El pianista se presentó en marzo de este año con su cuarteto
en el Singapore Jazz Festival, como parte de una gira por Asia. (Braulio
tenorio)
Por. Rosario Reyes
Desde hace 40 años traduce la Ciudad de México en acordes.
Héctor Infanzón se ha dedicado a crear la música de su tiempo, esa que futuras
generaciones escucharán con la añoranza de una época. Es ya un clásico. Lo
mismo en composiciones orquestales, que de jazz o salsa.
El eclecticismo define la propuesta del pianista y
compositor. Así quedará de manifiesto en el Concierto de Gala Yamaha-INBA que
ofrecerá junto a su colega, destacado principlamente en el repertorio
académico, Alberto Cruzprieto, el trompetista Juan Manuel Arpero y Faustino
Díaz, destacado músico en trombón, eufonio, tuba y trompeta.
La cita, el 14 de mayo a las 19:00 horas en el Palacio de
Bellas Artes, es anunciada como un encuentro entre virtuosos.
“La fusión de ritmos permite ese eclecticismo que a la gente
le gusta, porque rompe con la idea de que la música clásica no se puede
combinar con el jazz o viceversa”, dice el maestro, que alterna sus conciertos
con la composición de obras sinfónicas, de cámara y nuevo repertorio para su
cuarteto y su orquesta, la Citadino Big Band.
___¿El eclecticismo musical fue percibido alguna vez como
una rareza?
___Sí lo era. Creo que ya no, estamos viviendo un tiempo muy
interesante en el que todo es combinable, la gente está ávida de escuchar cosas
nuevas.
___Usted fue pionero en hacer esas mezclas...
___No me lo propuse, es una de las cosas que pasan con el
arte. Es importante que sucedan estas combinaciones, sobre todo en una época en
la que las fronteras están abiertas en todos los ámbitos, componer con esta
apertura de estilos y géneros, y colaborar con otros ritmos. Eso es un poco la
traducción de lo que sucede en la sociedad, en la que hay una fusión de ideas
no sólo artísticas o estéticas, sino de pensamiento, de cultura, económicas.
Estamos viviendo un tiempo muy interesante, se está construyendo una nueva
manera de concebir la política, la economía, el arte, las relaciones, estamos
aprendiendo una nueva forma de ser y el arte siempre ha sido una vanguardia en
ese sentido.
___¿Diría que la democracia sí llegó a la música?
___No sé si sea así, siempre he tenido esa polémica con los
colegas. Creo que el arte no es democrático por sí mismo, es una elección
estética personal. Cuando yo elijo qué hacer con mis composiciones, es meramente
personal; lo que sí puede ser democrático en todo caso, es exponerlo a
cualquier audiencia.
___Sí, desde antros de a de veras. He tocado en cualquier
circunstancia, en todos los antros de la colonia Obrera; los cabarets como el
King Kong, Balalaika, El Ratón, La Burbuja; en los salones, como el Colonia,
primero como ejecutante con diferentes grupos, y empecé mis composiciones con
el grupo Recuerdos del Son. Para mí era importante hacer un movimiento musical
que hiciera frente a todo el movimiento salsero de la Fania en aquella época
(el sello discográfico neoyorquino que en los 70 y 80 grabó artistas como Rubén
Blades y Willy Colón).
___Parcialmente, éramos una nueva generación de músicos que
teníamos otra formación y creíamos que esta música valía la pena. Se logró con
grupos como Banco del ruido y Recuerdos del son, que lograron atraer a un
público diferente y con otro pensamiento. Entonces el maestro Froylán López
Narváez creó el eslogan “la rumba es cultura”, y eso logró que una nueva
generación impactara a otros ámbitos de la cultura en México.
___Había otro discurso, ya desde entonces yo componía
algunas cosas con esta idea de hacer la música de mi tiempo.
___Estamos en una época en la que todo el mundo rescata y
fusiona, pero yo soy de la idea de que hay que crear la que considero que es la
música de mi tiempo. Tuve la fortuna de tener una formación clásica y pasar por
todos los antros de salsa; fui popero, hasta llegar a la gira mundial Livin’ La
Vida Loca, de Ricky Martin, con Emmanuel, Mijares, Guadalupe Pineda, Eugenia
León y Maldita Vecindad; he colaborado con muchos artistas, tengo mi parte popera,
roquera, clásica, jazzística, de salsa; tengo todos estos géneros integrados y
así es mi música.
___¿No hay un movimiento entre los músicos de su generación?
___Creo que siguen siendo trabajos aislados, todo mundo está
trabajando desde su trinchera y habría que juntarnos como se hacía en otras
épocas, para hacer un frente común.
___Podría darse, estoy convencido de que debería haber un
movimiento en el que observemos nuestro tiempo y lo traduzcamos en música, en
letras, esculturas; habrá que juntarse con los colegas para considerarlo un
movimiento, pero mientras, hay que trabajar primero nosotros mismos. Mi
ocupación es traducir mi tiempo.
___¿Cómo percibe ese tiempo en este país?
___Yo a este país lo adoro. Tengo un amor muy profundo
especialmente por mi ciudad. Viví en Nueva York y me regresé porque amo a mi
tierra. Aunque pude haber estado muy bien allá, se abrieron muchas
oportunidades, pero quiero hacer mi música en el lugar donde nacieron todos mis
sueños, donde habito, donde están mis seres queridos, mis amigos, mi barrio, es
decir, contar la historia de donde pertenezco.
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