La División de Difusión Cultural en colaboración con la Compañía Nacional de Teatro, en coproducción con El Colegio Nacional presentan la obra de teatro "Retrato hablado" el próximo lunes 22 de noviembre a las 19:30 horas., en el Auditorio Rafael Nieto.
Después de exitosas presentaciones en la sala Xavier Villaurrutia del Palacio de Bellas Artes, la puesta en escena se presenta por primera vez y en una única función en San Luis Potosí.
Con libreto de Juan Villoro y la dirección artística de Enrique Singer, "Retrato hablado" cuenta con las actuaciones de Arturo Beristain como "Miguel Casasola", Mireya González en el papel de "Matilde", Ana Paola Loaiza como "Dolores Baeza" y Antonio Rojas como "Ramón López Velarde".
La obra gira en torno a la figura de Ramón López Velarde: Para celebrar el cumpleaños 33 del gran poeta nacional, dos alumnas suyas, Matilde Toranzo y Dolores Baeza, le quieren regalar una fotografía hecha ex profeso en el legendario estudio fotográfico de los hermanos Casasola, para lo cual, citan al maestro a las 2 de la tarde del 19 de junio de 1921. El poeta tarda en llegar y ellas lo traen a su presencia rememorándolo a través de su obra. El poeta está y no está presente; no llega, pero está su espíritu, su ánima, como un fantasma. El retrato será un retrato hablado, ya que éste fallece ese mismo día, impidiéndole llegar a la cita.
El teatro es un exorcismo al revés: no despeja espíritus; los convoca.
Venta de boletos: Auditorio Rafael Nieto, día de la función. Costo $150 entrada general.
MÁS SOBRE RAMÓN LÓPEZ VELARDE
Ramón López Velarde murió a los 33 años, dejando tres libros de poesía y un centenar de crónicas que cambiaron nuestra literatura. Vivió de 1888 a 1921, una época tan incierta y violenta como la nuestra. Conoció la metralla en la Revolución, soñó con un México democrático y apostó por la cultura criolla, una identidad digna de nuestras mezclas, ni importada ni folklórica.
Sus años en Jerez, Zacatecas, Aguascalientes y San Luis Potosí le permitieron imaginar una provincia sentimental, un edén perdido que ya sólo existe en sus poemas. En la Ciudad de México se consolidó como poeta.
En el plano íntimo, se sometió a los contradictorios dictados del espíritu y la pasión. Como tantos católicos, no fue ajeno al pecado y dijo con ironía que le iba mejor con el Credo que con los Mandamientos: prefería profesar la fe que cumplirla.
Escribió de amores imposibles, pero también de cuerpos respirados con delicia. Cortejó a varias mujeres. Con cuatro de ellas tuvo romances cautos pero significativos. Las cuatro lo quisieron, ninguna se casó con él y todas murieron solteras. Es mucho lo que la poesía le debe a esas misteriosas oportunidades perdidas.
Al igual que Francisco I. Madero, a quien apoyó en la Revolución, López Velarde creía en el espiritismo. Un espectro convenció al Apóstol de la Democracia de iniciar la lucha contra la dictadura de Porfirio Díaz. ¡El destino de México se decidió con mensajes sobrenaturales! Nada más lógico que el recuerdo de esos días sea una historia de fantasmas.
La trama se ubica en el legendario estudio de los hermanos Casasola. La fotografía tiene algo en común con las sesiones espiritistas y las anunciaciones religiosas: procura que algo se revele.
A cien años de su muerte, citamos al poeta para retratarlo. Su cuerpo ya no puede posar para nosotros, pero su sentimiento no ha dejado de hacerlo.
*Evento presencial, siguiendo todas las medidas sanitarias que marcan las autoridades correspondientes.
*Programación sujeta a cambios sin previo aviso
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