viernes, 13 de febrero de 2015

Raúl Anguiano, sin homenaje en el centenario de su natalicio


Raúl Anguiano (1915-2006) jamás habría imaginado que en el centenario de su nacimiento, la Ciudad de México no contaría con una magna exposición que lo recordara. Sin embargo, así sucederá el próximo 26 de febrero, debido a que el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) no lo programaron aunque la mayor parte de la obra del artista se encuentra en México.


Así lo confirmó a Excélsior Brigita Liepins, viuda del artista, quien además lamentó que a cinco años de que se prometiera el montaje de una sala dedicada al artista en la Galería del Palacio Nacional, las autoridades le han comunicado nuevamente que este proyecto no tiene fecha para concretarse, lo que ha propiciado que las 35 piezas que donó en 2012… permanezcan embodegadas.


Sobre la Galería en Palacio Nacional, Brigita Liepins detalló que la historia comenzó en 2007, cuando envió una carta al presidente para realizar una donación, “pues antes de que falleciera el maestro Raúl Anguiano se pensó en una donación porque él siempre quiso que su obra quedara para la nación”.


 En aquel tiempo funcionarios como Sergio Vela y María Teresa Franco le explicaron que sería imposible crear un museo dedicado al artista de origen tapatío, debido a la falta de recursos, pero le aseguraron que podrían abrir una sala para Anguiano en el Museo de Arte Carrillo Gil (MACG).
 
Poco tiempo después cambiaron los funcionarios y tuvo que hablar con Consuelo Sáizar y Teresa Vicencio, quienes le dijeron que sería imposible dedicar una sala en MACG a la obra que donara. Pero le aseguraron que podrían recibir la donación y repartir la obra en distintos museos. Ella se opuso a esta idea y la donación se postergó.

 

 “Claro que yo quería la donación, pero me ofrecieron llenar huecos en diferentes museos del país… en pocas palabras: separar la obra. Pero esa no era la idea del maestro”, asegura.
 

 Meses después las autoridades de la Galería del Palacio Nacional le comunicaron que abrirían una sala dedicada a Raúl Anguiano, donde se expondría la obra que ella donara, luego de que se emitiera el decreto para la permanencia de aquella galería.
 

 Dos años después, Miguel Ángel Fernández, encargado de la colección en la galería le aseguró que se crearía la sala para Anguiano. Así que Brigita de Anguiano decidió donar 35 piezas, entre las que recuerda óleos como: Autorretrato, Madre e hijo, Guerra y paz, La marcha de las mujeres y una serie de litografías que hizo en el Taller de la Gráfica Popular (TGP).
 
 El tiempo pasó y el espacio nunca se acondicionó, reconoce: “Desgraciadamente, por falta de dinero esto no se cumplió. Yo sabía dónde tenían pensado dejar el espacio, pero faltó presupuesto… Y bueno, ahora me siguen diciendo que el decreto no se puede borrar, por lo que se deberá en el futuro”, reconoce.
 

A esta decepción, dice Brigita Liepins suma otra más: “Hay otra cosa que me duele mucho y es que la obra que fue seleccionada por Luciano Cedillo –enviado por la Galería del Palacio Nacional– no entraría en su guión curatorial. Entonces pregunté qué pasaría con esas piezas, pues no quisiera que éstas terminaran en las oficinas, pero todos me dicen que por ahora la obra está en la bóveda y nada más”, explica.
 

 La más reciente comunicación que la también artista tuvo por parte de las autoridades culturales, fue a través de Magdalena Zavala, quien le envió un comunicado donde le explica que no puede cancelar la donación que hizo en 2012, y que solamente le pueden prestar cinco de las piezas que solicitó para ser expuestas de forma temporal.
 

 Luego de esta experiencia con las 35 piezas que donara, Brigita de Anguiano asegura que no volverá a donar en estas condiciones. “No, no lo volvería a hacer en estas condiciones. Me hubiera gustado donar esta casa y dejarla funcionando con más obra, pero lo siento mucho, mejor no”, afirma.

 Sin planeación

 Cuestionada sobre los motivos por los que el Conaculta y el INBA no planearon una magna exposición para Raúl Anguiano, Liepins asegura que no conoce la situación, dado que la obra se encuentra disponible.
 

 “Me hubiera gustado una exposición digna, algo grande, pero al menos se realizarán tres exposiciones en otros espacios”. La primera y más importante será inaugurada el 26 de febrero en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, donde se montarán cien piezas entre obra gráfica, tapetes y óleos de su etapa semicubista y de la serie taurina, e incluirá una réplica del estudio del artista con algunos de sus objetos personales.
 

 La segunda será en el Museum of Latin American Art de Long Beach, que inaugurará el 17 de julio.
 

 donde se montará una muestra representativa del trabajo de Anguiano, entre dibujos y algunos óleos.


Y la tercera, un modesto montaje en el Museo Nacional de San Carlos, con obra de su propio acervo, integrado por dos óleos y obra que el artista produjo dentro del TGP.
 
 
Por último, la viuda del artista explica que una de sus mayores aspiraciones es la creación de un nuevo museo en México donde se exponga de forma permanente la obra de la segunda generación de grandes muralistas, donde se incluya obra de Alfredo Zalce, José Chávez Morado, Olga Costa, Jorge González Camarena, Juan O’Gorman y Pablo O’Higgins, entre otros.
 
 
“Nunca he pedido un museo nacional para Anguiano. Tengo entendido que no se puede sostener otro museo nacional por el gasto; mi lucha más bien ha sido por la segunda generación de muralistas mexicanos, ya que considero que es una gran tristeza que no se exhiba esta riqueza que tiene México”.

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