jueves, 22 de marzo de 2018

El surrealismo y Leonora Carrington



Por rechazar las limitaciones impuestas al conocimiento por la razón, el pensamiento ortodoxo y el utilitarismo, Leonora Carrington es considerada una figura clave del surrealismo. Como otros artistas de esta corriente, quiso en cambio buscar una comprensión más plena de la realidad por otros caminos como la mitología celta, el hermetismo, la alquimia, la cábala, el budismo tibetano y la literatura fantástica. En este sentido, sus obras mezclan libremente la autobiografía y la ficción, lo cotidiano y lo mágico, mediante lo cual se revela que la experiencia humana tiene un significado múltiple y en continuo proceso de transformación.

El surrealismo fue un movimiento artístico, intelectual y literario que se originó en 1924 con la publicación del primer Manifiesto surrealista, de André Breton. A diferencia de otras vanguardias, el surrealismo no se limitó a la innovación formal, más bien fue una reacción ante la destrucción ocasionada por la Primera Guerra Mundial, entendida como el fracaso total de la sociedad moderna. En esencia, este movimiento aspiraba a revolucionar la vida mediante el arte. Los surrea--listas rechazaron la razón, por lo cual buscaron otras formas de pensamiento y acción. Esto los llevó a interesarse en los sueños, la

locura y la hipnosis. Su objetivo era liberar las fuerzas reprimidas en el inconsciente -la parte profunda de la mente descrita por el fundador del psicoanálisis, Sigmund Freud y propiciar así la transformación de la sociedad.

Durante la Primera Guerra Mundial, Breton cuidó de pacientes psiquiátricos que sufrían de automatismo, es decir, sus acciones eran repetitivas e inconscientes. Imitándolos, Breton y Philippe Soupault intentaron escribir de forma espontánea, sin censura o control racional, para permitir la libre asociación de ideas e imágenes. De este ejercicio se derivaron juegos como el cadáver exquisito y las técnicas artísticas del grattage, frottage, collage, decalcomanía y rayograma.

Entre los artistas asociados con el surrealismo se puede mencionar a René Magritte, Max Ernst, Salvador Dalí, André Masson, Joan Miró, Man Ray, Luis Buñuel y Hans Bellmer. Breton pensaba que el surrealismo tenía raíces profundas en la literatura y el arte universal, y citó entre sus antecesores a Francisco Goya, El Bosco, Arthur Rimbaud, Lewis Carroll, Isidore Ducasse y Giorgio de Chirico.

En este movimiento participaron mujeres artistas; sin embargo, se les encasillaba en estereotipos: la femme-fatale, mujer sádica de apetito voraz; o la femme-enfant, musa inspiradora, inocente y bella. Además de

Carrington, entre las artistas surrealistas destacan Meret Oppenheim, Toyen, Remedios Varo, Leonor Fini, Dorothea Tanning y Kay Sage.

Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, muchos surrealistas huyeron hacia América. Fue así que un grupo de artistas europeos se exilió en México, país que, tras la llegada de Antonin Artaud en 1936 y de André Breton en 1938, se convirtió en el foco surrealista más importante de Latinoamérica. El surrealismo europeo expandió su misión

revolucionaria al continente americano con la publicación del Manifiesto por un arte revolucionario independiente, escrito por Breton y Leon Trotsky, en 1938. Poco después llegaron otros surrealistas: Alice Rahon, Wolfgang Paalen, Kati Horna, César Moro, Remedios Varo, Benjamin Péret y Leonora Carrington. En 1940, Breton, Paalen y Moro organizaron la Exposición Internacional del Surrealismo en la Galería de Arte Mexicano.

Como ocurrió con Leonora Carrington, en México, los artistas europeos encontraron una rica herencia cultural que les parecía surrealista por su diferencia con el pensamiento occidental. Uno de ellos, Wolfgang Paalen, publicó la revista Dyn, dedicada al surrealismo y el arte prehispánico. En el estado de San Luis Potosí, destacó la presencia de Edward James, coleccionista y promotor del surrealismo.

Durante setenta años, Leonora Carrington se dedicó a la pintura, escultura, grabado, textil y joyería; también escribió novela y cuento, siempre apegada a los temas propios del surrealismo. Produjo su obra teatral, Penélope, al lado de Alejandro Jodorowsky. También creó

máscaras para el teatro con Octavio Paz e ilustraciones para libros de Elena Poniatowska. En 1963, pintó El Mundo Mágico de los Mayas, obra de gran formato, para el Museo Nacional de Antropología e Historia. En los años de la década de 1970, Carrington se unió al movimiento feminista en México y publicó La Trompetilla Acústica, aclamada como una de las novelas más visionarias del siglo XX. En el cartel Mujeres conciencia, creado en 1972, la nueva Eva regresa una manzana a la antigua Eva bíblica en un gesto que simboliza el rechazo de la mitología patriarcal y el sexismo. La energía liberada en este acto pasa por los chakras del cuerpo e ilumina el tercer ojo de la serpiente en la parte superior de la imagen.

Con esto, Carrington demostró su compromiso con el movimiento feminista en México. Cuando en una entrevista para la revista Novedades, Elena Poniatowska le preguntó: “¿Cuál es el hecho histórico que más admiras?”, Carrington le respondió: “Casi ninguno, pero sí. Hay fechas históricas que admiro. Por ejemplo, la Caída del Patriarcado que ocurrirá en el siglo XXI.”

Este jueves 22 de marzo será inaugurado el Museo Leonora Carrington San Luis Potosí en el Centro de las Artes de San Luis Potosí Centenario. Durante el viernes 23, sábado 24 y domingo 25 de marzo, la entrada al Museo Leonora Carrington San Luis Potosí será con entrada libre en un horario de 10:00 a 17:30 horas.

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