Fotografías: Cortesía Conchi León.
Por: Roberto A. Valenciano Capín
Un trabajo unipersonal que pone en la mesa, la historia que gira entorno a Juana, quien no solo es una mesera de una cantina, es también la mujer de cuerpo robusto, una gozosa bailadora, sino también la impronta de la amorosa, la cabrona, la que defiende a ultranza su visión de ver y sentir la vida, su libertad.
Y no solamente es el enumerar los 206 huesos que integran el cuerpo humano, por tanto le dan sustento a este espectáculo sonoro santanero, sino también es el enumerar a todos aquellos seres queridos que le dan cuerpo a Juana, al ser recordarlos al derramar un poco de mezcal en este árido suelo.
De esta manera afirmar con tal contundencia y carácter a través de una voz alegre y en momentos fuerte y concisa: "No necesito abrazos restados, ni abrazos de rato".
Un espacio que se transmuta en este inmutable bar, en donde converge el accionar de este trabajo escénico-musical, para desplegarse en su casa, el viajar en un trailer y poder sentir no solo el aire sino su libertad, además de este desierto que arropa a esta hiladora de vida.
Es así como nos remite a este infalible resguardo emocional de este suéter regalado por un trailero, de ahí que " ya les dije que me gusta mucho los caminos", comenta Juana con esta voz talante. Aunado a esta conversación con el orgullo herido de Pilo, así como este forzado y doloso diálogo con el fantasma de su madre puta ante este amoroso dialogo con sus hijas y aquel que llevas a cuestas. El ir brincando conjuntamente con sus hijas estos charcos de errores y ser cobijados bajo el manto de la frondosidad del desierto.
Un trabajo escénico de Eloísa Zapata, el cual es sumamente intimista, reflexiva y que cala hondamente a pesar de esta entrega amorosa y de una teatralidad sumamente sincera, como diría puntualmente Conchi León " Después de verla trabajando puedo decir que Eloísa -Zapata- es única, ama el Teatro con sus 206 huesos y eso me merece todos mis respetos".
Indudablemente: "La vida siempre empieza cuando uno quiere... hasta que la vida, la propia vida, te detiene. No te regreses. Sigue, hasta desaparecer... Escucha tu voz, no la de los otros". Braulio Peralta.
Un " 206. Espectáculo Sonoro Santanero " de Eloísa Zapata. Sustentado en la verificación escénica de investigación de voz y cuerpo. Bajo la dirección de Iliana A. García y la dramaturgia de Aldo Resendiz Picazzo.
Asesoría General: Conchi León. Diseño de iluminación, Sandra Silva. Diseño sonoro, Armando Corado Judd. Dirección general: Eloísa Zapata.
La cual se presentó en corta temporada, como parte del ciclo: Las compañías emergentes del Rinoceronte Enamorado.
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