Con su propia representación del Chac Mool que conjuga la esencia del mundo antiguo, de esa deidad que de acuerdo con la cosmogonía prehispánica sintetiza al sacerdote, hombre-dios o mensajero divino, el artista Sebastian, celebra 55 años de trayectoria en el Museo Nacional de Antropología (MNA).
Y lo hace con la exposición Chac Mool. Sebastian, que es una recreación de esta figura icónica que aparece en diversas culturas mesoamericanas, la cual inaugura este jueves en el MNA.
Sebastian, quien es identificado como el autor de la escultura de El Caballito en Paseo de la Reforma, a través de un comunicado indicó que: “exponer en el Museo Nacional de Antropología significa que soy mexicano, que allí voy a festejar los años de entrega a una pieza icónica de mi país, de mi raíz fundamental, y que ese museo es el museo más bellos que existe en el mundo de la antropología. Exponer allí es un reconocimiento a mis años de entrega sobre una figura icónica que no he dejado de trabajar cada año diseñando una y otra”.
El Chac Mool, añadió, es una pieza muy bella y única, no hay otra figura que tenga esas características en la escultura universal: “es muy fuerte la posición, la estructura de cómo está funcionando el hieratismo, la expresión, todo es tremendamente bien resuelto, aunque algunas piezas prehispánicas sean muy primitivas y otras más elaboradas. Esta figura es extraordinariamente estética y eso es lo que fascina. No me inspira, lo que yo hago son recreaciones de esa visión y ya lo ha dicho el maestro Eduardo Matos Moctezuma”.
Matos Moctezuma, quien fuera director del Museo del Templo Mayor, ha escrito estas figuras de Sebastian: “Las obras de este artista no son una traducción literal, antropológica o histórica de las piezas prehispánicas, sino una interpretación, una recreación de éstas con el talento, arte y raíz de un mexicano, atento admirador de ese pasado que le inspira, tal y como él lo describe”.
El arqueólogo citó al propio Sebastián: “Los mexicanos tenemos una gran vocación constructiva por la raíz prehispánica que guardamos. La obra de Henry Moore con influencia prehispánica me hizo pensar en la recreación de ese pasado; por ello, quise retomar nuestras raíces y reinterpretar ese mundo del México antiguo, dar vida a los dioses y a sus expresiones para seguir proyectándolos en el tiempo presente”.
Es una recreación que ha venido haciendo Sebastián desde hace algunos años, desde 1968, de ahí que en Irlanda haya una escultura de Sebastian que recrea esta figura, localizada en la entrada de la Universidad Trinity College, y curiosamente en los jardines de ese claustro hay otro Chac Mool de Henry Moore.
Dijo el artista mexicano, miembro del World Arts Forum Council con sede en la ciudad de Ginebra, Suiza, que comparte en esa prestigiosa universidad el espacio con Moore, lo que para él es un doble honor.
La exposición Chac Mool. Sebastian la integran cuarenta piezas en distintas proporciones y materiales como piedra, plata y fierro; incluye también algunas de las maquetas de los originales de sus diseños, es decir, su idea primaria para llevar a cabo cada recreación de la esencia de esta figura.
El público podrá apreciar además, dibujos de dos épocas, una más cercana y una más antigua, y algunas acuarelas, todo alrededor del génesis del Chac Mool. Será en enero que se presente un libro sobre dicha muestra con un texto del arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma.
Al hablar del sentido y de la vitalidad de la escultura, Sebastian, quien ha realizado más de 200 exposiciones individuales en países como Alemania, Bélgica, Inglaterra, Italia, Estados Unidos y Francia, expresó que el tratamiento de las formas, lo aprendió el propio Henry Moore.
“Desde muy joven estudiando a Moore descubrí que él había bebido fundamentalmente para sus figuras reclinadas del Chac Mool, y de muchas otras piezas de los dioses del mundo prehispánico; fundamentalmente él hizo una recreación y mantuvo el significado hierático de la pieza, reprodujo esta belleza en sus figuras reclinadas.
Cuando se percató de ello Sebastian reconoce que reflexionó y consideró “que realmente no le debía tanto, porque estaba también retribuyendo mis raíces; lo analicé, me metí a fondo y de allí comencé a trabajar la figura del Chac Mool, desde el 68 hacía figuras reclinadas en arcilla y las convertía en terracota. Muchas de ellas las destruí en un arrebato por una decepción de amor de juventud, solo quedó uno que ahora exhibiré, aunque está todo craquelado. Empecé de nuevo con esas piezas y comencé a fundir las terracotas en bronce. De allí ya no paré y esos 55 años de recrear al Chac Mool es lo que voy a presentar en el Museo Nacional de Antropología”.
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