Fotos: Francisco Acosta
En memoria del Mtro. Eduardo López Lemus.
Por: Roberto A. Valenciano Capín
Para bailar no basta con moverse de la misma forma en el
sentido de ver solamente bailar, no solamente basta sentarse y abrir los ojos.
Esto viene en razón de salir agradecido con la demostración del dominio que de
éste se tiene desde su cuerpo dancístico, es lo que sucedió con esta
interesante y absorbente trabajo coreográfico propuesto desde un lenguaje
entreverado de emociones y situaciones planteadas por la compañía española de
Provisional danza bajo la dirección de
la Mtra. Carmen Werner, dentro de las actividades de esta XXXIII edición del
Festival Internacional Lila López.
Al ofrecer en esta quinta noche de danzar en estas tierras
potosinas, con la coreografía “Algún día” en donde se detenta un mediato de
posibilidades de este escudriñamiento a través de detonantes como las emociones, la reticencia de salir de
la rutina, la fragilidad, la
indiferencia y lo efímero de las relaciones humanas, de ahí una in-cierta esperanza de que algún
día… a pesar de la constante ir y venir de la chica que nunca toma el tren y
mejor va armando su propio picnic.
En donde la directora de la compañía, Carmen Werner,
reconoció las dificultades que existieron en el montaje de esta obra, al
comentar que el desafío más grande fue crear rupturas en una relación,
situación que se opone a los principios del grupo en donde todos sus
integrantes se mantienen unidos.
De esta manera, el espectador se descubre hilvanando las
situaciones que suceden en el escenario, comienza a tejer su propia historia
mientras los personajes transitan a través de un encuentro desencuentros, causalidades,
discusiones entre ellos que en momentos los abruman y aun así se deja
entrever la esperanza de conciliar y
encontrar aparentemente esta cierta empatía frente a esta trágica realidad de
nuestro tiempo.
Quizás en este momento cabría la pregunta: ¿dónde está la
felicidad? ¿podré mantener o sostenerla?.
No obstante, ante estas interrogantes se logra percibir y
circunscribirse bajo estos tonos apasionados, agresivos, así como una
interesante gramática y discurso de movimiento, aunado a dialogar no solamente
con el jazz tradicional sino música tradicional e incidental demarcan su
tiempo.
Claro, aunque pareciera que
algunas transiciones parecieran largas, reiterativas y por lo tanto,
monótonas, más bien es el pulso de la fragilidad de las situaciones propuestas
por los intérpretes.
Aunque en momentos su misma inercia se siente más como una reflexión impuesta más que un
pacto de complicidad y, aunque como espectador pueda estar de acuerdo con dicha
reflexión, puede sentirse agredido y decir: ¿si vine aquí es por algo no,
porque no vas y encaras a todos los que no vinieron ni vendrán?.
De esta manera, a través de esta compañía de danza contemporánea “Madrid danza
en… México” se despide del XXXIII Festival Internacional de Danza Contemporánea
Lila López.
Y esta fiesta de la danza continua su trajinar de
exponer sus propuestas de ver en la vida y potenciarlas a través del arte en movimiento.
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