Por: Roberto A. Valenciano Capín
Simple vino a ofrecer su corazón hecha canción Eugenia León para unirse a la celebración de estos cinco años de la inauguración del Centro Cultural Universitario Bicentenario, el recinto que ha cobrado mucha importancia dentro de la vida cultural del Estado.
Al compartir este suculento fandango musical acompañada por la Orquesta Sinfónica Universitaria bajo la dirección del Mtro. Alfredo Ibarra.
Una velada musical que hizo enaltecer las emociones gracias a este estupenda voz llena de este feeling y esta sutileza en no solo interpretar las canciones, sino hacerlas suyas gracias a su fuerza, intensidad, pasión y entrega que permearon en un público abocado a ser parte inmediata de esta travesía propuesta por una de las voces más exquisitas mexicanas y en esta complicidad de esta novel orquesta sinfónica universitaria.
Bajo este sotavento del Danzón No. 2 de Arturo Márquez dio inicio esta recorrido musical a través de esta cartografía sonora y composicional que van desde estos aires oaxaqueños con la -Sandunga-, para pasar por esta venia yucateca con-peregrina- de Luis Ricardo Rosado y musicalizada por Ricardo Palmerín. Entre -Un amorcito corazón-, - el timming del fox trot con esta picosa canción de - Mi querido capitán- , la pulsación poética de Agustín Lara con un -Bésame mucho-, - La Paloma-, - El corrido del caballo blanco-, - la muñeca fea- de Gabilondo Soler.
Quien también compartió esta parte más íntima, al dialogar su voz piano, al estar acompañado por Rosino Serrano, su director musical; para decantar " Vengo a ofrecer mi corazón-, un bello y pulsante tango de -Los Mareados- y -Arráncame la vida-, bajo la pulsación poética del compositor guanajuatense José Alfredo Jiménez con- Un Mundo raro-.
Foto: Francisco Acosta
Mientras tanto, la Orquesta Sinfónica Universitaria interpretó -Conga del fuego Nuevo- del compositor veracruzano Márquez, al quedar plasmado esta viveza y a la vez atestiguar de una pieza que se siente y se refleja. Más no fue así con una obra icónica de la música sinfónica de concierto mexicana -Son de Mariachis- de Blas Galindo.
Tres cambios de vestuario de Eugenia León: un vestido largo rojo, azul cielo claro con un rebozo gris y uno azul fuerte, siempre bella señora.
Antes de concluir este festejo, Eugenia León agradeció a Alfredo Ibarra y a la Orquesta Universitaria de que la acompañaron en esta noche, para despedirse con una de sus canciones que la dieron a conocer - El Fandango aquí-, canción que la hizo acreedora del OTI en 1985.
Entre el unánime agradecimiento por ofrecerse de corazón, el público potosino le agradeció con un aplauso en pie por varios minutos, en donde Eugenia León les correspondió esta gratitud al cantar - Santa- de Agustín Lara y de esta manera concluir este inolvidable concierto.
En el vestíbulo, los asistentes pudieron degustar de un brindis de honor y seguir escuchando como música de fondo, la esplendida voz de Eugenia León.
En el vestíbulo, los asistentes pudieron degustar de un brindis de honor y seguir escuchando como música de fondo, la esplendida voz de Eugenia León.
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