EFE
Con diez años, Daniel Mejía (México DF, 1997) tocaba de forma autodidacta la guitarra eléctrica con acordes del grupo de rock británico Led Zeppelin hasta que su padre le regaló a los 14 "una de verdad", una clásica con la que descubrió al español Paco de Lucía y "ahí cambió todo".
"Yo era de tocar Led Zeppelin hasta que mi padre me dijo que tocara una guitarra de verdad", explica a EFE Mejía quien, con solo 25 años, ha sido finalista en el prestigioso Concurso Nacional de Arte Flamenco de la ciudad de Córdoba (sur de España) donde ha podido mostrar toda su influencia mexicana llevada al género musical nacido en la región española de Andalucía.
"Viendo vídeos de Paco de Lucía todo cambia y supe que yo me quería dedicar a esto", dice el joven mexicano que recibió su formación profesional en la Escuela de Música DIM en Ingeniería en Audio en la capital de su país.
Durante su formación como guitarrista flamenco, Mejía acompañó a distintos bailaores de ese género como Ricardo Rubio, con la compañía Interflamenca, además de a Marién Luévano y Armando Tovar, en el Centro de Flamenco y experimentación Artística "Hojas de Té".
DE MADRID A ANDALUCÍA PARA ESTUDIAR FLAMENCO
El flamenco entró "de lleno" en su vida y le gustaba mucho José Jiménez "El Viejín", lo que le llevó hasta Madrid hace cinco años para perfeccionarse con él en la Academia Cañorroto El Entri y en la Fundación Conservatorio Flamenco "Casa Patas".
Su viaje en España se completa en Andalucía. En Sevilla reside y trabaja habitualmente entre tablaos flamencos y continua su perfeccionamiento en la Fundación Cristina Heeren donde fue acreedor de la beca prácticum, mientras que en Córdoba se instruye en el Conservatorio Superior de Música "Rafael Orozco", donde "también estudiaron los grandes".
Por el momento, ha actuado como guitarrista acompañante en diferentes tablaos y peñas, destacando el Teatro Flamenco Triana en Sevilla, y ha participado en el cuadro ganador del Concurso de Baile Antonio Ruiz Soler en 2021, si bien actualmente desarrolla proyectos personales mezclando el lenguaje flamenco con la influencia mexicana y forma parte del proyecto de Javier Valero.
"MUCHO QUE RASCAR" EN LOS LAZOS ENTRE ESPAÑA Y MÉXICO
"Unos lazos de más de 500 años entre México y España que se ven en la música", subraya Mejía, quién cree que "hay mucho que rascar" en la influencia que el flamenco ha tenido sobre la música mexicana en particular y Latinoamericana en general.
"La guitarra siempre está muy presente. Mira los guitarristas de Brasil, también en la música venezolana o los famosos tríos de México, solo hay que recordar a 'Los Panchos'", señala el guitarrista.
"Los palos del flamenco (cada uno de los estilos de cante) son de ida y vuelta y claro que por allá (Latinoamérica) hay mucho que rascar para ver la influencia, pero es evidente que encaja la música de allí", añade.
Además, recuerda que la "fiesta es un poco similar" en México, ya que en grupo "cada uno va tocando, cantando y si quieres bailar, pues uno canta y otro baila, ya sea bulerías o fandango (dos de los estilos del flamenco)", como ocurre en cualquier tablao o fiesta flamenca que se pueda encontrar en España.
Pero sus influencias mexicanas no es algo en lo que Mejía "piense" a la hora de tocar o componer, ya que el flamenco "es un estado de ánimo". "La verdad es que no pienso en nada concreto, solo toco y ya...aunque es cierto que la música te sale de una manera u otra dependiendo de cómo te encuentres".
EL CONCURSO DE ARTE FLAMENCO, UN SUEÑO CUMPLIDO
Si se le escucha mientras ensaya se podría intuir un sonido similar a las "rancheras" de México. "Es posible", se sorprende Mejía, aunque reconoce que no es su "estilo", y solo si "estás más feliz o triste te da por sacar un palo u otro".
Pero actualmente, su estado es de "enorme felicidad" ya que está "viviendo un sueño" y "cumpliendo otros", como ha sido el caso de tocar en el Gran Teatro de Córdoba y participar en el Concurso Nacional donde "triunfaron los grandes" y hacerlo "junto a amigos, que son grandes artistas y grandes profesionales".
Y mientras sigue su camino tiene claro que su sueño final es "poder vivir de lo que me gusta", del flamenco, y "hacerlo aquí en España", donde "seguir componiendo y quién sabe si sacar un disco" en el que se refleje todo el arte que expresa con las seis cuerdas de su guitarra que llega desde México para quedarse.
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