Un pasaje de la obra Muros desmontados, de Abu Hamdam. (Foto: MUAC)
Por: Ana Laura Tagle
En la pieza Muros desmontados, presentada en Sala 10 hasta el nueve de agosto, el artista Lawrence Abu Hamdan conjuga la información de diversas investigaciones para llegar a un diagnóstico sobre el uso político y social de los muros, así como del sonido que se cuela a través de ellos, señaló Alejandra Labastida, curadora del Museo Universitario de Arte Contemporáneo.
“Abu Hamdan —artista, activista y colaborador de organizaciones como la Amnistía Internacional— plantea que el ruido y el espacio son herramientas importantes dentro de las estrategias de control ejecutadas por los aparatos y nos alerta que en este universo sonoro se está librando una batalla de la cual no estamos conscientes”, añadió en entrevista.
Muros desmontados se realizó desde el estudio Funkhaus Berlin, que entre 1952 y 1991 fue sede de la radio oficial de la República Democrática Alemana, a través del cual se emitieron posturas sobre la Cortina de Hierro. Así, mientras el artista alemán recorre y ocupa las habitaciones de este espacio, se escuchan y proyectan individualmente: un acompañamiento de batería, los testimonios de prisioneros de Saydnaya —cárcel militar siria—, así como la recreación del grito que escuchó la testigo sonoro de un asesinato, entre otros casos.
“Él está cruzando estos muros mientras vemos la evanescencia de las ondas sonoras; Lawrence Abu Hamdan está haciendo claro el artificio, lo muestra”. En el caso de los prisioneros de Saydnaya se exhibe como la arquitectura y el sonido son medios para ejecutar tortura psicológica, explicó.
Para llegar a esa conclusión, en 2016 Abu entrevistó a una serie de sobrevivientes y los ayudó a recordar su experiencia a través de los sonidos que recordaban, pues en la prisión no era posible ver nada, pero se escuchaba absolutamente todo. “Se dio cuenta que hay momentos en que la información llega a nuestros oídos de forma distorsionada ya que algunos de los exreclusos pensaban que la dimensión y forma del lugar era completamente distinta a lo que es por lo que ellos escuchaban”.
En las descripciones de los reos que fueron liberados, se destaca que el sonido más importante es el de los golpes que vienen a través de los muros donde éste era mucho más fuerte que el dolor. Con base en esto, Abu comenzó a realizar una investigación del lugar a partir del ruido, el cual considera es menospreciado socialmente, sobre todo en la cultura occidental. “Eso es un error, en la audición hay una herramienta que no hemos sabido reconocer, pero que sí está siendo usada por los aparatos de poder”.
“Desechar el oído como una herramienta útil ha sido aprendido desde la infancia, desde la cual nos concentramos totalmente en lo visual. La capacidad auditiva la tenemos, sólo que no es considerada como una herramienta importante para la sobrevivencia”, añadió Labastida.
Incluso, nuestra construcción de la realidad a través del oído se ha modificado y educado a través de medios como el cine, la tele y la radio, factor que deriva en que la mayoría de las personas no son capaces de reconocer el sonido de un balazo real. A lo anterior, se deben sumar cómo se disuelven y construyen muros, así como la forma en que el sonido opera en ellos.
“No se trata simplemente de pensar acerca del sonido, sino de aprender a pensar en sonido y en cómo traspasa muros y paredes. ¿Quién se beneficia de las filtraciones acústicas?”, concluye Labastida.
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