Por. Roberto A. Valenciano Capín.
“Es lamentable que no sepamos de lo que pasa en el país, no solamente en el quehacer dancístico”cuestionó la crítica de danza Rosario Manzanos en la presentación del libro Bailar en Guadalajara-árbol genealógico de la danza contemporánea- de la periodista y bailarina, Angélica Iñiguez.
Simplemente es esa solitaria gota que discurre lentamente por ese inhóspito desierto, para tratar de solventar la aridez del quehacer de la investigación de lo dancístico que se hace y ha hecho en la tan llevada “”Provincia Mexicana”.
Ese sentido de vida-gota- que se ha sido transformado en un libro que habla sin tapujos de ese árbol genealógico de la danza contemporánea tapatía.
Un trabajo periodístico que fue presentado dentro de las actividades de la XXVII edición del Festival Internacional Lila López.
La autora estuvo acompañada por la periodista y critica de la revista Proceso Rosario Manzanos, Nesly Mombrum director de danza de la Secretaría de Cultura Jalisciense y la Lic. María González, directora de festivales internacionales de la SCSLP.
Un libro que hace la afrenta de la enemistad del poder con el periodismo, ya que el reportero informa, consigna y publica, a pesar de Angélica ser una periodista natural que sabe utilizar perfectamente cada una de las reglas más voraces del periodismo.
Una lectura interesante en donde la autora va en la búsqueda directa de los personajes; bailarines, coreógrafos, fotógrafos, iluminadores y ponerlos en su contexto, “ en donde también va en la búsqueda Angélica de otros tratamientos de investigación, pero lo más importante es que se quede la información en los lectores o interesados en el tema”enfatizo la crítica de danza Rosario Manzanos.
Ante una falta de documentación sobre danza, se lanza a esta aventura la periodista Iñiguez con “ Bailar en Guadalajara”, el cual sin más hace transitar en sus primeros capítulos al lector hacia una reconstrucción histórica de la danza en estas tierras tapatías a través de la documentar el panorama reciente de la danza contemporánea con su pasado, hasta llegar a las primeras manifestaciones de la danza, a finales de los años 50`s, Se recopilan fechas y lugares, nombres de coreografías, también puntos de vista, anécdotas y contradicciones, que permitirán a cada lector formar su propio juicio.
No hay que olvidar que la memoria es un acto que se transforma por si mismo, de ahí que aparezca el conmovedor lado humano donde los recuerdos pueden ser inexactos. De ahí que recurre a la entrevista , al reportaje, a la crónica , a la nota informativa y al pie de foto. Pero que sin más puede volverse en un acercamiento fundamental que podría ser parte del gran diccionario de la danza.
Surge este libro por la necesidad de esta hija de artistas- su padre es profesor de danza y teatro, su madre- fue bailarina y actualmente es maestra de música, a partir de sus trabajos periodísticos escritos de “esta actividad rara y poco bonita o entretenida”, la danza en el periódico más decano de Guadalajara, el Informador, para después concretarse en un proyecto y ser aprobado por el Consejo Estatal de Cultura y las Artes de Jalisco, dentro del rubro de publicaciones de investigación.
Para surgir este pertinaz libro no convencional de historias donde se impone una versión digerida, más bien ofrece datos concretos que llevan a una lectura bajo un régimen periodístico, se vuelve un viaje ameno, que va desde la rotunda negación de ser entrevistada, uno de los pilares de la danza jalisciense, Celina Taydee López Gálvez hasta lo más reciente de preposiciones coreográficas, sin hacer dejo de un capitulo injusto concatenado con ese ¿Futuro promisorio?, todo esto con el ánimo de ser parte de esa indagación del árbol genealógico de la danza contemporánea en Guadalajara, para colocarlo en una de sus ramas donde mira con creciente interés todo lo que sucede a su alrededor.
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