Fotos: Francisco Acosta
En memoria del Mtro. Eduardo López Lemus
Por: Roberto A. Valenciano Capín
Todo partió como un reto hecho para esta compañía danzaría española Larumbe de hacer un trabajo para pequeños de 6 meses a dos años por parte de una institución pública en su ciudad, de ahí que este proceso creativo fue replanteado a partir de la premisa de lo primigenio tanto del movimiento como de los colores, para quedar decantado en este trabajo titulado " Reflejos" que se presento en el Foro del Centro Cultural Raúl Gamboa Cantón dentro de la XXXIII Festival de danza contemporánea Lila López.
En el escenario tanto Daniela Merlo como Juan de Torres hacen algunos movimientos de calentamiento y atrás de ellos, una parte de un hexaedro laminado ambientado con música ambiental.
Dan la segunda y tercera llamada, para empezar este dialogo de los bailarines y creativos de esta única función dedicados como ellos mismo citan como danza familiar, dejando a un lado, la signatura de danza para niños.
Sale el Espejo Humano-Juan Torres-, articulado en la dualidad de lo parco y lo luminoso para dar entrada a través de sugerentes movimientos a este maravilloso viaje a la imaginación propuesto por la bailarina- Daniela Merlo-.
Entre dejarse entrever la bailarina al borde los espejos para salir unos traviesos pies y luego salir cubierta su cabeza con una manta.
Para ir construyendo con este juego de imágenes a partir de distintos espacios detonadores de acción y de juego.
Una propuesta que desde su inicio se establece como impulso generador de la obra, el desafío a detonar la imaginación y a la vez provocar las mismas emociones al tiempo de irlas articulando bajo sugerentes imágenes en movimiento propuestas a través de sencillas o sugeridas historias de cierta cotidianidad, aun así, parecen avanzar entre sus propios descubrimientos y asombros.
Una propuesta que desde su inicio se establece como impulso generador de la obra, el desafío a detonar la imaginación y a la vez provocar las mismas emociones al tiempo de irlas articulando bajo sugerentes imágenes en movimiento propuestas a través de sencillas o sugeridas historias de cierta cotidianidad, aun así, parecen avanzar entre sus propios descubrimientos y asombros.
De ahí que este histórico espacio danzario se lleno de magia, ilusiones ópticas, antes los propios reflejos en una escenografía compuesta por espejos que no solo buscan estimular, sino también mimetizar y detonar a través de su propia grafía el imaginario del público presente que en su mayoría fue adulta.
Al pedírseles dejarse llevar por las emociones y no cuestionarse tanto, lo anterior con el fin de poder disfrutar, en su totalidad de la obra.
Hay momentos que causo la risa al viajar en un aeroplano, el bucear en tu propio mundo acuático, a partir del ritmo en conjunción con los malabarismos visuales que fueron parte de este vértigo imaginativo ante la sorpresa del de al lado o de uno mismo.
Hay momentos que causo la risa al viajar en un aeroplano, el bucear en tu propio mundo acuático, a partir del ritmo en conjunción con los malabarismos visuales que fueron parte de este vértigo imaginativo ante la sorpresa del de al lado o de uno mismo.
Así dar cuenta que este trabajo de composición fue más intuitivo, experiencial y estructurado. Fruto de una intensa investigación sustentado no solo en lo puramente estético y lo anecdótico, sino en las posibilidades de exponer este caleidoscopio de en este polisémico viaje.
Así como dar cuenta del compromiso por realizar trabajo muy serio y profesional, al crear un espectáculo que debido a su complejidad no solo técnico sino interpretativa, como es la exactitud para proyectar imágenes y crear reflejos, al indicar Juan de Torre que es un trabajo muy elaborado y perfectamente detallado.
Y reafirmar el gran peso que conlleva este proceso creativo y por lo tanto ser además a través de este tipo de obras buscan la creación de nuevos públicos y que los niños se vayan creando, desde pequeños, un gusto por el consumo del arte y la cultura y que, desde pequeños, se les inculque el gusto por el arte y todas sus manifestaciones.
Aunque si, lamentó no haber tenido el recinto lleno pero agradeció enormemente la respuesta del público asistente con quien se dio la oportunidad de intercambiar algunos comentarios al final de la función.
Así como dar cuenta del compromiso por realizar trabajo muy serio y profesional, al crear un espectáculo que debido a su complejidad no solo técnico sino interpretativa, como es la exactitud para proyectar imágenes y crear reflejos, al indicar Juan de Torre que es un trabajo muy elaborado y perfectamente detallado.
Y reafirmar el gran peso que conlleva este proceso creativo y por lo tanto ser además a través de este tipo de obras buscan la creación de nuevos públicos y que los niños se vayan creando, desde pequeños, un gusto por el consumo del arte y la cultura y que, desde pequeños, se les inculque el gusto por el arte y todas sus manifestaciones.
Aunque si, lamentó no haber tenido el recinto lleno pero agradeció enormemente la respuesta del público asistente con quien se dio la oportunidad de intercambiar algunos comentarios al final de la función.
De esta manera ser la segunda función de “Madrid danza en… México” dentro del XXXIII Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López.
El peculiar estilo de la Compañía Larumbe proviene de la formación ecléctica que la coreógrafa navarra Karmen Larumbe (1936-1995) transmitió a sus herederos artísticos y actuales directores de la Compañía desde hace quince años, Juan de Torres y Daniela Merlo. Su consolidada trayectoria de proyección internacional, la convierte en una de las más importantes compañías de danza de España.
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