Por Juan Carlos Castellanos C.
Tratándose del único Premio Nobel de Literatura mexicano (1990), todo lo que el poeta, novelista y ensayista Octavio Paz (1914-1988) registró en cada una de sus cartas es una suerte de constancia del devenir cultural de México, señaló hoy Juan Carlos Rodríguez Aguilar.
El gerente editorial del Fondo de Cultura Económica (FCE) dijo, en entrevista con Notimex, que un ejemplo de lo anterior son las cartas de Octavio Paz para Jaime García Terrés, traductor, poeta, cronista, editor, diplomático y ensayista mexicano (1924-1996), entre los años 1952 y 1982.
Rodríguez contextualizó lo anterior al apuntar que el libro “El tráfago del mundo. Cartas de Octavio Paz a Jaime García Terrés” es particularmente interesante para conocer la formación de grupos de opinión y de creación cultural desde la época en que ambos se conocieron en París.
En síntesis, se trata de un testimonio de la vibrante vida de México y fuera de él, ya que ellos se conocieron en París, se reconocieron en este país, y luego Paz estuvo en la India, Japón y Estados Unidos, y nunca dejaron de escribirse; esta secuencia es testimonio vivo de esos intercambios de opiniones.
Juan Carlos Rodríguez Aguilar tuvo hoy la encomienda de moderar la presentación de la citada obra, en el marco de la 39 Feria Internacional del Libro en el Palacio de Minería (FILPM), que el próximo lunes concluirá luego de haber iniciado actividades el pasado 22 de febrero en su recinto del Centro Histórico.
Antes comentó que el gran descubrimiento para quienes aún no conocen a Paz será allegarse a una de las grandes plumas del país, pero no del modo como comúnmente suele hacerse, leyendo sus obras, oyendo su opinión de otros poetas, viendo sus proyectos o sus escritos para la revista de la Universidad Nacional.
Subrayó que es habitual que a los autores se les conozca a través de su obra y en este caso, las nuevas generaciones pueden entrar al universo de Paz leyendo “El laberinto de la soledad” y posteriormente ir madurando sus lecturas hasta completar el legado poético y literario que ese autor mexicano heredó al mundo.
En este caso puso en relieve “El tráfago del mundo. Cartas de Octavio Paz a Jaime García Terrés”, obra con la que el lector puede conocer al Nobel desde el pensamiento que todavía no fragua en un escrito o libro definitivo. “Es como acercarse a él a través de la creación misma de la idea”, enfatizó el entrevistado.
La relación epistolar entre ambos personajes, aclaró Rodríguez Aguilar, no fue personal en el sentido de contarse sus anécdotas de vida cotidiana, sino reflejo de su preocupación por el devenir de la cultura en México; así, hablan de eso, de sus proyectos como las revistas de la Universidad y "Vuelta".
“Charlaron sobre cómo acomodar y enfilar nuevas plumas y cómo traducir a los grandes escritores del universo de las letras en las naciones donde se encuentran. Sí hay en cada carta un lado humano, porque fueron los hombres quienes las escribieron, pero ahí no está la cotidianidad de sus vidas", concluyó el entrevistado.
NTX/JCC/ACJ
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