Por: Juan Carlos Talavera
Réquiem de cuerpo presente por el niño que aprendió a matar”. Ése es el epitafio de la obra de teatro Tártaro, escrita por Sergio López Vigueras, ganador del Premio Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo Trejo 2017, bajo la dirección de David Psalmon, que se estrenará el lunes 26 de abril, con funciones presenciales los lunes y martes hasta el 1 de junio, en el Teatro Helénico.
Definida como una tragedia contemporánea que relata la historia de un personaje anónimo –representado por Bernardo Gamboa–, Tártaro retrata al hijo de una nación en ruinas que se convirtió en sicario, gestado en medio de una guerra fratricida que refleja la realidad de pueblos, ranchos y calles de la urbe neoliberal.
Su clímax llega durante su último enfrentamiento, en medio de las balas, cuando siente un disparo y recorre su pasado, desde su anémica gestación hasta la agonía de su madre, provocada por las condiciones de trabajo.
Tártaro, explica David Psalmon en entrevista, “es una obra que atraviesa la existencia de un futuro sicario, de principio a fin, quien nace en el seno de una familia dislocada, con una madre que trabaja en las minas, como empleada de limpieza, y quien sobrevive en una precariedad extrema”.
El protagonista de este monólogo crece sin padre y su madre muere cuando él aún es muy joven. Así que las circunstancias lo llevan a nutrir las filas del crimen organizado.
"Desafortunadamente, nuestro país está lleno de historias como la de este personaje, jóvenes que día con día alimentan las filas del narcotráfico porque viven en un país donde no hay otra alternativa para ellos. Ésa es una de las reflexiones”, detalla Psalmon.
Pero lo que intentamos es acercarnos a ese personaje que muchas veces no quisiéramos visualizar, pues solemos denigrarlo o condenarlo, y no a entender cuáles son los procesos de vida que ha atravesado y que lo han arrojado a esas circunstancias”, asevera.
¿Le parece que la realidad supera a la ficción?, se le cuestiona. “La ficción suele ser rebasada muy pronto por la realidad. En este caso, tenemos un personaje ficticio, pero se parece a muchos que podemos observar en las calles, y lo que buscamos es poner la lupa sobre esos trayectos de vida que tornan al personaje profundamente trágico”.
"Seguramente el teatro siempre se queda corto, pero con el texto maravilloso de López Vigueras, que es muy poético, nos permite escuchar el alma del personaje. Así que no nos hemos acercado a un lenguaje callejero, sino más bien desde lo poético; hay un desvío mediante la poesía para tener la necesaria distancia y generar la reflexión, pues no se trata ni de amar ni de odiar al personaje, sino de entender sus circunstancias”, abunda.
¿Era necesario cuidar que no se convirtiera en una apología de la violencia? “De ninguna manera queremos hacer la apología del personaje. No por analizar lo que ha sucedido en su vida o por detenernos a escuchar su alma y a su corazón latir, significa que estamos de acuerdo o apoyamos la violencia en la cual está hundida nuestro país”.
"Lo que nos interesa es que los conflictos se enfrenten, pues el dolor se tiene que sanar y para lograrlo hay que abrir la herida y sacar el pus de esa herida para que sane. Me parece que aún estamos en una visión muy maniqueísta, desde la condena y no del entendimiento, así que estamos lejos de entender esos procesos de desintegración social”.
Para Psalmon, es imposible hablar de reconstruir el tejido social si no aborda el dolor y se aprecian las heridas para sanarlas desde el acto teatral. “Como artistas no estamos aquí para condenar ni aplaudir, sino para entender lo que está sucediendo en el alma del personaje”.
Por último, explica que, para no caer en una representación simple ni grotesca, echó mano de la música del compositor estonio Arvo Pärt, “porque de alguna forma erigimos nuestro personaje al rango de mártir de la sociedad contemporánea, es decir, a un condenado, crucificado y abandonado a su suerte. Y acudimos al uso de videoarte, a cargo de Miriam Romero, con “un trabajo fantástico que nos ayuda a desmembrar el alma del protagonista”.
LOS DATOS
Las funciones de Tártaro, monólogo protagonizada por Bernardo Gamboa, se realizarán los lunes y martes a las 20:00 horas en el Teatro Helénico.
La temporada es del 26 de abril al 1 de junio. Los boletos tienen un costo de $155.00
Como medida sanitaria por covid-19, el aforo del teatro será al 30% de su capacidad. En cada función se permitirá el acceso a 126 personas.
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