Por: Roberto A. Valenciano Capín.
Debido a la falta de conocimiento, por parte de alumnos y maestros, de los términos más usuales en la práctica del ballet, la maestra Solange Lebourges se vio en la necesidad de publicar el libro “En busca del dégagè perfecto. Terminología del ballet”, editado por la UNAM.
Presentado en el marco de las actividades de la XXVII edición del Festival Internacional de Danza Contemporáneo Lila López, la obra, según palabras de la misma autora, no pretende ser una obra exhaustiva, sino un manual de fácil manejo para los amantes de este arte escénico.
“Nunca pretendí hacer un diccionario grande y pesado, además de que estaba fuera de mis necesidades. Más bien quise hacer un libro práctico que se pueda consultar en cualquier momento”, mencionó Lebourges, quien fuera solista principal del emblemático Ballet Teatro del Espacio.
Rodeada de alumnos y amigos, el libro —que ya fue presentado con éxito en Atenas, Grecia— reúne así una serie de términos ordenados de la “A” a la “V” con su significado y su pronunciación correcta en francés.
“En clases, todos los alumnos me preguntaban siempre lo mismo, fue cuando me di cuenta que había un hueco que había que llenar. Otros ya lo habían planeado, pero nunca lo editaron, así que yo me adelanté”, agregó Lebourges, quien fue galardonada con el Honor de ser Caballero de la Orden de las Artes y las Letras del gobierno francés.
Durante la presentación, que se llevó a cabo en céntrico restaurante, la maestra estuvo acompañada del bailarín, periodista y crítico Manuel Stephen, el maestro Guillermo Maldonado, bajo la moderación de la directora del Festival María González.
Stephen aprovechó la oportunidad para definir a la laureada bailarina como una “persona obsesiva” que siempre consigue lo que quiere.
“La obsesión de Lebourges la ha llevado a ser una figura emblemática de la danza”, dijo Stephen, investigador y crítico de danza la revista Proceso.
Su obsesión comenzó desde los siete años, cuando le dijo a su madre: “Me voy a dedicar a la danza”. Todo estaba en su contra, pero al final, terminó dedicándose a este arte durante más de 35 años.
“Para mí, el retiro fue un tipo de muerte, pero al mismo tiempo fue una recuperación de mi identidad”.
—El retiro fue muy difícil para ti...
—Lo fue, pero hay que tomar la decisión. Primero dije: ‘Me retiro a los 35; luego a los 40. Cuando casi llegué a los 50 supe que era demasiado, que tenía que retirarme ya porque estaba muy lastimada’.
El final llegó en julio de 2004 con una presentación triple en el Palacio de Bellas Artes.
No obstante, ella sigue dando clases e incluso ya prepara un segundo libro, que ya fue aprobado por el consejo editorial del CONACULTA, y que llevará por titulo “Lo bailado nadie me lo quita”, conformado por reflexiones de su vida como bailarina.
Por su parte, Maldonado, el maestro más querido y respetado por el quehacer dancístico contemporáneo, señaló que el libro es recomendable porque pone énfasis en la técnica que tienen que adquirir los bailarines para llegar a niveles de excelencia.
Y es que, a decir de Maldonado, “sin técnica, no son bailarines, son danzantes...”.
Debido a la falta de conocimiento, por parte de alumnos y maestros, de los términos más usuales en la práctica del ballet, la maestra Solange Lebourges se vio en la necesidad de publicar el libro “En busca del dégagè perfecto. Terminología del ballet”, editado por la UNAM.
Presentado en el marco de las actividades de la XXVII edición del Festival Internacional de Danza Contemporáneo Lila López, la obra, según palabras de la misma autora, no pretende ser una obra exhaustiva, sino un manual de fácil manejo para los amantes de este arte escénico.
“Nunca pretendí hacer un diccionario grande y pesado, además de que estaba fuera de mis necesidades. Más bien quise hacer un libro práctico que se pueda consultar en cualquier momento”, mencionó Lebourges, quien fuera solista principal del emblemático Ballet Teatro del Espacio.
Rodeada de alumnos y amigos, el libro —que ya fue presentado con éxito en Atenas, Grecia— reúne así una serie de términos ordenados de la “A” a la “V” con su significado y su pronunciación correcta en francés.
“En clases, todos los alumnos me preguntaban siempre lo mismo, fue cuando me di cuenta que había un hueco que había que llenar. Otros ya lo habían planeado, pero nunca lo editaron, así que yo me adelanté”, agregó Lebourges, quien fue galardonada con el Honor de ser Caballero de la Orden de las Artes y las Letras del gobierno francés.
Durante la presentación, que se llevó a cabo en céntrico restaurante, la maestra estuvo acompañada del bailarín, periodista y crítico Manuel Stephen, el maestro Guillermo Maldonado, bajo la moderación de la directora del Festival María González.
Stephen aprovechó la oportunidad para definir a la laureada bailarina como una “persona obsesiva” que siempre consigue lo que quiere.
“La obsesión de Lebourges la ha llevado a ser una figura emblemática de la danza”, dijo Stephen, investigador y crítico de danza la revista Proceso.
Su obsesión comenzó desde los siete años, cuando le dijo a su madre: “Me voy a dedicar a la danza”. Todo estaba en su contra, pero al final, terminó dedicándose a este arte durante más de 35 años.
“Para mí, el retiro fue un tipo de muerte, pero al mismo tiempo fue una recuperación de mi identidad”.
—El retiro fue muy difícil para ti...
—Lo fue, pero hay que tomar la decisión. Primero dije: ‘Me retiro a los 35; luego a los 40. Cuando casi llegué a los 50 supe que era demasiado, que tenía que retirarme ya porque estaba muy lastimada’.
El final llegó en julio de 2004 con una presentación triple en el Palacio de Bellas Artes.
No obstante, ella sigue dando clases e incluso ya prepara un segundo libro, que ya fue aprobado por el consejo editorial del CONACULTA, y que llevará por titulo “Lo bailado nadie me lo quita”, conformado por reflexiones de su vida como bailarina.
Por su parte, Maldonado, el maestro más querido y respetado por el quehacer dancístico contemporáneo, señaló que el libro es recomendable porque pone énfasis en la técnica que tienen que adquirir los bailarines para llegar a niveles de excelencia.
Y es que, a decir de Maldonado, “sin técnica, no son bailarines, son danzantes...”.
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