viernes, 13 de noviembre de 2015

"Built of last" de Meg Stuart / Dammage Goods en tierras potosinas



 
Por: Roberto A. Valenciano Capín

 
Ante este bombardeo de redes sociales para ser partícipes de la presentación de esta  propuesta escénica desde tierras germanas,  "Built of last" creada por este binomio creativo de  Meg Stuart/Damaged Goods y  Munchner Kammerpiele, en estas tierras potosinas, al unirse a la Ciudad de México como únicas presentaciones en su gira por estas tierras mexicanas.
 
Un Centro Cultural Universitario Bicentenario que afortunadamente lució con muy buena entrada, en donde se dio cita un tanto la comunidad dancística como un público gustoso de la danza.

 
Hay que apuntar que ésta obra fue seleccionada directamente por el  Goethe-Institut Mexiko para ser presentado a los mexicanos, al comentar dicho dato por Eleno Guzmán, el cual no con esto se justifica el mismísimo hecho escénico que se pudo apreciar en el foro de dicho Centro Cultural Universitario.

 
 
En primera instancia, en el escenario, un gran dinosaurio de madera en su costado derecho y en su contraparte, un cubículo multifuncional en blanco, regidos por este sistema solar, así como el despliegue de esta tribu primitiva-futurista en una forma inicial expuesta en una vitrina del museo, aunado a la música con la fuerza conmovedora de un maremoto.
 
La puesta en escena de dicha obra, en una forma inicial para muchos podrían decir que no es danza, pero si recae en ésta, aunque también hay este diálogo con el teatro.
 
 
"Quizás sea cierto decir que uno no está bailando cuando habla de la danza. La danza no se habla, pero se dice. La danza se dice en su movimiento, crea sus códigos, rompe esquemas, construye. Dice y soy ésta, y aquella, y la que no tiene nombre...". La danza en su danzar, y sólo en su danzar, se apropia del espacio o mejor dicho, dialoga con él".
 
 

De esta manera  dar cuenta  a partir de esta  pluralidad de signos y elementos intervinientes en la pieza a partir de este concomitante diálogo entre la deconstrucción del movimiento y la plena exposición del expresionismo, aunado a este velado humor  en conjunción con el trasfondo en las diferentes etapas de la historia de la danza, claro, sin hacer dejo  de exponer esta memoria social  y esta obsesión del hombre por desarticular el tiempo.
 
 
Encuentros improvisados y sugeridos, el desenfreno del caos dentro del caos, la vitalidad y este sentido musical, en donde la pauta siempre presente es el cómo bailar o moverse entorno a la monumentalidad de este eclecticismo musical que circunnavego en esta puesta en escena.

 
 
A pesar de este caos, incongruencia para muchos, nos regalaron potentes metáforas, desde esta sutil y bien lograda parodia al ballet mismo, al hacerlo a través de esta bella imagen de esta sincronización/desincronización de las manos, emulando a la altivez y sincronía que nos remite al ballet, así como esta desarticulación del cuerpo y movimiento, parte fundamental de la investigación del movimiento de Forsythe, así como ésta tan necesaria, tan urgente recuperación de la memoria no solo corporal sino histórica, al buscar hacerlas nuestras, al inventar y afirmar una situación que se eleva a un nivel de manera simbólica de ordenar y dirigir este sistema solar.
 
 
 

En consecuencia, a  lo mejor para muchos fue una tomada de pelo, al  tornarse confusa, desarticulada en cuanto no solo a su  eficacia discursiva y expresiva de la obra, sino también al no llegar con tal intermitencia  para incidir en  esta memoria sensorial del espectador, sus interlocutores; el no dejarse seducir/ jugar a ser parte de ella ( a pesar de invitar a alguien del público a interactuar) o, simplemente,  no dar  visos en cuanto a esta dinámica propuesta de deconstruir para volver a construir a pesar de la contundencia de su final, que aun así fue agradecida con un sobrio aplauso y hasta por ahí algunos lo hicieron de pie.
 
 

Solamente resta decir, un Built of Last que enuncia una constelación de ausencias y afectos que muchas veces quedaron a deber a pesar de una estructura dramática sustentada, aun así, siendo una obra que conjunto a este mestizaje de creadores en escena o extranjerías como diría Juan José Campos de Lumen Flujo Cultural. "Al menos justificar dos de las horas más sufridas en un buen rato... y si señores, que vengan de Alemania o Bruselas no es garantía DE NADA. De allá también llegan espejitos para los pobrecitos", será acaso que parece ser que fueron más estos sublimes vacíos de lo anunciado en estas redes sociales.
 
 
Un evento  que  fue un esfuerzo conjunto de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, el Centro de las Artes Centenario y el Goethe-Institut Mexiko.              

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