domingo, 30 de septiembre de 2018

"Farsa prudente para el final de un sexenio" en el Coloso de Villerías


Por: Roberto A. Valenciano Capín

Una forma de mirarnos y a la vez el ir deconstruyendo nuestras realidades ante este triste panorama nacional que vivimos, es lo que se propone en esta "Farsa imprudente para el final de sexenio" que se presentó en función única en el Teatro de la Paz.


Un espectáculo de la Victoria del Arte A. C y la Asociación Teatral La Carrilla, quien festeja sus 27 años en el arte escénico potosino.

Un escenario del Coloso de Villerías que nos remite al teatro de carpa sin hacer dejo de la farsa y estos matices del cabaret, siendo a este último que homenajean a través de sketches creados por quienes integran este espectáculo escénico, bajo la asesoría del dramaturgo Aldo Reséndiz.

Esta puesta en escena no solo permite a los actores sino también al público de no solo disfrutar sino echar relajo, ademas de también mirarnos en algunas situaciones y pensar que anhelamos ante y sobre nuestro triste panorama nacional.





A partir de cinco sketches van de-construyendo este universo escénico, el cual da inicio a partir de este estudio antropológico y de experimentación social de una buena onda Paulina de la Rivera Maya, para pasar a esta entrega y disputa de una medalla-reconocimiento laboral- entre tres alegres secretarias, a la puntualidad y proseguir con dos de los mejores sketches en esta noche, el primero de ellos refiere a los baches que a través de un par de agentes de tránsitos; Basilio  y  el Yonofui, son capaces de dar no solo una clase de la belleza de los baches sino de, esta instancia de acecho y cordura, en conjunción a lo del morrillo Juan Diego, el señor de los trabajos que bajo el pretexto de pedir pan da cuenta de todo este sistema de corrupción y marginalidad en que viven muchos."Los niños pobres somos los consentidos de los políticos", para ser complementada esta puesta en escena con el sketches de esta mujer Calvin Klein, que sobrelleva dignamente los golpes del amor de su marido y cerrar con esta particular versión de la acuarela potosina que da cuenta de nuestra realidad potosina.


Una puesta en escena divertida, ácida y puntual que a pesar de su localía logra trascender a gracias a esta connotación nacional. Aunque es de destacar que se vio un tanto el descuido en el vestuario. Pero aun así, lo más importante es que se vio reflejada en una buena recepción del público, siendo éste en su mayoría integrada por jóvenes.

Equipo creativo: Ana Isabel Martínez, Isabel Dávila, Francisco Morán, José "Poke" Gaytán, Víctor Martínez, J. Alex León, Martha Aguilar en la dirección y producción general, Jorge Alemán en la escenografía, vestuario y utilería; Rafael Becerra en la coreografía, Aldo Reséndiz en la asesoría en la dramaturgia, Ignacio Corpus en la asesoría vocal, Adrián Martínez en diseño de imagen y Lucía Andrade en producción ejecutiva.

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