lunes, 6 de mayo de 2024

La ENCRyM avanza en la reconstrucción de una guitarra novohispana

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Los trabajos de reconstrucción. MAURICIO MARAT/INAH


Las entrañas de la Ciudad de México aún guardan vestigios de un pasado desconocido, los cuales poco a poco se develan. El descubrimiento, en 2022, en la calle de Guatemala 71, en el centro capitalino, de seis fragmentos de una guitarra de cuatro órdenes, del periodo novohispano, es un ejemplo de ello.

El hallazgo se registró a 106 metros del Templo Mayor de Tenochtitlan, en el marco de un proyecto de salvamento arqueológico liderado por el especialista Alberto Méndez Torres, en el que se encontraron varios objetos, entre los que destacan las partes del instrumento de cuerda y un tenedor de plata, recordó la profesora titular del Seminario Taller de Conservación y Restauración de Instrumentos Musicales de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM), Charlene Joyce Alcántara Bravo.

Aunque todavía no se conoce la antigüedad exacta de los fragmentos, los arqueólogos estiman que el contexto novohispano al que pertenecen podría ubicarlos entre los siglos XVII y XVIII. Y pese a que no hay datos para determinar su procedencia exacta, se piensa que el predio donde se localizó formaba parte del Ex Convento de Santa Inés, refirió la especialista.

Los fragmentos rescatados, detalló, corresponden al fondo y a la tapa de la guitarra, el mástil completo, conformado por el taco, el brazo y el clavijero en una sola pieza, y a una clavija, elementos con los que se ha reconstruido el instrumento en casi 40 por ciento.

El proyecto de restauración, a cargo de la casa de estudios del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), adscrita a la Secretaría de Cultura federal, inició en diciembre de 2022, y se incorporó a las actividades del Seminario Taller de Conservación y Restauración de Instrumentos Musicales, con el objetivo de que el alumnado participe en la conservación, estudio y reconstrucción material e histórica del objeto.

“Las partes proceden de un contexto con mucha humedad, el cual ayudó a su preservación; sin embargo, al tratarse de material orgánico, presentan deterioro, principalmente pérdida de resistencia mecánica de la madera, fisuras, deformación y suciedad”, detalló Alcántara Bravo.

Entre los tratamientos efectuados a los fragmentos está la limpieza, mediante la cual se retiraron sedimentos y suciedad; además, para impedir su degradación al ser extraídos del ambiente en el que se encontraban, se sumergieron en una solución especial de azúcares, la cual ayudará a reemplazar el agua absorbida y reducirá su tamaño, acercándolos a las dimensiones que podrían haber tenido originalmente.

Asimismo, los químicos en los que se conservan estos fragmentos contienen un biocida que evita la proliferación de bacterias en la madera.

Por su parte, el laudero del seminario taller, Alfredo Aguilar Oviedo, realizó un plano del objeto, trazado a mano con papel albanene, para obtener el modelado de las partes de la guitarra a las que corresponden los fragmentos encontrados.

Uno de los objetivos del proyecto, puntualizó la restauradora Charlene Joyce Alcántara, es fabricar, con técnicas de manufactura de la época, una réplica de la guitarra para utilizarse como instrumento musical y como objeto de estudio para otros investigadores, para lo cual se hará una aproximación a los materiales, técnicas y diseño.

Por su parte, Aguilar Oviedo refirió que la manufactura de las partes de la guitarra, aunque muestra técnicas de construcción ibérica, fue cortada, tallada y ensamblada en el virreinato de la Nueva España, por una persona con conocimientos del oficio.

El trabajo de conservación, consolidación y restauración es un esfuerzo multidisciplinario, en el que también participan la profesora adjunta Tania Patricia Roa Hernández y el musicólogo Edmundo Ricardo Camacho Jurado, especialistas adscritos a la ENCRyM.

Este excepcional hallazgo “es de gran importancia para el estudio de los instrumentos y las prácticas musicales del periodo virreinal, lo que abre nuevos caminos en la investigación del pasado musical de México.” finalizó Camacho Jurado.

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