Fue inaugurada la exposición "Un mundo mágico. Las marionetas de Azanza" en la Sala Ramón Martí del Museo Nacional de la Máscara, esta exposición se mantendrá hasta el 19 de mayo de este año.
El arte de Guillermo Azanza, se nutre de inspiración, vocación, sensibilidad, pasión y gran conocimiento de la literatura universal que evoca un Mundo Mágico, plagado de detalles, colores e historias con mensajes de paz y felicidad.
Una marioneta es muñeco que se mueve por medio de una cruceta de la cual cuelgan unos hilos que van atados a su cuerpo o bien metiendo la mano por debajo del vestido; se usa generalmente para representaciones teatrales infantiles o populares.
A lo largo de la historia la marioneta ha servido como instrumento de diversión y educación, pero además como herramienta para construir identidad, hacer crítica social y terapia para animar el espíritu y sanar el cuerpo.
Su uso ha tenido como escenario tanto la vía pública, como los atrios de las iglesias, los mesones, los corrales de comedias, los más encumbrados teatros, las instituciones educativas y culturales en general.
En México la marioneta tiene sus orígenes en la época virreinal, encontrando especial auge en la segunda mitad del siglo XIX, gracias a la gran sensibilidad y creatividad de los hermanos Rosete Aranda y Carlos Espinal.
En San Luis Potosí, si hablamos de marionetas, un referente indiscutible es Guillermo Azanza Alatorre, quien por más de cincuentaaños ha dedicado su vida a hacer felices a niñas y niños de todas las edades.
Inició su carrera a la edad 10 años, ofreciendo su primera función en una fiesta particular, en la que le pagaron 5 pesos por su trabajo. Al poco tiempo creció la fama de aquel niño que se presentaba con unos cuantos títeres, llegando a ofrecer hasta 7 funciones en un solo día, sumando un total de 477 en un año, cuando apenas rondaba las quince primaveras.
En la actualidad el acervo artístico de las marionetas de Azanza comprende cientos de objetos, entre marionetas, títeres y escenografías, tanto antiguas como modernas, de manufactura local, nacional y extranjera.
Las marionetas de Azanza siempre han sido, una pasión y un arte familiar que se retroalimenta y complementa con un importante círculo de amigos intelectuales, artistas y artesanos. La madre de Don Guillermo, desde sus inicios lo apoyó animándolo y con la hechura del vestuario; actualmente, su hija hace lo propio, redacta los guiones y apoya con la dirección, la elaboración y manejo de la escenografía, títeres y marionetas.
Las Marionetas de Azanza son un lujo y orgullo para la comunidad potosina que, ha recorrido innumerables foros en el país y participado en festivales nacionales e internacionales.
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