Por: Roberto A. Valenciano Capín.
Una propuesta de una video instalación-coreográfica que esta enfocada más hacia la importancia al concepto que está detrás de la pieza, a pesar de que hay un fuerte sentido de la tecnología, pero solamente a un nivel de expresión”, señalo el coreógrafo y productor italiano, Francesco Scavetta, de la agrupación Wee Dance Company
Quienes se presentaron en el Teatro de Difusión Cultural Raúl Gamboa Cantón del IPBA, como parte de las actividades de la XXVII Edición del Festival internacional de Danza Contemporánea Lila López.
Con una propuesta muy particular del coreógrafo italiano, tiene como base de investigación siempre el tratar con la paradoja y la fragilidad, epifanía y sueño, empatía y sorpresa, eludiendo la narrativa y el cliché físico, cuestionando realidad e identidad con humorista incredulidad en compañía del análisis sobre la visión y la ilusión, la vida diaria que ha denominada simplemente en este montaje como; “Live”.
De ahí que el también director artístico opta por la utilización de recursos multimedia, más como un elemento necesario para la concepción coreográfica, pero no en exceso en cuanto a la utilización de este lenguaje, ya que se nota la búsqueda del creador de la aportación de más elementos en torno al discurso del creador.
“A pesar de que “el video está presente todo el tiempo, pero no puedes estar siempre mirándolo porque hay algo que te empuja a observar lo que pasa en el piso, porque hay cosas que parece que están sincronizadas, pero no, entonces te preguntas cuál es la realidad que estoy viendo, la de la pantalla o la del piso, es interesante en ese sentido", señaló Scavetta.
De ahí que siempre ocurre en un ambiente visual y acústico, donde la realidad y su reproducción electrónica/virtual nunca están bien definidas, pero interactúan continuamente en complejas y variadas relaciones.
Solo basto una gran pantalla, un sillón de color rojo, un grácil dinosaurio, un micrófono y seis cámaras instaladas estratégicamente para accionar las reacciones del público, ante el deliberado de enfocar la cámara de video hacia ellos, donde re-cobra su importancia el texto implícito sobre la imagen, para incidir en deliberadas risas, evasiones y el inminente cuestionamiento- dialogo consigo mismo-.
Una pieza que causo expectativa entre el público que abarrotaron este recinto cultural, en donde incidió sin más la risa inmediata-nerviosa o cómplice-, extrañamiento, hasta la sorpresa, sin olvidar el cuestionamiento de las mediatas mezclas de realidades y pensamientos hechos visibles por la relación entre las complejidades que conlleva los hechos que no existen-proyectado o sobre imágenes ya grabadas- y lo grabado o, el empate de ambas partes; siempre bajo el acompañamiento del excelente trabajo musical de Luigi Ceccarelli, bajo la interpretación del clarinetista Paolo Ravaglia.
“Una realidad en la cual vivimos a menudo nos da la sensación de que los hechos no existen fuera del registro o de la reproducción tecnológica. La cámara siempre presente a los ojos que no siempre es fiel a lo que los ojos ven, esta miente con una especie de mueca. Todo esto para recordarnos que frecuentemente la realidad es adulterada cuando es registrada por la mirada objetiva y neutral de la cámara”.
Una función que para muchos fue un sueño un poco extraño en si mismo, sin embargo divertido, lúdico, donde se percibió el trabajo de investigación del movimiento corporal, sin olvidar un claro matiz de sorpresa dentro de ese constante flujo de interferencias auditivas y visuales.
Para otros una pérdida de tiempo ya que iban en la búsqueda frenética de las mayores fracciones mágicas de danza postmoderna o tal vez de una poética hecha movimiento.
Wee fue fundado en Oslo (Noruega) en 1999, por el coreógrafo y bailarín Francesco Scavetta (Italia) así como por el también bailarín Gry Kipperberg (Noruega).
En unos cuantos años esta se ha convertido en una compañía líder en la escena Noruega.
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