Por: Nelly Toche
Las proyecciones indican que la población mundial seguirá creciendo hasta alcanzar los 10,400 millones en la década de 2080, lo que muestra que la tasa general de crecimiento se está desacelerando. Los países registran tendencias demográficas diferentes que van desde el crecimiento hasta el declive, explica el doctor Manuel Ordorica-Mellado, demógrafo de El Colegio de México.
El pasado 15 de noviembre se eligió como fecha simbólica para marcar el día en que el planeta llegó a 8,000 millones de habitantes. Si bien llegar a esa cifra ilustra una historia de éxito para la humanidad, también plantea preocupaciones sobre los vínculos entre el crecimiento de la población, la pobreza, el cambio climático y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
“A menos que superemos el enorme abismo entre los ricos y los pobres, nos estamos preparando para un mundo de ocho mil millones de habitantes lleno de tensiones y desconfianza, crisis y conflictos”, advirtió António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas.
La cifra de ocho mil millones de personas da testimonio de los avances científicos y las mejoras que se consiguieron en materia de nutrición, salud pública y saneamiento. Sin embargo, a medida que aumenta la familia humana, también se vuelve más dividida y compleja.
Frente a esta necesidad de reflexionar más allá del número, Manuel Ordorica-Mellado, maestro demografía por El Colegio de México, doctor en ingeniería por la UNAM y ex presidente de la Sociedad Mexicana de Demografía, comparte con El Economista que es muy importante observar la velocidad y el ritmo de crecimiento de la población del mundo. Dijo que la demografía se le tiene que ver como una de las ciencias sociales más exactas e importantes, porque nos permite vislumbrar lo que es el futuro. “No solamente es un dato curioso, es la herramienta que nos permite generar proyecciones y crear soluciones, no esperarnos a tener los problemas poblacionales encima”.
El crecimiento demográfico en dos siglos
El también exdirector de Estudios de Población del Consejo Nacional de Población (Conapo) explica que en el primer cuarto del siglo XIX se alcanzaron los primeros mil millones de habitantes en el mundo, “para que esto ocurriera fue necesario que pasaran varios siglos”. Los siguientes mil millones de personas llegaron en 1930; aquí los avances médicos permitieron enfrentar las enfermedades y eso se tradujo en esperanzas de vida más elevadas. “Un momento estelar del ser humano por una vida más larga fue en 1928 cuando Alexander Fleming descubrió la penicilina, lo que permitió una disminución de los fallecimientos por enfermedades infecciosas, así, los niveles de mortalidad combinado con una tasa de natalidad elevada dieron como resultado el crecimiento demográfico”.
Los siguientes mil millones de personas se registraron en 1960, sólo tres decenios después y a partir de aquí comienza una etapa donde desciende la fecundidad, gracias a la aparición de la píldora anticonceptiva. Cabe mencionar que este invento se le atribuye a Carl Djerassi pero la patente del compuesto pertenece al ingeniero mexicano Luis Ernesto Miramontes, “el descubrimiento se llevó a cabo en México en 1951 y uno de los principales compuestos se sustrajo del barbasco, una planta mexicana”.
Los siguientes mil millones se alcanzaron en 1974 para llegar a cuatro mil millones y 13 años después la población llegó a cinco mil millones de personas; para 1999 éramos seis mil millones, en 2012 siete mil millones y finalmente este 15 de noviembre se anunciaron ocho mil millones de personas en la Tierra. “Esta es la velocidad a la que crece la población, pero saber cuántos habitantes hay no es suficiente, la información plantea grandes retos”.
Distribución desigual
Ordorica explica que en el 2022 la distribución de la población es muy desigual en el planeta, China es todavía el país más poblado de la Tierra con 1,426 millones de habitantes, le sigue India con 1,417 millones. Para el año que viene la prospectiva indica que este país será el más poblado del globo. También se proyecta que el mundo se estabilizará a mediados del siglo XXI en 10 mil millones de habitantes, por lo que se deben adecuar las políticas según el país.
En México, la población ronda los 130 millones de habitantes, lejos de los países anteriores, pero el fenómeno para nuestro país también es interesante. Para 1950 teníamos 25 millones de habitantes; en 1970, 50 millones de habitantes. “Si hubiéramos seguido creciendo a esa velocidad en el 2000 hubiéramos llegado a 150 millones de habitantes, pero según el censo, llegamos a 100 millones, dejaron de nacer 50 millones. La política de población en ese sentido fue muy exitosa, pasando de la frase 'gobernar es poblar', en los años 70, a 'la familia pequeña vive mejor'”.
Otro aspecto relevante en nuestro país, es que hemos tenido una distribución de la población muy concentrada en las zonas metropolitanas de Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara; la gente emigra a donde tiene posibilidades de vivir mejor, pero es importante tener una política que impulse áreas importantes. Por ejemplo en las fronteras, que en el pasado nos hizo perder territorio por no tener población concentrada ahí.
Después de la covid quedó claro el problema. Tuvimos un gran número de contagios y fallecimientos por las fuertes concentraciones de población. “Los seres humanos estamos invadiendo el hábitat de los animales, virus y bacterias que conviven entre ellos. Ahí estamos tocando algo muy importante para el crecimiento demográfico. Sin duda el medio ambiente está totalmente vinculado con el crecimiento poblacional”.
El proceso de envejecimiento de la población
Otro aspecto fundamental es el análisis de la edad. La esperanza de vida es de 72 años para los hombres y 78 para las mujeres, desde el punto de vista demográfico el “sexo débil” son los hombres y con ello vienen cuestiones de fondo que analizar en el largo plazo, por ejemplo, así como creció rápidamente la población de recién nacidos, así pasará con el crecimiento de la población en edad avanzada.
“Lo que va a ocurrir es que mucha de la población femenina no cuenta con seguridad social, no tienen los recursos y van a estar solas en sus edades avanzadas, quizá conviviendo con diversas enfermedades. Agregar la discusión de las pensiones y jubilaciones será importante. Este es un problema que es necesario enfrentar desde ahora”.
Por otro lado, se está observando cómo hay muchas jóvenes menores de 18 años que están teniendo hijos que tendrán grandes limitaciones. Esto tiene que ver con un empuje a cuestiones de educación, “como se dice, la mejor píldora anticonceptiva es la educación”.
Proyecciones a futuro
El doctor Ordorica-Mellado recalca que es posible regularnos con los datos de proyección que ofrece el estudio de la demografía a través de las políticas públicas. Por ejemplo, en México se estableció una meta del 1% al año 2000 y luego metas intermedias entre 1977 y el 2000, luego se dijo qué clase de esfuerzos y programas se tenían que hacer, como educación, comunicación y planificación familiar.
Ahora la demografía cambió, ya no tenemos problema con el crecimiento demográfico, pero sí con la tasa de reemplazo, es decir, con menos de 2 hijos, ahora se tendrá que analizar qué es lo que pasa a nivel de cada entidad federativa para buscar soluciones al envejecimiento y lo que se vincula a ello, el tema alimentario, económico, salarial, de cuidados, entre otros, “y este problema lo tendrá que enfrentar el Estado”, concluye.
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