Este día el arte de la luz cierra diafragmas, y entre aplausos de obturadores despide a un grande, hoy se escribe un renglón más en los libros de la fotografía pues uno de los fotógrafos más importantes y de mayor trayectoria en el estado, don Felipe Zapata, se ha ido a dar cátedra de su conocimiento de este bello arte al más allá. Zapatita, quien desde su infancia se entregó de lleno a esta profesión, aportando mucho a la historia y dejando su legado a muchos compañeros.
Felipe Zapata, tenía siempre cerca una cámara para robarle un instante a la vida.
Nació en la ciudad de San Luis Potosí el 26 de septiembre de 1951. A los 15 años su padre lo designó como su asistente, a los 22 años inicio su carrera en el periodismo gráfico en el diario Momento. En 1988 fue fundador del periódico Pulso y desde 1991 formo parte del cuerpo de fotógrafos del Gobierno del Estado.
Gracias a la fotografía conoció a los personajes más destacados del México moderno, presidentes de la República, gobernadores de nuestro estado y de entidades vecinas, así como destacados artistas en las varias disciplinas cuyas imágenes integran sus archivos personales que se quedan para la posteridad.
Estas fueron las palabras de agradecimiento de Felipe Zapata en un reciente reconocimiento que se le hizo por su trayectoria:
El fotógrafo es un artista de la luz:
Eso me enseñó mi padre, don Martín Zapata García cuando me confió el manejo de su cámara, con la que aprendí la técnica básica para robarle un instante a la vida y plasmarlo en un documento que podría acreditar un momento histórico.
Las indicaciones básicas de mi padre me permitieron después cumplir los objetivos del periodismo moderno y vivir, con mis compañeros, el vértigo con que las cámaras analógicas, aquellas réflex de rollo que creímos eternas, cedieron su espacio ante la aparición secuenciada de las cámaras digitales que nos han obligado a dominar la técnica pero no a inventar el genio del fotógrafo para registrar un instante de la vida a través de un rayo de luz reflejado por rostros que dicen mucho sin hablar, por acciones congeladas en el momento justo en que se sincroniza el ojo agudo del fotógrafo con el dedo que oprime el botón que acciona el obturador.
Recibir un homenaje de mis compañeros me estimula y compromete, pero también me lleva de la mano a expresar mi gratitud a mis padres, don Martín Zapata García y doña Vicenta Vázquez de Zapata.
También a mi esposa María Luisa Rodríguez por su amor y apoyo incondicional para enfrentar la vida juntos.
A mis hijas Ada Leticia, Elizabeth y Gabriela por su inmenso cariño y motivación para ir siempre adelante.
A mis hermanos Martin, Julio, Rodolfo, Jesus, Jose, Adela y Mari.
Por todos ellos sostengo la ilusión de robarle a la vida aquel instante que alcance el valor histórico para trascender esta generación de grandes cambios.
Esa ilusión me alienta y me hace vivir
Por eso tengo cerca, siempre, una cámara, como algo que se integra a nuestra vida.
Vivo pensando que las cámaras cobran vida al toque siempre suave y cariñoso, como si supiera de mis afanes, como si recibiera el mensaje de mis pensamientos y estuviera dispuesta, siempre, a concretar mis ilusiones.
A todos ustedes, un abrazo y mi gratitud sincera.
Descanse en paz FELIPE ZAPATA VÁZQUEZ!
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