sus memorias
durante el periodo destinado al descanso, la noche .Es en ese espacio donde
confluye el eterno Adán la paciente Eva, las manzanas a punto de explotar, corteza
dura, exprimir los jugos, morder la fibra húmeda, regalar semillas Otras deciden
rodar, pasarse la estafeta, ya no jugar. La pesada carga antropológica del ser
dominador y el dominado. Ying y Yang, sin acuerdos, sin comprensión en la
otredad.
La tentación
presente, la seducción a lado, acompaña y gime, choca y checa, madura y pudre,
sana o involuciona. Conexiones desde el
subconsciente. Evocación del erotismo, que se cae, que gusta o se frustra. Contemplación
de la traición. Conflicto interno expresión final de rechazo al canon universal de sumisión.
Hombres y
mujeres salen a escena portando solo “underwear”, blancas por cierto. Símil del
cómo inician las relaciones, muy pulcros
y transparentes como los camisones o camisetas. Despojados de arquetipos. Caras
inocentes, impera la ternura, la entrega, la reciprocidad…luego a ¡Correr! Uno
se avienta el “jogging” mañanero. Va tras él su pareja. Músculos como el poder en fractal carrera. “¿Por qué no hablaste que no
llegarías anoche?”Reclama ella, “No tuve
tiempo de marcarte, tuve mucho trabajo, responde él….Sube el tono de voz, como la
música en sus audífonos. Se eleva la respiración como la desesperación.
Noches largas, ventanas chicas o grandes de los
edificios de departamentos permanecen encendidas. Reflejo del insomnio que
atrapa la espera. Colchones y cojines rojos vuelan y se comparten. Recursos
escenográficos muy bien empleados. Sobre de ellos se dibujan escenas eróticas,
en parejas o solitarias. Saltan y caen, de rodillas, de pie o todos sus cuerpos.
Son madrugadas y las luces ciegan. La intensidad se eleva, como la adrenalina y
se engrandece c
como la luna. Amanece
finalmente aún en tonos rojos, aún en espera de….
La fábula, tragedia
o comedia del amor se plasma en esta hermosa danza con toques teatrales, de
estilos contemporáneos. Fiel reflejo de nuestras nuevas sociedades de jóvenes
en busca de sus espacios, de su encuentro consigo mismos. Cuerpos en escenas
que pueden enmarcarse en una ciudad grande como en una chica. Entes emergentes,
en la búsqueda de no ser tan humanos, como
dijera Nietzsche, sino ser más que eso, trascendiendo el caos, el apego y
sufrimiento
Luego de dos
años de ausencia en tierras potosinas, Barro Rojo abre con la obra que cerró en
su última presentación en el Festival. Dando un movimiento circular, de ciclos
viejos y nuevos.
E lenguaje
coreográfico y temático que de inicio de
más de tres décadas de Barro Rojo, se
transforma aplicando un estilo más contemporáneo y acorde con la evolución de la
sociedad, sin perder la esencia de
crítica hacia los sistemas decadentes y aplastantes. El replanteamiento de las
obras, vestuarios, escenografía,
iluminación y musicalización se notan más fresco, creativo, minimalistas. Se
centran en el objetivo más importante: bailar y lo logran con entrega, calidad,
nivel técnico y expresividad en cada desarrollo. De hecho hay una escena donde
se proyecta en video unos grandes pies descalzos, símbolo del cercano nivel a
la tierra de la danza contemporánea, de libertad y liberar
En la segunda coreografía titulada
“Consecuencias”: sobre el escenario un gran círculo dibujado con varios pares
de zapatillas de mujeres, rojas, doradas, de varios tonos…para ejecutar una
danza en donde convergen una serie de emociones que intercambian. Se abrazan,
se repelan, se gritan o callan. La
desagradable y vergonzosa relación de violencia sostenida entre dos seres que
eligieron practicar más el lado negativo en vez amar. O por imposición como la trata de
personas. Ella parece ceder al sometimiento de él, chispazos de conciencia y
sororidad la motivan a recoger esos
accesorios femeninos, los arropa. De repente cambia de opinión y regresa al
encuentro de la llama viva dónde está el hombre. Luego de varias alzadas, giros
y deslizamientos por el piso en lucha de poderes, la fémina se decide a partir
o huye.
finalmente se
queda azotando sus propios tacones de su calzado, mientras ve como se aleja ella a continuar su
camino.
La mirada que
mira la mirada que mira…espejo tras espejo de la vida cotidiana, con lenguajes
actuales, Barro Rojo lleva de la mano en
cada obra con vasta fuerza, desarrollo
estético de movimientos que permiten
trascender cualquier tipo de malestar. El escenario ocupado en su totalidad hasta
el último peldaño se ha conectado en un sano intercambio de lecturas de
cuerpos, mentes y corazones a semejanza de una psicomagia.
En la última
obra, como único y solitario sofá blanco
de escenografía, solo cuelga en una
esquina una gran rama de árbol sin hojas, bailarines se desplaza en breves historias, explotando
sus luchas internas mientras se
deslizan, acarician brincan, se ocultan, abrazan, avientan, hacen malabares, levantan y alzan
cuerpos, combina con otros acrobáticos vuelos…sueñan despiertos o
dormidos…enmarcados sobre ese simple mueble
Un montaje muy
bien resuelto, que logra captar constantemente la atención, causa asombro, admiración
y empatía del público asistente. Tres pares de piernas femeninas se
desnudan tras el sofá, especie de sugestiva
invitación-ilusión que experimenta un
hombre que descansa plácidamente en el confortable objeto de sala hogareño.
Luego siguen con sus torsos, sus pechos al aire en franca seducción. Una
dinámica de estereotipos, sátira-crítica de las prácticas actuales amorosas,
sexuales. De la pérdida del sentido, de la banalidad del uso y abuso de
cuerpos, de substancias ajenas. Auto
sabotaje, baja autoestima que culminan en degradación del ser humano,
depresiones y soledades
Subiendo y
bajando de sofá, caminando sobre de él, llevándose sus cojines, aventándolos
acomodándolos, se desplazan varios elementos del grupo representan a los
personajes de los cuadros del destacado pintor ecuatoriano-español Santiago
Carbonell, quien en sus cuadros retrata los gestos, actitudes y estados de
ánimo enfatizando la gran soledad que los va aniquilando Sus pinturas casi
fotografías, le han provocado ser
defi
Tiempos,
espacios, ritmos, son elementos dominados por la Compañía. Expresividad al
máximo, profesional interpretaciones son
llevadas junto con el sillón. Música contemporánea de fondo: arrastran, voltean,
hacen bailar al famoso sofá, paralelamente a los humanos que no pueden
desprenderse de él. Otros danzan en el frente, casi en proscenio del foro
.Realizan entradas y salidas del escenario. Poco a poco se van integrando,
maromeando, sonriendo, posando para la
foto, acomodando la mejor imagen de su anatomía, disfrazando sus almas.
Así termina una
función más de Barro Rojo, con fuertes aplausos, que no cesan mientras
intercambian posiciones de sentarse o acostarse en el blanco y confortable
depósito de anatomías en descanso, que
han convertido en un miembro más de la actuación ….abre, cierra telón, aplausos,
risas… diversión y también reflexión.
nido como uno de los grandes
maestros del Realismo Latinoamericano.
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