domingo, 7 de abril de 2019

'La mujer, el ser más sutil de la creación': Alberto Dallal


Por: Virginia Bautista

Ana, una mujer inteligente, fuerte, realista, de mentalidad abierta, que antepone la razón a los sentimientos y defiende su libertad sexual, fue concebida hace 50 años por un hombre: el escritor, investigador y crítico Alberto Dallal (1936). Este “propósito audaz” dio vida a su primera novela, El poder de la urraca, a la que define como “adelantada a su época”.

Medio siglo después, el narrador y poeta aún se siente orgulloso de esta historia que “rindió un gran homenaje” a las féminas en una época en que todavía no eran reconocidas e, incluso, “la mayoría era sumisa, sobre todo en México”, dice en entrevista.

La mujer es el ser más sutil de la creación. Todas las mujeres, cuando son inteligentes, alteran el orden establecido. Ahora las admiro más”, afirma el autor de esta obra que acaba de reeditar El Tapiz del Unicornio y se presentará el 8 de mayo en la Librería Gandhi Mauricio Achar.

Las mujeres pueden hacer todo lo que realizamos los varones, pero nosotros no podemos tener hijos como ellas. Este milagro es su mayor ventaja. Estoy seguro que acabaremos siendo gobernados por las mujeres”, dice.

El también cuentista, ensayista y dramaturgo narra la amistad entre tres mujeres estudiantes, y la historia de amor de una de ellas con dos hombres, el joven Sebastián y el doctor Kerr, un profesor.

La trama se desarrolla en un puerto del Adriático, antes del estallido de la Primera Guerra Mundial, y muestra el universo escondido de las relaciones de poder, la búsqueda del amor y la soledad.

La novela se adelanta a su época en toda América Latina, porque está escrita en primera persona. Quería dar vida a un personaje femenino profundo y complejo. Me interesaba narrar como si fuera una mujer. Fue muy difícil para mí como autor masculino. Pero la releo ahora y creo que fue todo un acierto”, confiesa.

Quien ha ejercido la crítica literaria, de teatro y danza durante más de 40 años admite que, tras la primera reedición de El poder de la urraca en 1976, los editores no quisieron publicarla de nuevo, a pesar de que los tirajes se agotaron y fue bien acogida por los críticos.

Entonces vino una especie de bache, hasta que la redescubrió José Antonio Lugo, autor del prólogo de la nueva edición. Se la di a leer y se quedó pasmado, porque le pareció una pieza muy actual, muy moderna. Y, precisamente por los elementos de vanguardia que tiene, estuvo congelada”, explica.

El investigador del Instituto de Estéticas de la UNAM y profesor de esta casa de estudios señala que esta propuesta literaria fue el producto de varios años de observar a las mujeres y recordar a las féminas con quienes estuvo casado o en unión libre.

El mensaje es que hay que vivir el amor. Los jóvenes pueden tener una relación más estable reconociendo las capacidades de la mujer. Pero aún son reacios a darse cuenta de los méritos femeninos”, agrega.

El autor de las novelas Las ínsulas extrañas (1970), Mocambo (1976) y Todo el hilo... (1986), además de otros 34 libros de ensayos y crítica, rechaza que la investigación le haya quitado tiempo para crear su ficción.

Sigo escribiendo. Mi lenguaje ha evolucionado. No podemos escribir como hace 50 años. El lector actual se cansa ante el exceso de detalles. Con el cine y la internet ya no se deben describir mucho las escenas. La nueva novela debe ser como fogonazos”, añade.

El coordinador de la revista electrónica Imágenes, de Estéticas de la UNAM, adelanta que confecciona una nueva novela, a más de 20 años de haber publicado la última.

Es una historia fuerte. El mundo está tremendo. Si no tomamos medidas radicales, vamos hacia un desastre ecológico y nuclear. La idea es que refleje la coyuntura que estamos viviendo. Me preocupan las soluciones”, concluye el Premio Xavier Villaurrutia 1982.

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