Lo dijo Fernando Guadarrama (en una décima conmovedora desde el escenario del Teatro de la Ciudad): Eduardo Lizalde Farías, estando ausente, fue capaz de convocar la mejor música y a mucha gente en el estupendo concierto de apoyo que se llevó a cabo en la noche del miércoles 29 de mayo en el Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris”. Desde su fragilidad, hospitalizado y recuperándose lentamente de un terrible accidente, el promotor cultural Eduardo Lizalde Farías fue el detonador de un acontecimiento musical que reunió al jazz con los ritmos sefardíes, al rock y al son jarocho con la fusión contemporánea, en una estupenda producción que fue conducida por la amistad, la solidaridad, el arte, la vida y la esperanza.
Comenzó poco después de las 7 de la noche. Una enorme fotografía de Eduardo llenaba la escena (fuerte, activo, trabajando con su cámara de video). Jacaranda Correa y Paola Medina saludaron con un clamor por la vida y fueron las responsables de guiar todo el espectáculo. Una afortunada sucesión de imágenes acompañó siempre a la música desde dos enormes pantallas como parte dela estupenda producción que realizó el equipo organizador.
La voz de Margie Bermejo y el piano de Dimitri Dudin abrieron con “llave de oro” y nos regalaron las primeras piezas de la noche: Agustín Lara, Marcial Alejandro, el jazz y la improvisación… Después llegó el grupo “Sefarad”, con un canto dulce que rememoró la diáspora de los judíos sefardíes y dejó un halo de leyenda y alegría. En seguida sonó “Cucalambé”, son jarocho potente, preciso, pleno de vitalidad, que llenó de entusiasmo la escena.
Fue el turno entonces del Eblen Macari Ensamble. Su música fue un regalo para los sentidos: exploración, sofisticación, búsqueda, verdadera fusión contemporánea. Las décimas de Fernando Guadarrama tejieron en ese momento un puente de palabras entre la música, la tradición, la cercanía y los deseos profundos por el regreso de Eduardo. Mono Blanco tomó entonces su sitio (“la sabana reblanquece de pura flor sanjuanera”), convocaron a Eblen Macari y su grupo a permanecer en el escenario y nos regalaron el sonido engrandecido del son jarocho en comunión con las cuerdas, el clavecín y la cadencia de otros sonidos. La parte musical de la noche se cerró con la actuación de “Los Sabinos”, la agrupación de rock que tiene como base la legendaria banda “Santa Sabina”. Amigos de Eduardo desde la primera infancia, dejaron en el escenario toda la calidad, originalidad y fuerza de que son capaces. Fue un fin de fiesta magnífico y emocionante.
Antes de la actuación de Los Sabinos, tomaron la palabra Catarina Mesinas, compañera de Eduardo, y María del Carmen Farías, su mamá. No hay palabras que sirvan para fijar ese momento. Un testimonio de amor, de fuerza, de confianza en la vida y en la alegría. Va para ellas nuestra admiración y solidaridad absolutas.
Sabemos, sin duda, que Eduardo volverá. Su recuperación, aunque lenta, va avanzando cada día. Por lo pronto están la amistad y los afectos más profundos para iluminar los días difíciles.
Gracias a todos los que hicieron posible esta noche de música y emociones. Gracias por su esfuerzo enorme, por su trabajo impecable, por el cuidado de cada uno de los detalles y los momentos. Pero gracias, sobre todo (citando nuevamente a Fernando Guadarrama) por recordarnos “el modo de ser más fuertes cuando estamos unidos”.
La solidaridad con Eduardo Lizalde Farías sigue siendo necesaria. Les invitamos a la venta de obra plástica producto de las donaciones de un buen número de artistas y coleccionistas. Está expuesta y la venta en el centro cultural Radio28mx Venustiano Carranza 28, Primer Piso, entre Eje Central y Bolívar, Centro Histórico, CDMX. Mayores informes tel. 11069549, radio28mx@gmail.com Instagram y facebook: Radio28mx
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