Por: Sonia Ávila
El pasado y el presente se encuentran en un mismo espacio: el Pueblo Mágico Mineral de Pozos. En un terreno de seis mil metros cuadrados, se conserva un edificio que data de 1867, cuando albergó la Escuela Modelo, un plantel de educación primaria promovida por Porfirio Díaz. Hoy convertida en museo. Justo enfrente, se erige una réplica de esta vieja construcción para albergar el nuevo Centro de Artes y Prácticas Artísticas. Recinto educativo que en su estructura hace espejo del inmueble abandonado casi un siglo, pero a la vez es una apuesta por el conocimiento actual.
En suma, los edificios gemelos dan cuenta de la historia de este pueblo que fue epicentro minero a finales del siglo XIX, pero cayó en abandono tras la Revolución Mexicana y la Guerra Cristera. La llamada Ciudad de Porfirio Díaz pasó de tener 200 minas de plata y mercurio y 50 mil habitantes, a apenas un centenar de personas sin trabajo para la segunda mitad del siglo XX. Casi un siglo después el que fuera un pueblo fantasma reabre las puertas de la escuela que de origen apostó por la excelencia a través de un modelo de enseñanza novedoso.
Con una inversión –pública y privada– de 80 millones de pesos y tres años de intervención arquitectónica, el inmueble original se restauró para convertirlo en museo de la historia del pueblo y de la propia escuela; de manera simultánea se construyó el edificio réplica que la próxima semana iniciará actividades académicas con talleres, diplomados, encuentros artísticos, además de una zona para residencia estudiantil.
La propuesta de reactivar la Escuelo Modelo no se limita atender a niños y jóvenes en un periodo vacacional, sino convertirse en un “laboratorio de ideas”. Y en ese sentido además de clases abiertas al público –de pintura, grabado, joyería, escultura, fotografía, video, danza y artes escénicas–, también se planea impartir el Diplomado de Museografía dirigido a profesionales de la cultura, explicó Ana Azuela, directora del Centro que conserva características de la arquitectura local como el uso de piedra caliche, madera, piezas de barro y cantera.
“Cuando se restauró se buscó que el edificio antiguo mantuviera un referente de esta historia de la escuela original y del propio pueblo Mineral de Pozos, mientras que el nuevo edificio es una innovación donde queremos crear una oferta real de educación artística para todas las poblaciones, niños, jóvenes y profesionales”, dijo en entrevista.
El museo, con acervo documental y fotográfico, se integra por salas de exposiciones temporales, una sala de cine y un anfiteatro. Mientras que la escuela tiene 16 aulas continuas, una sala de lectura con 600 títulos distintos, y espacio para hospedar a 12 estudiantes de manera simultánea. Azuela detalló que a partir de un calendario de la programación académica y a través de una convocatoria se elegirán a los residentes que pueden habitar la escuela por semestre o bimestrales según el curso.
Si bien la escuela tiene apoyo del gobierno estatal, se buscará también colaboraciones con universidades y centros de arte de otros países. “Realmente nos interesa tener una oferta funcional y que la Escuela Modelo se convierta en un laboratorio de proyectos”, refirió del plantel que también tendrá actividades para personas de la tercera edad e un intento por involucrar a toda la población de Mineral de Pozos: “La escuela cuando la abrió Porfirio Díaz era para los hijos de los mineros, entonces seguiremos con ese proyecto de integrar a la gente”.
Además de los talleres, la primera exposición será Pozos visto por Antonio Turok, una serie de fotografías tomadas por Turok durante tres recorridos por el Pueblo Mágico para captar el espíritu alrededor de la Escuela Modelo. Esa esencia que lo mismo cautivó al director de cine Carlos Velo en 1967 para filmar la película Pedro Páramo.
“Este edificio es el más moderno ahora, es curioso porque también fue un proyecto innovador cuando la inauguró Porfirio Díaz con una metodología muy innovadora para la época y que además recibió el primer tren de la zona, por eso es para nosotros la memoria de ese esplendor”.
Azuela recordó que a finales de los 1800, dentro del proyecto educativo, Porfirio Díaz mandó a crear escuelas fuera de la capital. Veracruz y Guanajuato fueron algunos de los estados beneficiados. En Guanajuato, la Escuela Modelo se pensó para los hijos de los mineros que trabajaban en las 200 minas de la zona. Y Mineral de Pozos el poblado sede. Este que también fue el primero en recibir el tren, la telefonía y luz eléctrica.
“La escuela abrió sus puertas el 6 de mayo de 1900 en busca de promover un nuevo sistema educativo, y para 1907 ya contaba con 180 alumnos y 50 adultos”, recordó.
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