jueves, 31 de marzo de 2016

Perdidas en el tiempo, las raíces afropotosinas



Por: Nelly López
 
De 1600 a 1641, siglo en que se dio la consolidación de San Luis Potosí como centro minero, se efectuaron al menos 2 mil contratos legales de compraventa de esclavos negros, provenientes de pueblos africanos y que se mezclaron con los habitantes de la zona comprendida entre Cerro de San Pedro hasta lo que hoy conocemos como municipio de Charcas.
 
 
Sin embargo, con base en  la última encuesta intercensal del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) 2015, San Luis Potosí se posicionó junto con los estados de Zacatecas, Guanajuato, Aguascalientes, Sinaloa y Durango, como lugares sin presencia afromexicana o afrodescendiente. Mientras que los estados de Guerrero, Oaxaca y Veracruz, repuntan en los tres primeros lugares con mayor índice de presencia afromexicana en el país. Es preciso señalar que son las mujeres quienes se reconocen como afrodescendientes directas con un 51 por ciento, mientras que los hombres –renuentes- en un 49 por ciento.
 
El reciente reconocimiento de los afromexicanos que realizó el estado de Guerrero en la Constitución del Estado, propició la disminución de la discriminación y el racismo, estimulando a la vez la inclusión de los afroguerrerenses en las políticas públicas y sociales, trabajando a favor de su identidad como pueblo afrodescendiente o afromexicano. Lo que ha favorecido la identidad, tradiciones, costumbres y cultura de un sector social que durante siglos permanecieron recluidos en el olvido.
  
Pese a que en la encuesta intercensal 2015 sitúa a San Luis Potosí en los últimos lugares con 0.0 por ciento de reconocimiento afrodescendiente, esto se puede entender por los múltiples factores que contribuyen a comprender ya sea tanto la negación como el desconocimiento sobre la presencia africana en el Estado. Así como la ausencia en la Constitución Política del Estado de San Luis Potosí, sobre el reconocimiento de la presencia de los afropotosinos.
 
En el ejercicio historiográfico “Piezas de indias en una frontera esclavista novohispana. Una mirada a la corporeidad del esclavo africano en el San Luis Potosí del siglo XVII”, de Ramón Alejandro Montoya, el autor deja entrever la realidad del estrato africano y afrodescendiente en San Luis Potosí a partir de los testimonios de las relaciones sociales que guiaron en primera instancia, el tráfico de esclavos y en segundo término, las condiciones de sujeción.
 
Actualmente debido a que son muy pocas las referencias con las que se cuentan e incluso negada por su propia historia, tal es caso de la participación de afromexicanos en la independencia y su consumación, los casos más conocidos José María Morelos y Pavón y Vicente Guerrero, éste último presidente de México en 1829.
 
Cabe señalar que si bien en algunos estados donde se reconocen como afromexicanos o afrodescendientes, se debe en gran medida por lo visible de sus rasgos físicos o fenotipos: color de piel, forma de cabello, entre otros, así como por sus manifestaciones culturales, comida, fiestas y medicina tradicional. La contribución africana no se limitó a estos aspectos, sino también en la alimentación pues el café, la sandía, el tamarindo, frijol, ojo negro, sorgo, así como la flor de jamaica, en la actualidad son consumidos en nuestro país.
 
 
La reciente publicación del investigador Ramón Alejandro Montoya, viene a aportar una nueva perspectiva sobre la presencia africana en tierras potosinas. El tráfico de esclavos africanos en San Luis Potosí. Siglos XVII y XVIII, es un estudio donde propone una mirada revisionista del pasado demográfico y social potosino en el cual pone en entredicho la negación de población africana en nuestro territorio, pues basado -entre otra documentación- en las actas de compra venta de esclavos, el especialista encontró una fuerte presencia de esclavos del Congo, Angola y Mozambique, sin mencionar la fuerte presencia de mulatos. Esto viene a poner en discusión la importancia de la presencia de afrodescendientes en tierras potosinas y su inclusión en las políticas públicas y sociales.
 
Ante ello el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), en el marco de la promulgación del Decenio Internacional de los Afrodescendientes (2013-2023) propuesto por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha planteado la necesidad de celebrar acciones e iniciativas que ayuden, por un lado, a desterrar la discriminación contra la población afrodescendiente y, por otro lado, a visibilizar sus problemas y avanzar hacia su inclusión y reconocimiento en México.

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