Por: Ricardo Quiroga
La primera bailarina del
Staatsballett Berlin, Elisa Carrillo Cabrera, y el exbailarín y otrora
coordinador nacional de Danza del entonces INBA, Cuauhtémoc Nájera, se
presentaron la tarde de este jueves como codirectores artísticos de la Compañía
Nacional de Danza (CND), misma que permanecía acéfala desde mayo del año
pasado, con la renuncia del coreógrafo argentino Mario Galizzi.
A la presentación también
asistieron el productor David Bear, quien hasta entonces fungió como encargado
de la CND y ahora se hará cargo de la parte administrativa, y el esposo de
Carrillo, el primer bailarín de la compañía alemana, Mikhail Kaniskin, quien
fue anunciado con el cargo honorífico de asesor de Asuntos Internacionales.
Ahí la bailarina
mexiquense aclaró que no será funcionaria sino que se desempeñará bajo el
régimen de servicios profesionales. Especificó que se involucrará
exclusivamente en la parte artística, con labores como asistir a las audiciones
para elegir nuevos bailarines, el diseño artístico y del plan de trabajo, la
conformación de giras y temporadas, así como tomará parte de las decisiones
para invitar a maestros, coreógrafos y demás especialistas para la capacitación
de los integrantes de la compañía.
Por lo anterior, dijo, no
se requerirá de su presencia permanente en el país, pero se comprometió a
alternar sus compromisos del Staatsballett con los viajes a México, “cuantas
veces sea posible”, para estar en contacto con los bailarines.
Además se anunció que ya
se tiene definido el programa para el primer semestre del año y se dijo que no
se ha definido el sueldo que la bailarina percibirá por su labor al frente de
la compañía, mientras que el trabajo de Kaniskin será “honorario
completamente”, es decir, que no tendrá remuneración alguna por su
colaboración.
Elisa Carrillo y Mikhail
Kaniskin concedieron a El Economista una entrevista para dar más detalles sobre
su gestión.
—¿Cómo se dio el
acercamiento para ofrecerte la dirección y quién habló contigo?
Elisa Carrillo (EC): la
doctora Lucina Jiménez, quien me conoce desde que soy pequeña y quien ha
seguido mi carrera, fue quien me llamó para hacerme la invitación.
—¿Sabías en qué situación
se encontraba la compañía?
EC: Conocía la situación
de la compañía, no a fondo porque no vivo aquí, pero siempre estuve al tanto de
que los bailarines estaban pasando por una situación difícil. Entonces, aceptar
colaborar fue algo que no dudé porque siempre tuve el deseo de ayudar, tratar
de generar un cambio.
—¿Cuál es el presupuesto
que se tiene para este año?
EC: El presupuesto que
vamos a tener aún no está, pero se nos ha dicho, con base en el del año pasado,
que es de 17 millones de pesos. Con base en ese presupuesto estuvimos hablando
con Cuauhtémoc Nájera qué queremos traer, qué podría ser importante para
comenzar a ser una buena compañía. En esa parte, Mikhail me apoyó: por la
experiencia que tenemos en el extranjero, pensamos cuál podría ser un buen
comienzo para, poco a poco, llegar a otro nivel y en unos años llegar a tener a
los coreógrafos más importantes del mundo en México.
—¿Tener los contactos con
los diversos bailarines y coreógrafos internacionales les ha beneficiado para
que ellos quieran colaborar con la CND?
EC: Claro que sí. Muchos
de ellos conocen nuestra trayectoria. Ven que desde hace varios años creamos
una fundación y que estamos haciendo cosas en México. Todos esos proyectos,
tanto Danzatlán como las galas Elisa y Amigos, han ayudado a que, ahora que
tenemos una posición donde podemos aportar más al país, tengamos una respuesta
de parte de los coreógrafos y directores.
—¿Cuál es la posición en
cuestiones técnicas de la CND a nivel mundial?
EC: Desgraciadamente no
es reconocida. Digamos que en América Latina es una de las compañías más
grandes porque hay muchos bailarines de diferentes partes del continente. Pero
en Europa nunca ha sido un nombre conocido.
Mikhail Kaniskin (MK):
Pero vamos a cambiar eso.
EC: Para nosotros es
importante lograr que la compañía se proyecte. Tiene jóvenes con talento que
quieren trabajar. Se puede tener talento, pero si no se tienen las herramientas
o no se hace el trabajo de la manera adecuada ni tienes, en el caso de los
bailarines, un ballet o un coreógrafo que te pueda hacer crecer, tampoco puedes
desarrollarte como debes.
—¿Cómo será el método de
trabajo, a diferencia de como era antes?
EC: Eso toma tiempo.
Tenemos que analizar bien las cosas. Por ejemplo, en la mayoría de las
compañías en Europa se hacen seis horas de ensayos y aquí sólo cuatro. Esas dos
horas te restan mucha calidad, mucho trabajo.
MK: Aunque yo vi que los
bailarines trabajan en su tiempo libre. Los estudios, cuando ya terminaron las
cuatro horas (de trabajo), están llenos de gente ensayando junto con los
maestros.
EC: Es importante que la
gente empiece a motivarse, trabajar de otra manera. Los maestros también tienen
que refrescar su mente y trabajar en otro tipos de detalles, en la filigrana.
Creo que se trata de organizar el horario de cómo se trabaja y qué dirección
tomarán las clases.
MK: El poder está en los
detalles.
—¿Van a traer a nuevos
maestros o consideran que el nivel de los maestros aquí es bueno?
EC: Este año vamos a
trabajar como estamos. En los siguientes meses veremos si es necesario traer a
alguien.
—¿Por qué no cuajaban los
programas anteriores de la CND?
EC: No puedo decir mucho
porque llevo fuera mucho tiempo. No sé lo que pasó. De aquí empieza otra etapa
para la compañía.
—¿Cómo se va a transmitir
ese mensaje? ¿Debe haber una labor de identificación de quien no está haciendo
bien su trabajo?
EC: Desde la parte
artística se trata de hablar con los bailarines. Saber cuáles son sus
necesidades, qué cosas no les ha gustado, qué desean. Lo mismo con los
maestros, con el equipo artístico. Ahora, la parte administrativa no es mi
labor. Sin embargo, vamos a estar enterados.
—¿Tener la mente en dos
latitudes, entre el Staatsballett y la CND, será complicado?
EC: Es algo que hago
siempre. Es una vida loca, pero es posible. Ya hemos aprendido con todos estos
años con las galas y Danzatlán.
MK: Odio de decir esto,
pero, en este caso, hay que tener precisión alemana.
—¿Se va a apostar por
conseguir más presupuesto una vez que se entreguen resultados y, para que se
logren esos resultados, cuáles serán esas primeras medidas?
EC: Primero queremos
concretar todo lo que proyectamos: que vengan los coreógrafos, que la gente vea
que hay un cambio, que en muchas partes del país se vea lo que está haciendo
una compañía motivada, con ganas de seguir creciendo.
Sobre el presupuesto,
espero que una vez que vean que las cosas están funcionando, que hay armonía,
sepan que vale la pena invertir en ella.
MK: Nosotros tampoco
podemos pedir favores para los próximos seis años. La gente (la comunidad
internacional) va a ayudar, pero se necesitan cubrir los costos y para ello
necesitamos un presupuesto suficiente para llegar al punto a donde queremos que esta compañía llegue.
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