Algunos capítulos de
la obra de Miguel de Cervantes Saavedra, “Don Quijote de la Mancha” fueron
traducidos al Hñähñu, versión para niños, por el académico de la FES Acatlán,
Raymundo Isidro Álvarez.
La obra titulada "Ndada Hongahogam' ui pa ya
bätsi" o "Don Quijote para niños" presentada hoy es una edición
trilingüe pues además del español y otomí está en inglés, un idioma que ha
cobrado importancia entre la comunidad ñañú, aseguró el profesor en entrevista.
"Cualquier cultura debe absorber de otras para volverse
más fuerte", aseguró en la Facultad de Estudios Superiores de Acatlán.
También consideró que el lenguaje escrito es la mejor forma
de conservar las lenguas originarias y lo más interesante en el trabajo de
traducción fue buscar los términos adecuados al otomí, pues vale recordar que
la obra original está en un español más antiguo.
Para ello el profesor se dio a la tarea de investigar el
origen de muchas palabras y buscar conceptos en otomí que concordaran, los
cuales fue sometiendo a la opinión de los hablantes más viejos de otomí
principalmente de su comunidad Boxtha Chico en el estado de Hidalgo.
En otomí don Quijote se llama "Ndada Hongahogam'
ui" que textualmente significa "El señor que busca una buena
vida", explicó en entrevista, pues consideró que esa denominación describe
bien al personaje idealista, buscador de novedades y que siempre deja alguna
enseñanza.
Consideró es un personaje que comparte valores con la
cosmovisión de los otomís, un pueblo originario del valle de México, que es uno
de los más antigüos, pues existía ya en los periodos dominados por los
teotihuacanos, toltecas, mexicas, la Colonia y se mantiene en la actualidad,
recordó.
En una parte en el capítulo 71 Don Quijote da las gracias y
considera que el peor de los pecados, más que la soberbia, es ser
desagradecido, en la cosmovisión hñähñu se mira de manera similar el
desagradecimiento, por ejemplo cuando se rechaza la comida que te ofrecen, pues
para el pueblo ñahñu los alimentos son sagrados, explicó.
El profesor Isidro Álvarez ha traducido al otomí, La visión
de los vencidos, El Llano en llamas, El Principito, Aura y trabaja actualmente
en una traducción completa de Don Quijote, de la cual sólo dos capítulos le han
llevado año y medio.
La edición infantil presentada este día se basa en un texto
adaptado por Benjamín Valdivia, y cuenta con ilustraciones originales del
artista de origen otomí, José Luís Romo, grabados en pencas de maguey.
NTX/RVA/GZP
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