María Marcos Cedillo Salas fue la primera mujer en México en pilotear un
avión; orgullosamente potosina demostró su capacidad de operar aeronaves y fue
tal su afición que terminó sus días en uno de sus aviones preferidos.
El historiador Salvador Solís Álvarez narra brevemente la historia de
esta pionera de la aviación nacida en el Rancho Palomas, del municipio Ciudad
del Maíz, en el año 1900.
Fue hija de Homobono Cedillo, hermano del revolucionario Saturnino
Cedillo que se rebeló contra el gobierno cardenista, y María Concepción Salas.
Se sabe que cuando su tío Saturnino Cedillo, quien apoyaba el deporte y
la aviación, funda la primera Escuela Civil de Aviación en San Luis Potosí fue
una de las primeras en ingresar a sus filas como alumna, donde en poco tiempo
ya realizaba vuelos de grandes distancias.
Solís Álvarez aseguró que la joven potosina quedo fascinada de los
aviones al conocer a la piloto americana Florence Lowe "Pancho"
Barnes, la primera mujer que arribó en una aeronave al estado en 1930 y
sobrevoló su cielo.
María tenía su avión, un 540K, que nombró “El Ángel del Infierno”; ella
misma grabó de propia mano la leyenda en ambos costados de la aeronave y hacía
referencia a la expresión de su tío Saturnino por “esas máquinas del infierno”,
como él calificaba a los aviones.
Era un biplano 540K rediseñado por ingenieros mecánicos en aviación el
mexicano Guillermo Villasana López y el italiano Francisco Santarini Tognoli,
quienes modificaron las hélices para incrementar su velocidad en un 50 por
ciento.
Fue en junio de 1933 cuando María Marcos subió a su avión "El Ángel
del Infierno" acompañada de su alumno José Ramírez, para realizar
acrobacias en el aire y al efectuar una, la maniobra aérea “Barrena”, su avión
se precipitó e impactó en la loma “Los Valentinos”, provocando su muerte y la
de su acompañante.
El historiador relata que el general Cedillo acudió al lugar de los
hechos y disparó todas las balas de su pistola sobre los restos del avión que a
su juicio le había quitado la vida a su sobrina María.
Los restos de María Marcos se encuentran en el Panteón del Saucito y
sólo queda de su recuerdo una placa que rinde homenaje a esta precursora de la
aviación, la cual se ubica justo en el lugar donde se estrelló su nave actualmente
calle Técnica 144, en la Zona Universitaria.
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