Por: Eduardo Bautista
Quizás la peor noticia que puede recibir una persona que ama la música es que se ha quedado sorda. Algunos compositores —ya sea por su fama o su pasión por seguir creando— han encontrado soluciones. Beethoven tuvo que recurrir a notas bajas y medias para seguir componiendo. Lars Ulrich ha tenido que protegerse contra los decibelios de Metallica. Brian Johnson fue más precavido y se despidió definitivamente de AC/DC.
Sin embargo, para una persona común la situación se vuelve más difícil. Y es que hay un tema al que pocos han prestado atención: la discapacidad auditiva no sólo implica una incompetencia física, también significa perder acceso a un sinfín de modos de entretenimiento: cine, conciertos, teatro, películas, series… Son decenas de espectáculos los que cada año se pierde una persona con sordera o hipoacusia (así se le llama a la disminución considerable de la capacidad de audición).
Justo esa fue la preocupación de María Laura López, quien decidió fundar Silencio A.C., una asociación sin fines de lucro que pretende hacer incluyente el entretenimiento para la comunidad sorda e hipoacúsica de México, que actualmente está compuesta por más de 700 mil personas, de acuerdo con datos del INEGI.
“Desde hace años que en los conciertos se colocan tarimas para discapacitados motrices, pero la verdad es que los sordos habíamos estado segregados. Porque la primera cosa de la que carecemos es, justamente, del derecho a la música, un derecho que debiera ser universal por los efectos emocionales y sicológicos que produce”, asegura María Laura, quien padece hipoacusiadesde hace una década.
Silencio A.C. ha encontrado una forma para que los sordos tengan una experiencia similar a escuchar música. Se trata de unas mochilas —que a menudo se utilizan en las pruebas de videojuegos o en la producción musical— que convierten las ondas sonoras en vibraciones a través de membranas vibro-táctiles. El usuario debe colocársela como si fuera una mochila normal —a su vez ésta debe ser conectada directamente a un equipo de audio— y luego encenderla para comenzar a disfrutar la experiencia.
“Utilizamos esta tecnología en el Corona Capital pasado. Actualmente contamos sólo con 20 mochilas, pero el objetivo es tener muchas más para que la comunidad se sienta incluida en las opciones de entretenimiento que les ofrece el país. Existe un gran interés de la comunidad sorda para ir a conciertos. Nos sorprendieron las reacciones de los usuarios en el Corona: en verdad se trató de una experiencia que jamás habían vivido”, comenta.
Tecnología para sentir el sonido
Los equipos que se utilizan para abrir la experiencia de la música a la comunidad con sordera e hipoacusia se implementó originalmente en producción musical y pruebas de videojuegos.
Las mochilas son equipos responsivos al sonido, lo convierten en vibraciones por medio de membranas vibro-táctiles
Ayudan a maximizar la sensación física de las frecuencias graves.
Las mochilas miden 40 x 36 cm, son muy cómodas y se cargan en la espalda. Pesan alrededor de 2 kg.
Se pueden conectar vía alámbrica o inalámbrica. En Corona Capital fue vía inalámbrica a la consola del escenario principal.
Tienen un controlador para encendido, modular intensidad y seleccionar la fuente de audio (bluetooth, 3.5 mm)
En Guadalajara, se conectaron a la señal de streaming en Facebook Live, también con transmisores inalámbricos.
Esta práctica sensorial se reforzó con intérpretes del Diccionario de la Lengua de Señas Mexicana para crear un contexto semántico y así lograr que las canciones de los grupos fueran perfectamente entendidas por los usuarios. De la mano de Facebook México, OCESA y Corona, esta asociación convirtió la transmisión vía Facebook Live en el primer livestreaming habilitado para sordos en el mundo.
“Nos han pedido los equipos prestados para fiestas y otro tipo de reuniones. Pronto nos dimos cuenta de que no existen muchos organismos enfocados a las limitaciones que genera una discapacidad auditiva. Silencio A.C. realmente empezó como una motivación personal. Yo fui diagnosticada con esta enfermedad degenerativa a mis 23 años. Y creo que debemos luchar por tener acceso a la cultura y el entretenimiento. Ya hemos abierto una ventana, pero todavía necesitamos fondos y patrocinio para llevar este proyecto a todos lados”, señala López.
El proyecto comenzó, de cierta manera, en un concertó de Radiohead. María Laura estaba muy emocionada por ver a los de Oxford en el Palacio de los Deportes, pero en cuanto comenzó el show se dio cuenta de que sus aparatos auditivos no le permitían escuchar bien. Recuerda que el sonido rebotaba y le era imposible registrar muchas notas.
“La música también se siente, no sólo se escucha. Con las frecuencias graves, el cuerpo vibra. Una persona hipoacúsica o sorda se vuelve más sensible a este tipo de estímulos sensoriales. Para nosotros, un concierto es una experiencia multisensorial: percibimos cuando vibra el suelo, cuando la gente aplaude o brinca, cuando la música sube o baja de volumen”, agrega.
Fue de esa manera como decenas de sordos e hipoacúsicos disfrutaron de artistas como The Kooks, Robbie Williams, Imagine Dragons y MGMT.Incluso tuvieron una convivencia personal con los integrantes de esta última agrupación musical.
Hasta ahora, las mochilas no pueden ser adquiridas en México. Son fabricadas en países como Canadá y Reino Unido. “Ya han sido habilitadas para sordos en otras partes del mundo, pero esta es la primera vez que se usa en esta escala tan masiva en un festival musical”, dice María Laura.
El plan de Silencio A.C. es que esta tecnología sea sostenible y costeable para el público. El próximo año, comparte la innovadora, habrá mochilas en Bahidorá, Corona Capital Guadalajara y en los conciertos patrocinados por la cervecera.
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