Antonieta Rivas Mercado (centro) conversa con Federico García Lorca, en la Universidad de Columbia, Nueva York, el 23 de octubre de 1929. La fotografía es de Emilio Amero.
Por: Virginia Bautista
María Antonieta Rivas Mercado (1900-1931) no sólo fue musa de poetas y pintores o la mecenas que patrocinó las actividades de grupos como el Teatro Ulises y Los Contemporáneos, sino fue la única mujer que formó parte de ellos y destacó como “una escritora con voz propia, pionera del relato político”, directora teatral, ensayista, cronista, traductora, actriz y profesora de artes escénicas de la entonces Universidad Nacional de México.
Más conocida como la hija del arquitecto Antonio Rivas Mercado, autor de la columna del Ángel de la Independencia, la amante del excandidato presidencial José Vasconcelos o la amiga del poeta Federico García Lorca, la dama que se suicidó de un balazo en la Catedral de Notre Dame de París “escribía a la primera, casi no corregía nada, ni se repetía, y abordó temas que ninguna mujer había tocado”.
Más conocida como la hija del arquitecto Antonio Rivas Mercado, autor de la columna del Ángel de la Independencia, la amante del excandidato presidencial José Vasconcelos o la amiga del poeta Federico García Lorca, la dama que se suicidó de un balazo en la Catedral de Notre Dame de París “escribía a la primera, casi no corregía nada, ni se repetía, y abordó temas que ninguna mujer había tocado”.
“Hablamos mucho de ella, pero no la leemos”, afirma a Excélsior en entrevista Tayde Acosta Gamas, quien ha elaborado la nueva edición de las obras completas de Antonieta Rivas Mercado, 30 años después de que Luis Mario Schneider publicara la primera, en 1987; pero ahora “incorporando todo lo nuevo que ha salido a la luz sobre ella”, cartas inéditas y documentos poco conocidos, como su ensayo para la Nobel de Literatura chilena Gabriela Mistral y una tarjeta que le envió a García Lorca.
Los dos tomos coeditados por la Secretaría de Cultura y Siglo XXI, que se presentarán el próximo domingo 18 de noviembre, reúnen, el primero, sus cuentos, piezas teatrales, ensayos, prosa varia, traducción, novela y crónica; y, el segundo, su diario, sus cartas y diversos apéndices.
“Quise analizar la novela que dejó inconclusa, sus cuentos, sus obras de teatro y sus crónicas para que se entienda que su aportación a las diversas iniciativas culturales y a la campaña de Vasconcelos fue más artística e intelectual que económica”, explica.
La investigadora aclara que Antonieta fue la única mujer que escribió en las revistas de los grupos Ulises y Contemporáneos. “Ellos eran hombres de su época y no podían admitir con facilidad a una mujer, aun cuando algunos eran homosexuales. Hablamos de 1926 y 1928. La aceptaron no por el dinero que aportaba, sino porque reconocieron en ella a una igual”.
Dice que le llamó la atención que los cuentos de Rivas Mercado tienen un estilo “un tanto afrancesado”, como el de Los Contemporáneos. “Están leyendo todos a Joyce, a Proust. Encajó muy bien en el conjunto”.
La especialista en este grupo añade que la obra literaria de Antonieta está muy emparentada con los relatos de Jaime Torres Bodet (Margarita de niebla, 1927), Gilberto Owen (Novela como nube, 1928), Xavier Villaurrutia (Dama de corazones, 1928) o Salvador Novo (Return Ticket, 1928). “Es una pena que haya terminado con su vida cuando estaba encontrando su propia voz”.
Aciertos literarios
Tayde Acosta destaca que la novela El que huía, que dejó inconclusa Rivas Mercado, es uno de sus grandes aciertos. “Es la historia de un escritor que está en Francia y sus amigos le dicen que regrese a México, porque se está perdiendo de algo muy importante. Pero él anda con sus demonios. Va a Nueva York en barco y ahí conoce a una chica de la que se enamora. Es una historia de amor, pero con el trasfondo de la campaña de Vasconcelos. Maneja el sentido del humor y la ironía”.
Detalla que en esta obra se tocan temas filosóficos, sobre la vida del protagonista y lo que piensa de la literatura, y sobre su identidad como mexicano relegado en París; y, por otro lado, es una novela política. “Por las cartas que envió al pintor Manuel Rodríguez Lozano, de quien estuvo enamorada, y su Diario de Burdeos, sabemos en qué termina: al hombre lo matarían en México como militante de la campaña vasconcelista”.
Por esta razón, la estudiosa concluye que Antonieta se aproximó a vertientes que las escritoras no abordaban en ese momento. “Nellie Campobello habla de la Revolución Mexicana en Cartucho (1931), pero poco tiempo después, y también en Las manos de mamá (1937). Pero Antonieta inaugura el relato político femenino con esta novela y la crónica de la campaña de Vasconcelos, que comienza en 1929”.
En cuanto a la correspondencia que escribió la creadora del patronato de la Orquesta Sinfónica de México, quien desde niña aprendió a hablar inglés, francés, alemán, italiano y griego, se incluye desde una carta aislada para su esposo Albert Edward Blair, escrita en 1926, hasta la misiva que envió su hijo Donald Antonio a su tía Amelia, desde el exilio en París, poco antes del suicidio de su madre.
Acosta Gamas aclara que si bien fue en 1975 cuando Isaac Rojas recopiló el primer material literario de Antonieta, Cartas a Manuel Rodríguez Lozano (1927-1930), y en 1981 Schneider dio a conocer La campaña de Vasconcelos, fue hasta que Fabienne Bradu lanzó su biografía novelada, Antonieta (1991), cuando se despertó un fuerte interés por la narradora.
“Estas obras completas actualizadas rompen varios mitos, como que se suicidó por amor, y dejan ver a la Antonieta de carne y hueso: a la escritora que preparaba un texto sobre Sor Juana y La Malinche, entre otras novelas; a la perseguida por el gobierno de Plutarco Elías Calles, por apoyar a Vasconcelos; y a la mujer que quería hacer libros de arte y trabajar en las galerías de París”, concluye.
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