En la búsqueda de fuentes de energía limpia existe una amplia terna de candidatos que, por diversos motivos que van desde el difícil acceso hasta el costo mismo, hacen que no se encuentren aún al alcance de todo el mundo. Sin embargo, una alternativa ante estos recursos difíciles de gestionar se encuentra en las entrañas mismas del ser humano, en particular del corazón.
Ahora, un equipo de investigadores de Estados Unidos diseñó un implante flexible que se adhiere a los órganos y convierte en electricidad la energía cinética de sus movimientos, lo que puede tener importantes aplicaciones para hacer y otras prótesis implantables.
El nuevo método se probó en corazones, pulmones y diafragmas de vacas, ovejas y cerdos, siendo la primera vez que un dispositivo así se usa en animales de este tamaño y los resultados indican que el implante es capaz de generar hasta ocho voltios, es decir, suficiente energía como para mover un marcapasos convencional.
El motivo por el que estos animales fueron utilizados para este experimento es porque sus órganos tienen unas dimensiones similares a los de los humanos, mientras que el gran objetivo de este prototipo es diseñar una nueva clase de generadores eléctricos y baterías que permitan sustituir o mejorar los modelos actuales, publicó la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
La urgencia por mejorar los métodos actuales radica principalmente en que aunque los marcapasos y otros dispositivos han mejorado mucho su eficiencia en los últimos años, aún es necesario que se les cambien periódicamente las baterías antes de que se agoten, lo cual sucede cada 10 años aproximadamente.
Sin embargo, el procedimiento no es tan sencillo como cambiar las baterías de un control remoto y, en este caso, requiere una operación quirúrgica. Es por esto que una nueva generación de implantes como el actual podría evitar o retrasar una intervención de dicha naturaleza y dejar que los propios órganos generen de forma limpia la electricidad necesaria para que los implantes se mantengan funcionando.
Esta innovación representa un importante avance hacia las prótesis clínicas del futuro, e, incluso, sus creadores señalan que el mismo tipo de sistema también puede tener otro tipo de aplicaciones, siendo el caso más inmediato la generación de energía para aparatos que miden el rendimiento físico, al colocarse un sistema similar sobre la piel.
Este nuevo implante está basado en un material piezoeléctrico, lo que significa que cuando se dobla genera electricidad; así mismo, está formado por capas nanométricas de un material llamado circonato titanato de plomo las cuales se adhieren en una base de silicón, lo que permite pegarlos cerca de los ventrículos de un corazón o los pulmones. Finalmente, cuando el corazón se contrae para latir, el material se dobla y genera electricidad.
De acuerdo con el estudio, el nuevo modelo es hasta cinco veces más eficiente que otros probados en estudios anteriores con animales. De igual manera, el sistema también incluye un chip como rectificador y una batería recargable.
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