Por: Roberto A. Valenciano Capín
No solo fue rojo, blanco, añil, violeta y negro rosa, verde, azul, canela y fuego, sino también toda esta amalgama de pulsaciones sonoras que le dan sentido a esta danza española, llena de vida y fuerza.
En donde la danza convoca esta venia de la danza española, el flamenco que fusiona los verbos ser y estar, y que a su vez generan este estremecer, este cautivar y ser muy reveladora gracias a esta " Invocación" que ofreció el Ballet Nacional de España bajo la dirección del Mtro. Rubén Olmo, al tener como escenario el Teatro del Centro Cultural Universitario Bicentenario (CCU200) en esta capital potosina.
Una "Invocación" en donde se le rinde un homenaje póstumo al Mtro. Mario Moya, importante bailarín-bailaor de la tradición andaluza y raigambre del ballet flamenco, que ha sido esta clave de como se articula este obrar de hacer danza para ser no solo danza, sino este sentido púlsico de vida trasladado en un escenario.
Un escenario de este teatro universitario, en donde el público dio cuenta no solo de puntuales historias, narrativas escénicas en donde conversan la tradición y lo contemporáneo, expuestas a través de esta sutil expresividad, pulcra técnica, esta fuerza interpretativa tan característica de la danza española que a través de este puntual caleidoscopio les da la bienvenida con -Invocación bolera-, de Rubén Olmo y música de Manuel Busto.
Para continuar con -Jauleña-, de Rubén Olmo y Manuel Busto y -Eterna Iberia-, de Antonio Najarro y música de Manuel Moreno Buendía y de esta manera cerrar este primer tiento de este dialogar del baile español y lo contemporáneo.
Un segundo tiento que da cierre a esta noche dancística, al desplegarse con tal talante esta esencia/ raíz, ya que "El flamenco viene de la tierra, de los adentros" con -De lo flamenco. Homenaje a Mario Maya-, una suite flamenca que refleja el estilo propio de Mario Maya (1937-2008), mismo que fue un soplo de aire fresco y diferente, respecto al flamenco.
Una obra de Mario Maya, A. Rueda 'Toná', Milagros Menjíbar, Manolo Marín, Rafaela Carrasco e Isabel Bayón. Música de Diego Carrasco, Moraíto Chico, Jesús Torres, Los del Río. Letras: Salvador de Madariaga, Miguel Hernández, Federico García Lorca, Julio Carlos González Lencero, M. Balmaceda.
En donde el deseo, la pasión, la alegría, el gozo quedan más que expuestas, una delicia que generan sin más esta sinergía, aunado al profesionalismo y entrega de un elenco integrado por: Esther Jurado, y Francisco Velasco, bailarines principales invitados.
Inmaculada Salomón, Aloña Alonso, Antonio Correderas, Sergio García, y Eduardo Martínez, como primeros bailarines
Débora Martínez, Miriam Mendoza, José Manuel Benítez, Albert Hernández, Carlos Sánchez, como solistas.
Cristina Aguilera, Ana Agraz, Estela Alonso, Sara Arévalo, Pilar Arteseros, Irene Correa, Patricia Fernández, Sara Nieto, Aitana Rousseau, Noelia Ruiz, Irene Tena, Laura Vargas, Sou Jung Youn.
Juan Berlanga, Axel Galán, Cristian Garcia, Álvaro Gordillo, Albert Hernández, Adrián Maqueda, Víctor Martín, Javier Moreno, Manuel del Río, Matías López, Álvaro Marbán, Alfredo Mérida, Javier Polonio, Pedro Ramírez como cuerpo de baile.
Así como esta pulsación musical de los guitarristas: Enrique Bermúdez, Diego Losada y Víctor Márquez en la percusión: Roberto Vozmediano
Cantaores: Saray Muñoz y Gabriel de la Tomasa.
Cantaores invitados: Luisa Carmona, Noemí Humanes, Juan José Amador ‘El Perre’.
Al ser agradecidos con este cálido aplauso de un público que no solo reconoció este gran hecho escénico, sino volverse en una aleccionadora e inolvidable experiencia.
"Hace mucho tiempo que no disfruta de un evento de excelente calidad", comenta un todavía asombrado asistente de lo que atestiguó y disfrutó en esta noche.
Un evento que se llevo a cabo gracias a la Secretaría de Difusión Cultural de la UASLP, en conjunción de Cultura de la UDG, Lucía Bevia Iberarte. America Latina, así como patrocinadores que dan parte del inicio de esta gira por tierras mexicanas de este ballet español.
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