martes, 25 de diciembre de 2012

Adiós al poeta brasileño de Ledo Ivo



“La poesía representa en mi vida, mi propia vida, mi razón de ser, mi razón de vivir, de estar, mi lenguaje de comunicación con los hombres”, señalaba Lêdo Ivo, en una entrevista en 2010. Luego afianzaba su respuesta:” Desde la infancia yo quería ser poeta, de modo que la presencia de la poesía en mi vida es la justificación de mi existencia, es como si mi sueño de infancia se hubiese convertido en realidad”. Ese poeta y escritor brasileño que “decretó la muerte” de la estética modernista en las letras brasileñas, murió ayer a los 88 años en Sevilla, España, víctima de un infarto.

Ledo Ivo, el periodista, poeta, novelista, cuentista, cronista y ensayista brasileño, fue uno de los escritores más importantes de la generación del 45 y de la literatura moderna brasileña. Ayer murió mientras estaba en “viaje sentimental” por España, según declaró su hijo, el pintor Gonçalo Ivo, quien agregó: “quería cruzar el Guadalquivir andando por uno de sus puentes; cosas de poetas”.

Nacido en la ciudad de Maceió, en el nordestino estado brasileño de Alagoas el 18 de febrero de 1924, Ivo comenzó su carrera literaria con la publicación, en 1944, del libro de poesía Las imaginaciones. Desde ese año y hasta 1961, el prolífero escritor, quien además de novelas y poesía, escribía crónicas y artículos de diversa índole, produjo cerca de 300 trabajos, entre obras y textos, muchos de los cuales fueron traducidos al español, inglés, francés, danés y holandés.

El también autor de Réquiem que en 2009 obtuvo el Premio Casa de las Américas en la categoría literatura brasileña, defendía un modelo de poesía comprometida con el individuo y la sociedad. La crítica se refirió a él como el poeta indignado, él eligió calificarse como poeta municipal. Ivo señaló en una entrevista con la agencia EFE en octubre de 2011: “Los poetas estamos para dar voz y música al que no la tiene”.

El escritor y periodista brasileño trataba de alejarse de la poesía pura dirigida a una inmensa minoría para orientarse a celebrar el universo a través de sus versos. Prefería tratar la vida cotidiana y la condición humana.

“Un poeta no sabe porqué se le considera a un poema terminado, no es más que una percepción de su experiencia literaria, el poeta es un eterno aprendiz, un alumno, nunca llega a ser maestro, nunca terminas de aprender de lo que experimenta uno”, señaló en una entrevista con Iván Trejo, publicada en la revista Casa del tiempo en julio de 2010.

Fue miembro de la Academia Brasileña de Letras desde 1987. Según noticias de Brasil, el cuerpo del autor del libro de poesía Oda y Elegía, obra por la que recibió el premio Olavo Bilac de la academia brasileña, será cremado en España y sus cenizas serán trasladadas a Río de Janeiro, donde permanecerán en el mausoleo del cementerio Sao Joao Batista.

La escritora Ana Maria Machado, lamentó la muerte del escritor y convocó a una sesión extraordinaria de la Academia para el próximo 10 de enero para homenajear al hasta ayer ocupante de su quinto asiento.

La última obra de Lêdo Ivo fue El viento y el mar, una antología poética que publicó en 2010, en la que se reune buena parte de su obra.

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