Por: Virginia Bautista
En la sociedad contemporánea, en la que cada vez hay más mujeres emancipadas, modernas, independientes, el amor es experimentado de la misma manera tradicional, mítica; es decir, se sigue sustrayendo al amor del análisis crítico y no se le concibe como una relación de poder que posee recovecos de dominio.
Ésta es una de las conclusiones que hace la antropóloga y etnóloga Marcela Lagarde en su libro Claves feministas para la negociación en el amor (Siglo XXI Editores), que será presentado el 30 de junio, a las 18:00 horas, en la sede de la editorial.
"No se trata de dejar de amar, sino de amar de otra manera, partiendo del autoconocimiento y la autoestima, del amor por ti misma; desmontar el amor patriarcal e instalar el principio de equidad”, afirma.
Agrega que en sus investigaciones de campo ha encontrado que emerge continuamente el tema del amor. “Muchas mujeres no saben hablar en Yo; dicen lo que quieren los demás, si les hacen daño o no, los otros ocupan todo su mundo. Y continúa ahí un anhelo de encontrar el amor verdadero, comprometido.
"No hemos avanzado en dejar de anhelar ese amor, pues nos quita mucho tiempo, energía, situación económica, nos cuesta. El amor no sólo es que siento bonito, que tengo mariposas en la panza, debe ser una experiencia subjetiva, de mentalidad, de pensamiento, de afectos ante los otros”, señala.
Destaca que el feminismo, que se nutre de todo pensamiento crítico, ha identificado que el amor es profundamente enajenante para las mujeres en el mundo patriarcal.
"Cosas relativas al amor desplazan en la inteligencia de las mujeres muchos proyectos que quedan fuera porque ya no hay tiempo, porque te dedicas al otro, porque estás en busca, porque ya se fue, porque lo estás esperando”.
Advierte que “el amor puede ser nocivo por el poder de dominio de los hombres sobre las mujeres o de los amados supremacistas, mujeres u hombres, y las mujeres. Me interesa esto porque el amor patriarcal está presente en el sufrimiento de las mujeres, en la violencia que ejercen los hombres sobre ellas”.
Lagarde invita a las lectoras a que realicen una autobiografía del amor, pues esto les dará mucha información.
En México hay una cultura enormemente destructiva que parasita todas las relaciones sociales, económicas, culturales, políticas. Aún hay orgullo machista. Todo este estereotipo es contrario al amor visto como un vínculo solidario”, concluye.
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