En la muestra se exhiben óleos, acuarelas, dibujos, fotografías, documentos personales y bocetos.
Por: Reyna Paz Avendaño
Aurora Reyes fue la primera mujer en pintar un mural, fue una educadora que propuso la creación de guarderías y fue una artista borrada de la historia del arte por su pensamiento crítico y por apoyar el movimiento estudiantil de 1968. Hoy 320 de sus obras se reúnen en el Museo Nacional de San Carlos, en la exposición "Arte y lucha. Aurora Reyes (1908-1985)”.
En la muestra se exhiben óleos, acuarelas, dibujos, fotografías, documentos personales y bocetos, de éstos últimos destacan los que la también amiga de Frida Kahlo y Diego Rivera hizo para los siete murales que plasmó en diferentes espacios de la Ciudad de México.
“Aurora Reyes fue madre a temprana edad por lo que ingresó al magisterio en 1937, ahí trabajó más de 37 años y fue donde pudo lograr cambios para la dignidad laboral de las mujeres. A ella hay que atribuirle que cambió, desde el sindicato del SNTE, el tener conciencia sobre la maternidad, la lactancia y el tiempo de incapacidad cuando eres madre soltera”, expresó la curadora Valentina García.
Aurora Reyes nació 1908, en Chihuahua, fue nieta del general Bernardo Reyes, por lo que su familia debió salir de Chihuahua, durante la Decena Trágica, y esconderse durante un tiempo en la Ciudad de México, específicamente en la Lagunilla, donde fue educada en casa por su padre, León Reyes.
Después ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria donde conoció a Frida Kahlo, sin embargo, tuvo problemas con una prefecta y la expulsaron por sus comentarios políticos. Así que ingresó a la Academia de San Carlos, bajo la tutela de Saturnino Herrán y Francisco de la Torre, y fue una de las pocas mujeres que incursionaron en la técnica del grabado.
En 1925 expuso de manera individual en París y en 1929 ganó la medalla de oro en la Exposición Iberoamericana de Sevilla, posteriormente ingresó al magisterio jubilándose en 1964.
“Gracias a esta artista se crearon las primeras guarderías públicas para las maestras, se consolidó un sindicato de maestras mexicanas y se impulsó el derecho al voto a la mujer; además creó programas públicos que hablaban sobre la salud mental y la higiene, temas en boga porque México estaba en el periodo postrevolucionario”, añadió la curadora.
La exposición se divide en cinco núcleos temáticos y destacan 12 óleos, entre éstos: “La novia de oro” (1955), “Retrato de la Peque. La poeta Josefina Vicens” (1945), “Concha, Aurora y Frida” (1949), “La hija del caracol” (1957) “Muchacho frente al mar” (1947); y “Argumento dramático” (1946).
También se resalta su participación en el muralismo con la exhibición de bocetos de su primer mural: “Ataque a las maestras rurales” en el Centro Escolar Revolución, donde critica los asesinatos y violaciones que sufrieron las profesoras durante el movimiento cristero. Otra pieza que habla de su importancia artística es una carta de 1957 que le escribió Diego Rivera donde le encomienda seguir con la causa comunista y no parar las protestas sobre la bomba atómica.
CENSURA Y AMOR
“Si Aurora tenía un gran amor, aparte de sus hijos y de su familia, era México”, añadió Ernesto Godoy, nieto de la artista y enfatizó que no ha sido fácil reivindicar el trabajo de su abuela.
“Mi hermano y yo hemos hecho un denodado esfuerzo, ha sido una lucha de muchísimos años, por rescatar la memoria de Aurora porque se hizo de enemigos no pequeños, entre ellos, Luis Echeverría, que intentaron borrarla de la historia de México y afortunadamente los tiempos han ido reivindicándola y poniéndola en el lugar que se merece”, indicó.
Al respecto, Héctor Godoy comentó que a su abuela le importaba dejar un legado para sus alumnos.
“Sin embargo, su lucha social es desconocida porque desgraciadamente se volvió un personaje incómodo para ciertos agentes del gobierno, no estaban de acuerdo con sus condiciones políticas ni feministas, además en el camino abandonó el Partido Comunista Mexicano y fue fundadora de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios”, dijo.
Uno de los cuadros que se exhiben se titula “La novia de oro” (1955) y en palabras de la curadora, podría ser la causa del silencio que ha vivido la obra de Reyes.
“En los años 30 cuando viajó al Istmo de Tehuantepec con Lázaro Cárdenas, como inspectora de la SEP, conocieron a Estela Ruiz que durante más de cuatro décadas fue el rostro del billete de 10 pesos. En ese viaje iba el secretario particular de Cárdenas, Taboada, y el asistente que era Luis Echeverría, en este viaje parece que Taboada y Ruiz se comprometen, pero no se concretó y ella quedó devastada”, narra García.
Reyes pintó a Estela Ruiz vestida de novia y años más tarde se cuenta que el óleo fue vendido al INBA, en los años 50, pero Luis Echeverría lo pidió para regalárselo de cumpleaños a su mentor Taboada, sin embargo, coincidió que al llevarle el cuadro, Taboada murió por un infarto.
“Esta obra estuvo en el acervo de Echeverría y ahora es del Museo de las Culturas del Estado de Oaxaca. Aurora apoyó al movimiento estudiantil de 1968 haciendo los impresos para la gráfica política y es cuando tuvo conflictos con Echeverría, pero cuando éste llegó a la presidencia invitó a la artista dirigir el INBA, pero ella rechazó la oferta y una hipótesis es que desde entonces dejó de tener la presencia en la escena artística”, indicó.
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