Por: Roberto A. Valenciano Capín
El paraninfo universitario, Rafael Nieto de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí estuvo de plácemes al recibir el arte de la improvisación propuesta por la banda lidereada por la baterista potosina Karina Colis desde Nueva York para compartir con el público potosino a través de un puntual recorrido por estas orbes sonoras.
El paraninfo universitario, Rafael Nieto de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí estuvo de plácemes al recibir el arte de la improvisación propuesta por la banda lidereada por la baterista potosina Karina Colis desde Nueva York para compartir con el público potosino a través de un puntual recorrido por estas orbes sonoras.
Un concierto en donde no solamente se presencio sino también se constastó la total entrega de la talentosa artista en conjunción con sus compañeros de travesía ante un público que despidió a la potosina al degustar de su World Jazz
Fussion.
Ya fuera al tocar con tres, cuatro o seis integrantes,
el escenario siempre vibró en cada una de las doce melodías que Karina y sus amigos músicos
generacionales con quienes compartió esta noche de Jazz. Y no solo eso, la baterista y cantante mostró además su talento como
compositora al presentar Janeman, Adversidad, November Rain y la maravillosa High
Rock Way, canciones que se pudieron disfrutar en un Auditorio Rafael Nieto que literalmente se
“lleno de familia, amigos y futuros nuevos amigos”.
Así como fue arropada por el infalible acervo musical de este arte de la improvisación como es las piezas de: Miles Davis, Thelonious Monk, Herbie Hankock y Paul Desmond al ser reinterpretada puntualmente por Karina y sus compañeros y a la vez cómplices de mil batallas: Samuel Martínez en el piano, Richy Vega en el contrabajo, Memo Barrón en las percusiones y Alex Ledesma en la guitarra. Por si esto fuera poco, se les une para esta fiesta sonora, el vibráfono costarricense de Felipe Fournier, quien visitó San Luis únicamente para formar parte de este ensamble, quien robó cámara con su energía y su despliegue sonoro.
Para cerrar la noche, no pudo faltar la
hipnótica Take Five, con sus
particulares arreglos que la convirtieron en una de las favoritas del público que se dio cita a este espacio y que no perdió la
oportunidad para reconocer su talento y su energía al aplaudirles de pie a este pléyade de jóvenes jazzistas.
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