domingo, 16 de septiembre de 2018

Héroe incomprendido: Agustín de Iturbide

                                        Foto: Especial

Por : Luis Carlos Sánchez

En abril de 1824, el Congreso mexicano declaraba a Agustín de Iturbide como “traidor” de la patria. A través de un decreto, amenazaba con juzgar a cualquier persona que “favoreciera” el regreso del militar al país. Un año antes, el 11 de mayo de 1823, Iturbide, su esposa, sus ocho hijos y 19 sirvientes salían exiliados con rumbo a Europa después de un breve Imperio que duró apenas diez meses.

El torrente difamatorio comenzó poco antes: en 1822, Vicente Rocafuerte publicaba desde Filadelfia su Bosquejo ligerísimo de la revolución de México, cuadernillo en el que acusaba a Iturbide de villano, traidor e, incluso, de mujeriego. México había elegido a Miguel Hidalgo como su Padre de la Patria e Iturbide, estorbaba.

El autor de Yo, Díaz, Pedro J. Fernández, vuelve a las librerías con un título que levanta ámpula y busca reivindicar a Iturbide como el verdadero libertador de México. “Él es el libertador, es quien escribe el primer plan real de Independencia (Plan de Iguala), quien se sienta con Juan de O’ Donojú a pactar la Independencia y quien también lo hace con Vicente Guerrero; es un héroe incomprendido, no podemos entenderlo, pues al principio era realista y luego consigue la Independencia, pero él es realmente el libertador y el primer gobernante del México independiente”, dice el autor en entrevista.

Fernández ha elegido la novela para contar su historia: aventura los diálogos y circunstancias que debieron ocurrir en el seno criollo donde nació Iturbide y alterna con pasajes que él mismo escribe, a manera de cartas, para relatar a su hijo los episodios históricos. En Iturbide, el autor encontró el personaje perfecto para contar la Independencia: primero, es un libertador que devino en villano; también, como pocos, se mantuvo vivo para atestiguar el desarrollo de la Guerra de Independencia, desde sus inicios hasta el final.

Hay dos errores que se le atribuyen a Iturbide: uno es que parece que está contra la Independencia, pues lucha contra Hidalgo, pero Iturbide es muy claro en sus escritos, él está a favor de la Independencia, no a favor de la guerra civil que hace Hidalgo”. Iturbide, junto con otros criollos importantes de la Nueva España, está a favor de la Independencia, pero se horroriza con la sangre que se derrama en el país; no está de acuerdo con “lo que pasa en la Alhóndiga, con ver batallas un día sí y otro también”, dice.

El segundo motivo que lo proscribió de la historia fue el Imperio: “Como tenemos esta educación republicana y somos hijos de Benito Juárez, no entendemos por qué Iturbide busca un Imperio, no entendemos que en ese momento en México nadie había tenido una República, no sabíamos qué era eso. Para la visión de mucha gente, y del propio Iturbide, el Imperio era la transición más sencilla de un virreinato. Además lo hizo con esta visión de rescatar el imperio mexica que había estado ‘en pausa’ durante 200 años. Quiere retomar esa idea y de ahí sale el Imperio”.

En Iturbide. El otro Padre de la Patria (Grijalbo, 2018), Fernández cuenta cómo el militar combatió a los insurgentes en el inicio de la Independencia, del lado realista; cómo fue designado comandante para combatir a Guerrero. Pero con una ideología opuesta a la de la Constitución de Cádiz, pacta con el grupo al que combatía. Para el 24 de febrero de 1821 proclama su Plan de Iguala y en agosto del mismo año firma los Tratados de Córdoba con O’ Donojú, logrando consumar la Independencia de México.

La gran aportación de Iturbide es el Plan de Iguala, que es realmente el Plan de Independencia de la América Septentrional y el primer gran plan que dice ‘vamos a hacer un México independiente y se acabaron las castas’, pero también negocia la Independencia, porque hasta entonces todas las peticiones se habían hecho a través de las armas”, dice el biógrafo.

Una vez consumada la Independencia, el 18 de mayo de 1822 Iturbide es proclamado emperador por un grupo de soldados; un día después lo confirma el Congreso, aunque en la Cámara no hay quórum suficiente. Para febrero del siguiente año, Santa Anna proclama el Plan de Casa Mata en contra del Imperio y a él se suman Nicolás Bravo y Vicente Guerrero. Iturbide termina por abdicar a la corona el 19 de marzo de 1823.

Yo quiero que la gente conozca a Iturbide, sus aciertos y sus errores. Tampoco vamos a decir que fue un santo. Fue un hombre cruel como todos los hombres de la Independencia, pero quiero que la gente realmente conozca su historia, que entienda las razones para la Independencia, que vea la Independencia de otra forma, como una guerra civil de americanos contra americanos. Que al final se queden con una idea de que fue héroe o villano, pero que no le quiten el mérito como libertador de México”, agrega Fernández.

Exiliado en Italia, Iturbide y su familia rentaron la casa de campo de Paulina Bonaparte, después fue a Londres, en donde se entera de la existencia de un plan de España para reconquistar México. En ese lapso, el Congreso mexicano lo declara traidor y regresa a México en julio de 1824 con la intención de advertir de la conspiración. A su desembarco en Tamaulipas es apresado y el 19 de julio del mismo año, es fusilado. Sus restos aún se conservan en una urna de cristal en la Capilla de San Felipe de Jesús de la Catedral Metropolitana, a donde llegaron en 1838.

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