Por: Juan Carlos Talavera
Definida como una joya del ballet clásico, La fille mal gardée (La niña malcriada) será llevada a escena por el Ballet de la Ciudad de México el 9 y 10 de julio, en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo, bajo la idea de retomar a los clásicos y presentarlos en versiones accesibles para el público infantil, juvenil y nuevo.
"Se trata de una obra un poco olvidada pese a ser el ballet clásico más antiguo que se mantiene vivo en la escena mundial”, incluso, en el caso de la Compañía Nacional de Danza, no se ha montado en los últimos 15 años, “aunque no conozco si otra compañía lo ha presentado fuera de la CDMX, pero es una joya que ha permanecido guardada en el cajón”, detalló a Excélsior Arcelia de la Peña, directora del Ballet de la CDMX.
"Y pese a ser tan antiguo no pierde su frescura y esa comicidad y alegría, además sus personajes son entrañables y para esta versión pensamos en que las flores podían ser un elemento que reuniera el amor, la frescura, la primavera y el renacimiento”, abundó.
La fille mal gardée es una historia de amor donde una jovencita llamada Lizet, hija única de la viuda Simone, se enamora de Colín, un joven campesino. El romance es desaprobado por la mamá de la protagonista, quien administra un plantío y una pequeña fortuna, así que echa mano de una casamentera, a quien le pide que busque un buen partido para su hija. Y así transcurre el montaje hasta que llega la presentación de ese buen partido y todo se torna en un desastre, comentó.
"En la escena incluimos un narrador, que ha sido una característica del Ballet de la CDMX, quien narra un poco las emociones y los sentimientos de los personajes, lo cual nos ayuda a crear una mayor empatía con los personajes”, apuntó. Dicho narrador es parte de los personajes y un referente para interpretar los ademanes balletísticos a manera de juego.
Para esta pieza, explicó De la Peña, Isabel Ávalos, coreógrafa y directora artística del Ballet, se inspiró en la versión cubana de Alicia Alonso, al que se sumó el trabajo en escena de Emilio Zurita, el diseño de vestuario de Miguel Garabenta y la iluminación de Matías Gorlero.
La obra, con duración de 50 minutos y 21 bailarines en escena, es apta para todo público a partir de los cinco años, se presentará en el Teatro de la Danza: Guillermina Bravo. El 9 de julio, a las 13:00 horas y el 10 de julio las funciones serán a las 11:00 y 13:00 horas.
Finalmente, De la Peña adelantó que el Ballet de la CDMX programará su versión de El lago de los cisnes.
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