Por: Juan Carlos Talavera
Ocho países y una sola voz. Así nació Guitarra latinoamericana, el nuevo disco del intérprete mexicano Francisco Gil, donde reúne veinte piezas de compositores de Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, México, Paraguay, Perú y Uruguay, de los cuales al menos Agustín Barrios Mangoré de Paraguay y Dilermando Reis de Brasil son poco conocidos.
“Este álbum refleja que Latinoamérica ha crecido de la mano de la guitarra y que la guitarra ha crecido de la mano de Latinoamérica”, detalla en entrevista el intérprete mexicano, que ha dedicado media vida a explorar la sonoridad de la guitarra en distintas latitudes y que ahora presenta este álbum con música que camina entre piezas populares y clásicas del repertorio latinoamericano.
“Como preámbulo, debo decir que este disco está dedicado a algunos de los países latinoamericanos donde he podido estar, de la mano de la guitarra. Podríamos agregar que Francisco Gil también ha crecido de la mano de la guitarra y de la mano de Latinoamérica, así que es una manera de rendir tributo a los países que me han permitido mostrar mi trabajo”, comenta el intérprete vía telefónica.
¿Cuál es la diferencia entre las voces argentinas y uruguayas?, se le pregunta. “Es cierto que cada compositor refleja su identidad nacional, por lo tanto existen diferencias muy claras. En ese sentido, se diferencia claramente una milonga argentina de una marinera peruana, o de una milonga uruguaya, influenciada por la música negroide”.
¿Qué sucede con los países que no están aquí representados? “Sólo presento piezas de algunos países donde he estado, aunque no están incluidos Chile ni Panamá, porque de alguna manera pienso que no ha sucedido algo que me permita sentir esa afinidad con la música de esos lugares”.
Sin embargo, lamenta no haber visitado y explorado antes la música boliviana, ya que será dentro de unos meses cuando explore esas tierras; aunado a esto, todavía no ha visitado Venezuela ni Ecuador, países que seguramente propiciarán un nuevo material discográfico.
Producido por Tempus Clásico, Guitarra latinoamericana ya está disponible al público, luce en su portada una obra plástica de la artista veracruzana Mirna Valdés y contiene piezas como: Brejeiro, de Ernesto Nazareth; Caboré No. 1, de Francisco Soares de Souza; Uma valsa e dois amores y Xodó da Briana, de Dilermando Reis; Sons de carrilhoes, de Joao Pernambuco; Aire norteño, de María Luisa Anido; Te vas milonga, de Abel Fleury; Bunde Tolimense, de Alberto Castilla, y Bambuco, de Adolfo Mejía.
Asimismo Adiós, de Alfredo Carrasco; Adiós, Mariquita linda, de Marcos Jiménez; Dale, toma, de Alicia Maguiña; Lucumi, de Eliseo Grenet; El huamahuaqueño, de Edmundo Zaldívar; Aires de Malambo y Milonga para Ling, de Abel Carlevaro; Recuerdos de Ypacaraí, de Demetrio Ortiz, y London Carapé y Caazapá, de Agustín Barrios.
VERSIÓN DEFINITIVA
Para Francisco Gil las versiones definitivas o perfectas no existen; sin embargo, las que grabó para este álbum fueron las mejores en su momento. “Una de las maravillas de la música —no sólo de la guitarra— es la posibilidad que tiene el ejecutante para explorar su creatividad”, dice.
Así que es el que realmente se puede ser libres, añade, por lo que para este álbum grabó sus propias versiones musicales a partir de su comprensión y comunicación con el texto, sin dejar de lado su propia fantasía e imaginación, asegura.
“En ese mismo sentido te puedo decir que no existe una versión terminada, más bien buscamos una versión ideal que podríamos llamar perfecta… aunque por suerte es inalcanzable y eso me lleva a tocar nuevamente la misma pieza al día siguiente”, asevera.
Lo mejor es cuando el intérprete puede retomar determinada pieza años después. “Esto nos permite leer de manera distinta e incluso lograr una interpretación radical. A partir de esta idea debo decirte que las versiones plasmadas en el disco son las que al momento de la grabación fueron más cercanas a mi entendimiento y mi propuesta. Aquí encontrarás una propuesta discográfica que abarca ocho países, 20 piezas y un ejecutante”.
Por último, el intérprete comenta que la guitarra es un instrumento que mundialmente está en el corazón de toda la gente, pues se trata de un instrumento muy práctico que cuenta con un timbre hermoso, lo cual permite que mucha gente de distintos niveles la lleve en sus manos.
Y reconoce que entre sus veinte piezas hay compositores poco conocidos, como el brasileño Francisco Soares de Souza, quien es prácticamente desconocido, al igual que el colombiano Adolfo Mejía y el argentino Abel Fleury, quien sólo es conocido en Argentina.
“Así que este álbum representa una novedad para el público en general, una novedad para el mundo de la musical en general, pero quizá también para el mundo de los especialistas”, concluye.
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