viernes, 13 de marzo de 2015

Work in progress "Facing The Smell of Death (ante el olor de la muerte) en el CEART




Fotos: Eleno Guzmán Gutiérrez

Por: Roberto A. Valenciano Capín


¿Hasta dónde es propicia esta exposición en cuanto a la vulnerabilidad del ser humano ante la pertinencia misma de esta violencia  trascendida a través de la corporalidad?, es lo que se propone en este work in progress de "Facing The Smell of Death (ante el olor de la muerte)" creado por  Laura Ríos, Ricardo  Rubio, Robert Steijn y Antonio Fuentes,  como parte de su residencia de creación que tuvieron en el Centro de las Artes Centenario.




Un work in progress que se llevó a cabo en el área de teatro de dicho centro. En voz de Robert Steijn es una investigación sobre la violencia que se vive actualmente, pero haciendo énfasis en esta exploración "en nosotros mismos, resonando con toda esta influencia cultural que dejó un sello en bloquear nuestros cuerpos  y que nos mantiene alejados de amarnos  sin complicaciones y en ciertos términos, compartiendo". 


Al sustentarlo en una instalación/performance a partir de una situación con cuatro organismos, dos cuchillos, y una piedra volcánica.



Una primera sensación delata de lo que serás parte. Entras a este amplio espacio y sin más tu primer contacto visual y de sensaciones es encontrarte con dos cuerpos desnudos encimados y a los costados de ellos dos cuchillos. En contraparte dos sillas en donde son observados.





Un silencio que invade y cohabita el momento, pero que es interrumpido por la respiración por estos dos cuerpos entrelazados que se mueven lentamente  como esta proyección plena en la otredad, en donde cada movimiento es sinónimo de una plasticidad y belleza en movimiento, a pesar de este sutil entorno en donde se desenvuelven.





El cual da esta lectura inmediata de verla como esta galería entre  cuerpos muertos y cuerpos con deseo, de la ausencia a la presencia de estar, de decirse que aun así  tuvieron un nombre, una vida y una presencia.



Para ser contrarrestado por esta parte de la ignominia que ha tendido sin cortapisas la violencia, como es la demostración de este lado humano, el sentimiento nato y pleno como son las diferentes formas de besarse, de sentirse y de esta manera coadyuvarse en esta sensación de estar.



"Del beso a la forma, de la forma al beso, del silencio a la presencia, de la ausencia a la belleza del... silencio" como lo comentara puntualmente Laura Ríos. 



O simplemente, tomar uno  de ellos con este armoniosa celeridad estos cuchillos y dejarlos trazar su destino manifiesto en uno de los cuerpos, a partir de ahí  trazar estos inefables y truncadas memorias o, simplemente, dejar sin cortapisas esta docilización del cuerpo. Vulnerabilidad.



Sin más, ser corrompida desde su misma esencia por este libre fluir del sublime, interesante y fluido  danzar del cuerpo desnudo, sin  caer en ninguna vendetta social o  esta contraposición ante esta rostricidad o lógicas impuestas por la sociedad,  para sin más decantarse en un potente baile con los cuchillos.




Un bombardeo de imágenes potentes, sutiles, conmovedoras  como son estas metáforas trazadas a partir de este cuerpo semidesnudo o no tan desnudo, que nos remonta a esta reflexión sobre estos cuerpos violentados que ante esta condición nos refleja la naturalidad y la banalización del drama humano, gracias a esta sólida estructura creada por la violencia misma.



Hasta esta profanación de cuerpo al ser violentada desde su propia individualidad y transmutarla a  través de la irreparables ausencias/disidencia demarcadas por la misma corporalidad personificada por el vestido cotidiano.



Para ser redimidas momentáneamente por el abrazo solidario de los ahí presentes ante este omnipresente y latente vulnerabilidad que la rompe momentáneamente, aunque por ahí sigan resonando sutiles voces.



Un work in progress que sin lugar a dudas incide en cierta manera en esta sustancialidad del hallazgo del encuentro de tomar conciencia  del cuerpo,  así como también de la empatía mutua, y en donde el diálogo de cuatro parece ser esta permanente constelación entorno a estas aristas de lo que se entiende por violencia, de ahí que sea importante destacar que la violencia no solamente adquiere sus significados en los hechos o sucesos que podemos ver, sino más bien,  poner  énfasis en ser estos transmisores y configuradores de la misma estratificación de la violencia no solamente a nivel social, sino bajo esta puntual óptica de lo intrapersonal.




“La razón por la que ves la muerte como algo horrible se debe a que ahora no estás viviendo". Stan Keleman

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