Partitura original de la Novena Sinfonía de Beethoven, en el Museo del Teatro en Viena. EFE
Por: Eleane Herrera Montejano
La novena sinfonía de Beethoven es más que una de las obras emblemáticas del repertorio musical internacional, según apunta el crítico y promotor musical Gerardo Kleinburg.
“No solo es probablemente la sinfonía más famosa y admirada del mundo, sino que es Patrimonio de la Humanidad: las distintas instituciones de que se dedican a cuestiones de Patrimonio han determinado que esta obra tanto en su parte intangible, como en su parte tangible -el manuscrito de puño y letra de Beethoven- son patrimonio cultural de nuestra especie”, introduce.
En conversación con Crónica sobre el bicentenario de la Sinfonía n.º 9 en re menor, op. 125, estrenada el 7 de mayo de 1824, el experto indica que el legado de esta pieza y su creador se extienden en distintas direcciones, tanto estéticas como sociales y hasta políticas.
Primero, le parece que Novena Sinfonía es una suerte de compendium o de suma de todo lo que fue el trabajo de Ludwig van Beethoven, “cómo este hombre parte de lo que fuera el primer clasicismo y desde ahí empieza a evolucionar hacia el primer romanticismo”.
Además de consolidarse como precursor del romanticismo, la capacidad de orquestación de Beethoven, así como de hacer cosas nuevas con la estructura alcanza su clímax en esta pieza.
“En términos de los legados estéticos fundamentales: es la primera sinfonía importante en la historia de la música clásica que utiliza la voz humana, cuatro solistas y un coro. Otro elemento que me parece importante es que al utilizar un coro y solistas quiere decir que hay palabras, un texto”, continúa Kleinburg y opina que Beethoven veía en la sinfonía un mundo entero.
Por otra parte, en términos sociales, políticos y espirituales, la 9na también tiene un legado visible.
“Es una obra que en su final habla de la Hermandad, la Fraternidad, Igualdad, Concordia, Paz y en algún sentido esta obra se ha convertido en un mensaje de eso”, elabora Gerardo Kleinburg
Desde su perspectiva, el más grande legado para todos en el mundo de la cultura y humanidad, está en el final coral de la Novena Sinfonía, cuyo mensaje de paz, empatía y fraternidad, “siempre hace falta y hoy más que nunca”.
Es posiblemente por ello que, a pesar de las dificultades técnicas que implica interpretar la 9na, sigue siendo una de las piezas más admiradas y ejecutadas alrededor del mundo.
“Se termina convirtiendo en una suerte de prueba suprema para la orquesta, para el coro, para los solistas porque es una obra bellísima y porque todo el mundo está esperando ese final -a veces se desesperan un poquito después de treinta y tantos minutos de sinfonía, pero siempre sabemos que al final vendrá esa recompensa que todo el mundo está esperando-, que sigue siendo una obra vigente amada, presente y moderna”, agrega.
Asimismo, Gerardo Kleinburg considera que esta obra es un sinónimo de paz, sin el cual “no hay ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos, de Verano, de invierno donde no se ejecute o se escuche un fragmento de la del movimiento de la parte coral de la Novena Sinfonía; pero también es una obra que se ha usado para los fines de todos lados: el comunismo la quiso usar como su emblema, el capitalismo la usó como su emblema, el nazismo la usa como su emblema, los aliados la usan como su emblema …”, enumera.
Aparentemente, el mundo querría apropiarse de esta obra para decir que aboga por la búsqueda de paz. “También es una obra que se usa y se manipula en muchas ocasiones tratando de buscar beneficios propios de imagen”, advierte.
TROPICALIZACION DE LA NOVENA.
En un ensayo literario llamado “La novena tropical”, el escritor melómano Jorge Comensal plantea que la Novena sinfonía de Ludwig van Beethoven es una obra propicia para las conmemoraciones, con lo que ha trascendido su carácter sacro.
“Refleja un momento de la historia importante, de la secularización y de pasar de la religión sobrenatural a una religión romántica, más del estado de este mundo, del enaltecimiento espiritual de las personas”, comenta el escritor respecto de aquellas reflexiones.
Al separarse de su dimensión religiosa y pasar a formar parte del mainstream mundial, Jorge Comensal considera que la 9na también es un triunfo humano, de los estados y sociedades, al separarse de la religión como el ámbito más importante en el que esta obra hace sentido.
“Tal vez como una religión de la globalización occidental, un lenguaje que permite ir más allá de los límites estrictos de la religión cristiana”.
¿QUIERES PROFUNDIZAR EN “LA 9NA DE BEETHOVEN”?
El crítico y promotor musical Gerardo Kleinburg ofrecerá una conferencia magistral, en línea y presencial, titulada “La 9na cumple 200”. En ella, se abordará el contexto biográfico y estilístico de Beethoven, información sobre el origen, la composición y su estreno, así como un análisis de la sinfonía.
Las fechas en virtual son el 15 y 16 de mayo (19:00 a 21:00 horas); y en presencial es el 18 de mayo, de 11:00 a 13:00 horas. Inscripciones e informes al 55 43 47 02 83 y hablemosdeopera1@gmail.com
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