Por: Alida Piñon
Gestores, periodistas, especialistas en legislación cultural, promotores, curadores y analistas conformaron en 2009 el Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura (Grecu) con el apoyo de la Universidad Autónoma Metropolitana, con el objetivo de tener un espacio para la reflexión y el diálogo en torno a la relación entre economía y cultura. En 10 años han realizado seis publicaciones, han organizado diplomados de emprendimiento cultural y han convocado a diálogos con legisladores y actores de cultura como artistas y empresarios; el año pasado, por ejemplo, fueron los primeros en conversar con quienes representaron los temas culturales de los aspirantes a la Presidencia de la República.
El interés primordial, dice su fundador, Eduardo Cruz Vázquez, periodista y analista cultural, ha sido reflexionar sobre la urgente necesidad de ver a la cultura como un sector fundamental de la economía de nuestro país.
El PIB cultural en 2017 fue de 661 mil 505 millones de pesos, y de acuerdo con la Cuenta Satélite de la Cultura de México 2017 realizada por el Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía), el valor de las actividades relacionadas con la cultura representó 3.2% del PIB total nacional y estuvo por encima del agrícola.
“En nuestro sector son muy escasos los liderazgos y las agremiaciones, por eso el poder político no encuentra un interlocutor que lo inquiete. Hay una profunda falta de conocimiento sobre el papel que juega la cultura en la economía, de modo que el tema no es si la cultura juega un papel importante en la identidad de nación, sino el rol del sector en el desarrollo económico. Si esta realidad no cambia, será muy difícil que haya políticas públicas y privadas que se materialicen en la capacidad para generar empleo. Cualquier proceso identitario tiene que reflejarse en el bolsillo”, dice Eduardo Cruz Vázquez, autor de libros como Antología de la gestión cultural. Episodios de vida.
Por su parte, Patricia Chavero, investigadora de artes escénicas y docente en gestión cultural, indica que el fin del proyecto de Despertares del bailarín Isaac Hernández es un ejemplo de por qué es necesario que desde el Legislativo se empiece la discusión sobre una ley de mecenazgo y sobre la creación de marcos regulatorios para la participación de la iniciativa privada.
Además, a un año de las elecciones, coinciden en que el papel de Alejandra Frausto al frente de la Secretaría de Cultura se ha visto muy limitado, no rindió un informe puntual sobre el estado de la dependencia que recibió y no ha presentado un plan sectorial. “Cómo una persona que presentó una claridad sobre el rumbo que tomaría, que aseguró reunirse con mucha gente, que mostró versatilidad, no sólo sigue atorada, está en medio de una de sus peores crisis que se recuerden en el sector cultural. A lo largo de la historia reciente sí han habido crisis, pero que no haya control de mando como ahora, es inédito”, dice Cruz.
El Grecu fue fundado por Cruz Vázquez, Angélica Abelleyra, Liset Cotera, Héctor Garay, Federico González Compeán, Vicky Laguna, Antonio Mier, Alejandro Ordorica, Jorge Pantoja, Leobardo Sarabia, Víctor Ugalde, así como por Enrique Velasco y Rafael Campos, ya fallecidos.
A la fecha se ha sumado más de una decena de especialistas: Eduardo Caccia, Marcela Flores, José Manuel Hermosillo, Nubia Martínez, Bárbara Martínez, Rafael Mendoza, Martha Chapa, Adriana Malvido, Manuel Lino, Tomás Ejea, Patricia Chavero, Annel Rosas, Tere Quintanilla D’Acosta, Francisco Moreno, Eduardo Nivón, Gabriel Río de la Loza y Andrés Webster; en total son 28 miembros.
A la fecha se ha sumado más de una decena de especialistas: Eduardo Caccia, Marcela Flores, José Manuel Hermosillo, Nubia Martínez, Bárbara Martínez, Rafael Mendoza, Martha Chapa, Adriana Malvido, Manuel Lino, Tomás Ejea, Patricia Chavero, Annel Rosas, Tere Quintanilla D’Acosta, Francisco Moreno, Eduardo Nivón, Gabriel Río de la Loza y Andrés Webster; en total son 28 miembros.
Contribución.
“Hemos puesto nuestro grano de arena en un aspecto central que es la visión sectorial de la cultura, hemos contribuido a que la cultura se vea desde varias áreas de interés. Todos hemos tenido que entrar en un proceso de alfabetización que no ha concluido, ese proceso ayudará a comprender su actividad productiva en un conjunto de sector y en ese conjunto la actividad del gobierno es muy relevante, por eso cuando no se articula correctamente con el aparato productivo, surgen los problemas”, dice Cruz.
Para Patricia Chavero, durante la última década han sido testigos de cómo no se han generado otras fuerzas de producción. “La producción dominante es la del Estado, en un contexto de libre mercado, en las artes escénicas por ejemplo la participación de los particulares sólo representa el 25%, el otro 25% lo realizan las asociaciones civiles o agrupaciones independientes. Este panorama no se ha modificado pese a que hay otras herramientas como los Efiartes, que nacieron como Eficine, para apoyar al cine y ahora involucra a las demás artes, pero hay muchos temas pendientes, como una ley de mecenazgo”, explica.
De acuerdo con Chavero, con el ejercicio que promovió el Grecu y que se llevó a cabo el año pasado con los asesores culturales de los candidatos presidenciales, quedó en evidencia que el diagnóstico está hecho, ahora se debe empezar con la reestructuración.
“Estamos en el momento de estructurar a la Secretaría de Cultura, es el tema pendiente. Hay un grupo de artistas, llamado Movimiento Colectivo por la Cultura y el Arte de México (Moccam), que tiene el interés de rescatar el proyecto de la Ley General de Cultura, en el que participó un Consejo Redactor y en el que fue integrante Cruz Vázquez. Recordemos que quedaron finalmente 10 páginas en la Ley, fue diluido y el proyecto tenía consideraciones muy importantes como los fondos, la existencia de créditos blandos para el sector, había una cláusula que garantizaba que no hubiera presupuesto regresivo”.
Y añade: “En el Grecu también hicimos una agenda fiscal para la cultura y ahora está detenida, en Hacienda se puso sobre la mesa la ampliación de los Efiartes, también propusimos que hubiera una identidad que atrajera las donaciones del Impuesto sobre la Renta, un modelo paraguas con el que se busca cobijar a los más pequeños”.
El próximo 16 de julio, el Grecu buscará reinventarse y lanzará un proyecto sobre economía y cultura, economía y sociedad, con el objetivo de aportar con sus conocimientos a la profesionalización del campo.
“El gremio cultural está ante un enorme desafío, o se organiza o a ver cómo le hace para sobrevivir, tendría que haber una respuesta legal frente al panorama. No sé cómo le vamos a hacer para reponer recursos para el sector”, dice Vázquez.
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