Por: Rosario Flores
Les tomó una década, desde su formación, llegar a los escenarios de Europa, y durante el último lustro han afianzado el sitio conquistado en la gran escena musical independiente del otro lado del Atlántico.
Fue allá donde iniciaron una tradición que celebran siempre que tocan en el extranjero: brindar con tequila al final de sus conciertos. Un gesto que comenzó en 2013, cuando debutaron en el Festival de Glastonbury, en Inglaterra. El mediodía del sábado 2 de junio, en el West Holts stage, fueron la banda abridora del escenario del festival donde actuaría Public Enemy como estelar.
El público se rindió ante la potente mezcla de jazz, progresivo y cumbia con la que la banda mexicana estaba lista para conquistar al mundo. Ese concierto les valió una invitación consecutiva a Glastonbury -algo que no había ocurrido antes con ningún artista- y otras invitaciones a Bristol, Manchester y Rawstentall. También actuaron en el festival Womad, en el Reino Unido.
Apenas tres años antes, habían tocado por primera vez fuera de México, en el Faces of the World Festival en Los Ángeles, el mismo año en el que abrieron el concierto de Stone Temple Pilots en el Palacio de los Deportes, por invitación de su guitarrista, Dean DeLeo.
Desde entonces, cada año Troker supera su meta de conciertos fuera de México. En 2015 actuaron por primera vez en Sochi, Rusia, y a partir de ese año, son invitados a los festivales veraniegos de jazz en Canadá. Para este año, tienen programados 45 conciertos, entre ellos, su debut en países como India, Corea del Sur y Emiratos Árabes, como parte de la gira de su álbum reciente, Imperfecto, producido por Alonso Arreola.
Por primera vez, incluyen voces en un disco. Rene Mooi y Freedim Bremner colaboran en los temas One Thousand Million Eye yCoyote, respectivamente.
“Todavía a muchos festivales se les hace raro que no tengamos canciones con voz, cuando es nuestra especialidad estar ante gente que no nos conoce y ganarlos con la primera impresión”, dice el bajista Samo González en entrevista.
“Hemos desarrollado un show con una gran energía en vivo, la música habla y va conquistando corazones y cabezas. Buscamos que sea música pensante, creativa, que permita viajar con la imaginación, tocar algunas fibras, una expresión artística total”, comparte.
Al empezar a viajar se encontraron con públicos que les decían que la trompeta sonaba a mariachi, o los samplers y algunos compases les remitían a México. “Ahí empezamos a poner atención en eso, pero más que sentirnos comprometidos con una identidad mexicana, es un sonido que surgió naturalmente a partir de la música que hemos escuchado desde niños”.
Ellos reconocen influencias tan disímbolas como King Crimson, Miles Davis, Frank Zappa, Charles Mingus y Mike Laure. Y combinan todo eso en un ritmo excepcional.
Hace unos meses, cuando estrenaron One Thousand Million Eye,escribieron en su blog que el tema era parte de una transición: “quedarnos dentro de los límites de lo que se conoce tradicionalmente como jazz no nos bastaba y queríamos ver hasta dónde podíamos experimentar y avanzar hacia otros territorios musicales”. El resultado es su disco más reciente.
Con Imperfecto -disponible en CD, descarga y que aparecerá en vinil-, lograron reflejar el impulso de la banda en directo, su esencia, pues es en el escenario donde pasan la mayor parte del tiempo.
En 2018, ofrecieron 31 conciertos en Ecuador, Estados Unidos, Canadá, España y Colombia. Fueron los únicos americanos invitados al segundo Mercado de las Artes Performativas del Atlántico Sur en Tenerife y participaron en el Circulart, en Medellín, de los que surgieron la mayoría de las invitaciones a festivales del mundo a los que acudirán este año.
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